El hambre en la cabeza

El aumento del deseo por los dulces no es una coincidencia: investigadores de EE. UU. estrés hormona CRH (hormona liberadora de corticotropina) se libera cada vez más durante el esfuerzo nervioso. Esto aumenta el deseo de azúcar triple. Ositos de goma, malvaviscos y especialmente chocolate entonces parecen ser el mejor remedio, ya que prometen una distracción bienvenida de la estrés of aprendizaje.

El ingrediente reconfortante número uno en particular asegura que el neurotransmisor serotonina se lanza en el cerebro, lo que crea un buen humor. El resultado final: las tensiones y tensiones de aprendizaje de repente parece sólo la mitad de malo a través del chocolate-marrón gafas. Pero hay una trampa: el efecto positivo de la golosina solo dura poco tiempo. Causa de los dulces sangre azúcar niveles para dispararse, aumentando temporalmente la curva de rendimiento. Después de eso, sin embargo, el nivel vuelve a bajar con la misma rapidez, y alcanzas el siguiente de caramelos.

No es raro que este pequeño alimento reconfortante se convierta en un verdadero problema nutricional, porque los manjares permanecen obstinados en las caderas y son difíciles de eliminar. Además, pueden causar la caries dental, diabetes o enfermedades cardiovasculares: un precio elevado por la poca diversión que hay en el medio.

Aprender a lidiar con la tensión

Muchos estudiantes observan que comen más y, sobre todo, menos saludable de lo habitual en época de exámenes. Por ejemplo, Sandra L .: “Siempre gano de dos a tres kilos cuando estoy estudiando, porque entonces básicamente solo como fideos y dulces, los kilos luego tienen que volver a bajar”.

Dado que a menudo parece que no hay tiempo para los deportes durante las fases agitadas, muchas personas se torturan después con una de las innumerables dietas. El problema: Sin cambiar nada fundamental, volvieron a engordar en la próxima estrés fase. La alimentación por estrés es el resultado de una reacción hormonal en cadena desencadenada por la tensión mental.

En otras palabras, comer es solo un síntoma; la causa real surge en la mente. “Por esta razón, no es suficiente ir de dieta después ”, explica el psicólogo Frank Meiners del DAK. "Puede lograr el éxito a corto plazo con eso, pero volverá a enfrentarse al mismo problema la próxima vez que realice un examen". Entonces, ¿qué hacer para evitar convertirse en un comensal estresante? En primer lugar, es necesaria una autoobservación más intensiva. Quien advierta que llega en tiempos agitados aumentados a los dulces, debe iniciar urgentemente contramedidas. Sobre todo, el experto de DAK aconseja mejorar manejo del estrés: "Si aprendes a lidiar mejor con la tensión, no caerás en la trampa de comer en primer lugar".