8. Hipo (Singultus): causas y terapia

Breve descripción

  • Descripción: Hipo (Singultus) es un Hicksen, que puede ocurrir de cuatro a 60 veces por minuto.
  • Causa: contracción brusca del diafragma, lo que provoca una inspiración repentina y profunda con la glotis cerrada: el aire respiratorio rebota y se produce un hipo.
  • Desencadenantes: p. ej. alcohol, alimentos y bebidas fríos o calientes, comer apresuradamente, enfermedades como inflamación (en el estómago, esófago, laringe, etc.), enfermedad por reflujo, úlceras y tumores.
  • ¿Cuándo consultar a un médico? Si el hipo persiste durante mucho tiempo o reaparece con frecuencia, debes acudir a tu médico de familia o de cabecera para descartar una enfermedad como causa.
  • Diagnóstico: Entrevista al paciente, examen físico, si es necesario exámenes complementarios como radiografías, broncoscopia, análisis de sangre, etc.
  • Terapia: En la mayoría de los casos, el hipo no requiere tratamiento porque desaparece por sí solo. En caso contrario, consejos como contener la respiración durante un rato o beber agua a pequeños sorbos pueden ayudar. Para el hipo crónico, el médico a veces prescribe medicamentos. También pueden resultar útiles el entrenamiento respiratorio, la terapia conductual y las técnicas de relajación.

Hipo: Causas y posibles enfermedades

Los principales responsables de este reflejo del diafragma son el nervio frénico y el nervio craneal vago, que reaccionan de forma sensible ante determinados estímulos externos. Esto puede ser, por ejemplo, comida demasiado caliente o demasiado fría, tragar demasiado rápido, alcohol o nicotina. Sin embargo, diversas enfermedades también pueden provocar hipo a través de los nervios antes mencionados o directamente a través del diafragma.

Si el hipo dura más de dos días, se denomina hipo crónico. A menudo, no se puede identificar ninguna causa.

Desencadenantes generales del hipo

  • comer y tragar apresuradamente
  • estómago muy lleno
  • alimentos o bebidas frías o calientes
  • bebidas carbonatadas
  • alcohol
  • nicotina
  • estrés, excitación, tensión o ansiedad
  • depresión.
  • Embarazo, cuando el embrión presiona contra el diafragma.
  • Cirugías abdominales que irritan o afectan los nervios.
  • gastroscopia, que irrita la laringe y los nervios allí
  • algunos medicamentos, por ejemplo, anestésicos, sedantes, preparados de cortisona o fármacos antiepilépticos

Enfermedades como causa del hipo.

  • Inflamación del tracto gastrointestinal (gastroenteritis)
  • Gastritis (inflamación de la membrana mucosa del estómago)
  • Esofagitis (inflamación del esófago)
  • Laringitis (inflamación de la laringe)
  • Faringitis (inflamación de la garganta).
  • pleuresía (inflamación de la pleura)
  • Pericarditis (inflamación del saco cardíaco)
  • Inflamación cerebral (encefalitis)
  • Meningitis (inflamación del cerebro)
  • Enfermedad por reflujo (acidez estomacal crónica)
  • Daño al diafragma (por ejemplo, hernia de hiato)
  • Úlcera gástrica
  • Traumatismo craneoencefálico o hemorragia cerebral, aumento de la presión intracraneal
  • Hipertiroidismo (glándula tiroides hiperactiva)
  • Enfermedad del higado
  • Diabetes u otros trastornos metabólicos.
  • Ataque al corazón
  • Recorrido
  • Insuficiencia renal o trastornos renales.
  • esclerosis múltiple
  • Tumor del esófago, estómago, pulmón, próstata, cerebro o en el oído o la garganta
  • ganglios linfáticos agrandados (abdomen/mama)

Hipo en niños

El hipo no afecta sólo a los adultos: los bebés y los niños pequeños también pueden tener hipo. De hecho, suelen hacerlo con más frecuencia que los adolescentes y los adultos. Incluso en el útero, los fetos pueden tener hipo, que a veces las madres sienten.

¿Qué ayuda contra el hipo?

El hipo suele desaparecer por sí solo. Hay muchos consejos sobre lo que puedes hacer tú mismo cuando tienes hipo: beber un vaso de agua, ponerte una cucharada de vinagre con azúcar en la boca y tragar despacio, o dejarte asustar – los consejos y remedios caseros para el hipo Son tan variados como aventureros. Y casi todos ellos carecen de base científica. Sin embargo, pueden ayudar a calmar la respiración y aflojar la tensión del diafragma.

Por ejemplo, cuando bebes un vaso de agua en pequeños sorbos, automáticamente contienes la respiración. Lo mismo ocurre con el vinagre con azúcar, que se derrite en la lengua y se ingiere lentamente. Otros consejos contra el hipo incluyen sacar la lengua o enrollarla hacia atrás durante unas cuantas respiraciones. Esto asegura que la respiración se realice más a través del abdomen y se vuelva más tranquila. Se puede liberar el espasmo en el diafragma.

Contra el hipo a veces ayuda el llamado método Vasalva, que también elimina la presión en los oídos: taparse la nariz, cerrar la boca y luego tensar los músculos respiratorios como si estuviera exhalando. La presión abultará el tímpano hacia afuera y comprimirá la cavidad torácica. Mantenga esta presión durante unos diez a quince segundos. Nuevamente, no te excedas con la presión y la duración del ejercicio.

Si usted reacciona frecuentemente con hipo a alimentos y bebidas fríos, calientes o picantes, no necesariamente tiene que renunciar a ellos por completo. En cambio, debes prestar especial atención a respirar tranquila y uniformemente mientras comes y bebes. También debes sentarte relajado y erguido mientras lo haces.

¿Qué ayuda contra el hipo crónico?

Algunos pacientes también pueden beneficiarse de ciertos medicamentos contra las crisis epilépticas (medicamentos antiepilépticos), por ejemplo gabapentina o carbamazepina. Dependiendo de la causa del hipo, el médico también puede recomendar sedantes, neurolépticos o productos de cannabis, por ejemplo.

El hipo crónico sin una causa identificable (hipo idiopático) también se puede tratar hasta cierto punto con medicamentos.

Como alternativa o complemento a la medicación, el entrenamiento respiratorio o la terapia conductual pueden ayudar. En estos cursos, los pacientes aprenden tanto a prevenir el hipo como a disipar cualquier hipo que se produzca. Varias técnicas de relajación también sirven para el mismo propósito, ayudando a calmar el diafragma descontrolado.

Hipo: ¿Cuándo necesitas ver a un médico?

Llame a un médico de urgencia inmediatamente si, además del hipo, se presentan otros síntomas como dolores de cabeza, alteraciones visuales, trastornos del habla, parálisis, náuseas o mareos. ¡Podría tratarse entonces de un derrame cerebral, que debe tratarse inmediatamente!

Hipo: ¿Qué hace el doctor?

El primer interlocutor en caso de hipo crónico o frecuente es el médico de familia o el médico de cabecera. Primero obtendrá una imagen más detallada de los síntomas y las posibles causas a través de la entrevista al paciente (anamnesis). Posibles preguntas a hacer son:

  • ¿Cuándo ocurrió el hipo?
  • ¿Cuánto duró o qué tan rápido volvió?
  • ¿Cómo experimentó el hipo? ¿Qué tan violentos fueron los hipo?
  • ¿También tuviste que eructar?
  • ¿Le viene a la mente algún desencadenante común del singultus, como alimentos fríos, comer apresuradamente, alcohol o cigarrillos?
  • ¿Está sufriendo actualmente de estrés u otra angustia psicológica?
  • ¿Estas tomando alguna medicación? En caso afirmativo, ¿cuáles y con qué frecuencia?

A veces, esto ya da lugar a sospechas sobre la causa del hipo. Para confirmar el diagnóstico, el médico puede realizar más exámenes o derivar al paciente a un especialista, como un internista, gastroenterólogo, neurólogo o endocrinólogo. Los exámenes adicionales dependen de la sospecha concreta de la enfermedad. Entre otros, se cuestionan los siguientes:

  • Medición del pH o terapia de prueba con inhibidores de ácido si se sospecha reflujo.
  • Esofagoscopia y gastroscopia para descartar enfermedad por reflujo o úlcera de estómago, entre otras cosas.
  • Examen de ultrasonido del cuello y abdomen.
  • Radiografía de tórax y abdomen.
  • Prueba de función respiratoria para detectar irregularidades en los músculos respiratorios y especialmente en el diafragma, así como para comprobar la actividad pulmonar.
  • Broncoscopia (examen de los bronquios)
  • Análisis de sangre para marcadores inflamatorios y posibles deficiencias.
  • Electrocardiografía (ECG) y ecografía cardíaca (ecocardiografía), si el corazón puede estar afectado
  • Tomografía computarizada (TC) del área del cuello y el tórax.
  • Toma de muestra de líquido cefalorraquídeo (punción lumbar) si se sospecha inflamación de los nervios o las meninges
  • Imágenes por resonancia magnética (MRI) o tomografía computarizada (CT) si se sospecha daño a los nervios
  • Ultrasonido (sonografía Doppler) de los vasos sanguíneos en caso de un posible ataque cardíaco o accidente cerebrovascular

Si no se encuentra ninguna causa para el hipo, el médico habla de hipo crónico idiopático. Sin embargo, es bastante raro.