Neurociencia: tratamiento, efectos y riesgos

La neurociencia se ocupa de la estructura, función y trastornos de los nervios. Por lo tanto, estos se consideran desde un punto de vista médico, biológico y psicológico. Además de los elementos individuales, la atención se centra principalmente en los sistemas nerviosos complejos y la cooperación de las estructuras, así como en las quejas resultantes de enfermedades.

¿Qué son las neurociencias?

La neurociencia se ocupa de la estructura, función y trastornos de los nervios. En el espectro científico, los expertos se ocupan de la estructura y función de los nervios en todas las situaciones. Por un lado, se consideran los componentes individuales del sistema y las neuronas; por otro lado, la neurociencia proporciona una visión macrológica. Las células gliales suelen ser de particular interés. Sin embargo, en general, los neurocientíficos quieren analizar la interconexión de los nervios y su función. Por ejemplo, están interesados ​​en estudiar el tema central sistema nervioso en vertebrados. Además, se preocupan por las enfermedades que entran en el campo de la neurología. La neurociencia se diferencia en diferentes direcciones. Uno de ellos es, por ejemplo, cerebro investigación, que examina la estructura y el funcionamiento del cerebro en humanos y monos. Por un lado, se realiza investigación básica y, por otro, se ocupa de determinar las causas de determinadas enfermedades como Alzheimer y epilepsia. Así, la neurociencia se ocupa de diversas dolencias del sistema nervioso y, además del diagnóstico, también tiene como objetivo curar las enfermedades. Otro subtema importante es la percepción de información del entorno, por ejemplo en forma de impresiones sensoriales, así como la aparición de reacciones emocionales.

Tratamientos y terapias

La neurociencia entra así en juego en las enfermedades que afectan al sistema nervioso. Estos involucran Alzheimer enfermedad, por ejemplo. Alzheimer La enfermedad es una de las enfermedades degenerativas que ocurren más adelante en la vida debido al desgaste de las estructuras físicas. Además, el Alzheimer puede contarse en la categoría de demencia. Las personas afectadas padecen memoria pérdida y cambios en la personalidad individual. La formación exacta del Alzheimer aún no se ha investigado completamente y, por lo tanto, es el foco de experimentos neurocientíficos. Sin embargo, las tomografías computarizadas revelan un depósito de proteínas. A menudo, estos pueden detectarse años antes de la aparición de los primeros síntomas en el cerebro de la persona afectada. Presumiblemente, el proteínas impiden la comunicación entre las células nerviosas, lo que resulta en los síntomas típicos del Alzheimer. Aquí, la neurociencia está interesada en seguir investigando las causas y el tratamiento. Otra enfermedad que está en el foco de la neurociencia es epilepsia. Además de los componentes hereditarios y los trastornos metabólicos, los episodios son causados ​​por cerebro daños, entre otras cosas. Especialmente en tal caso, entra en juego la neurociencia. En última instancia, los síntomas son el resultado de una alteración de las células nerviosas, como resultado de lo cual hay una descarga patológica. Qué síntomas se vuelven notorios y qué tan intensos son dependen, por ejemplo, de la ubicación exacta de la descarga y de si ocurre en un lado del cerebro o en ambos. Otra área importante de la neurociencia es tumores cerebrales y cabeza lesiones. El tumor puede ser benigno o maligno y puede causar una variedad de síntomas, que incluyen dolores de cabeza, vómitosy un cambio de personalidad. Dolores de Cabeza son percibidos como angustiantes por la mayoría de las personas. Con mayor frecuencia, las quejas ocurren en el contexto de migraña. Esto, a su vez, es de interés para los neurocientíficos. A medida que avanza la enfermedad, los síntomas neurológicos, como la visión alterada, pueden hacerse evidentes además de dolores de cabeza.

Métodos de diagnóstico y examen.

La neurociencia utiliza una variedad de métodos para encontrar la causa de una condición o para tratar quejas específicas. La investigación se diferencia en métodos invasivos y no invasivos. Los métodos no invasivos son medidas en el marco de la investigación del cual el paciente no sufre ningún daño. La investigación invasiva se lleva a cabo casi exclusivamente a través de estudios de pacientes que han contraído la enfermedad de forma natural. En el marco de la psicofísica, se deben evaluar las capacidades básicas de un sistema nervioso. En el caso de enfermedades anatómicas, el cerebro de una persona enferma a menudo se compara con un cerebro sano. A través de esta comparación, los científicos pueden sacar conclusiones sobre su función basándose en las áreas dañadas. Tal examen tiene lugar en un estudio de lesiones. Sin embargo, esto solo se puede completar cuando el paciente ha fallecido y el daño se puede localizar con precisión. Debido al progreso técnico, este estudio de lesiones se ha vuelto menos importante. Hoy en día, por ejemplo, el trabajo del cerebro se puede rastrear mediante un electroencefalograma. La base aquí es la medición de corrientes electrónicas resultantes de la función de las células nerviosas en forma de campo eléctrico. De esta manera, se puede obtener información sobre el procesamiento del cerebro. La tomografía computarizada permite la localización precisa de cualquier daño sin necesidad de abrir el cerebro. Tomografía computarizada en particular ha revolucionado la neurociencia. El progreso tecnológico proporciona nuevos conocimientos porque el equipo permite examinar el cerebro inmediatamente después de la aparición de los síntomas o de un accidente. Las lesiones pueden hacerse visibles espacialmente, pero la información sobre las células nerviosas no se puede recopilar sobre la base de tal examen. La estimulación magnética transcraneal es uno de los pocos procedimientos invasivos utilizados en humanos. Las corrientes electrónicas se utilizan para desactivar temporalmente regiones específicas del cerebro con el fin de estudiar la secuencia de pasos neurológicos. Hasta ahora, los expertos no esperan ningún daño permanente para el paciente. De lo contrario, tal investigación en seres humanos vivos no tendría base legal.