Mi pareja tiene depresión. ¿Cuál es la mejor manera de ayudar?

Introducción

Depresión es de lejos el más común enfermedad mental. Para hacer frente a depresión., es fundamental involucrar al entorno, especialmente a la pareja y la familia. Sin embargo, lo que los cuidadores pueden y deben hacer exactamente no les resulta claro porque no comprenden la enfermedad y las necesidades del paciente.

¿Qué puedo hacer como socio para apoyarte?

Lo primero y más importante es la comprensión de la enfermedad. Porque depresión. es en realidad una enfermedad, no solo un problema del estado de ánimo. Por lo tanto, es importante interpretar y aceptar los síntomas de la pareja como tales, incluso si parecen absurdos desde la propia perspectiva.

Los pacientes depresivos no pueden simplemente "recuperarse" o reconocer lo absurdo de sus síntomas a través del pensamiento lógico. Por lo tanto, se debe hablar sobre los sentimientos y las cargas, no emitir juicios y darle a la pareja la oportunidad de compartir los malos pensamientos y así aliviarlos. También la reducción de las actividades diarias puede aliviar, porque la depresión a menudo carece de impulso incluso para las tareas más pequeñas.

La pareja también puede intentar distraer a la persona afectada con actividades y pasatiempos conjuntos y así romper sus patrones de pensamiento depresivo. Lo que ayuda en detalle depende mucho del paciente. Por lo tanto, lo ideal es que el médico o terapeuta asesore a la pareja y que participe en el tratamiento.

¿Debo dejar a mi pareja en paz o tratar de apoyarlo activamente?

Esto depende en gran medida de lo que tolera la persona en cuestión en la situación. En general, se debe evitar hundirse en la espiral de pensamiento depresivo y se debe apuntar a una interrupción activa de los patrones de pensamiento a través de distracciones y actividades conjuntas. Sin embargo, si esto es solo una carga adicional debido a la falta momentánea de impulso y alegría del paciente, la necesidad de estar activo puede empeorar los síntomas en esta situación.

Por tanto, si el paciente acepta el apoyo activo, sin duda resulta beneficioso. Si lo rechaza, no se debe intentar persuadirlo de que haga nada. En tales situaciones, la única forma de ayudar es responder a los pensamientos e inquietudes actuales si la persona en cuestión desea compartirlos.

En general, el principio más importante es tomarse la depresión en serio. Aunque el grado de mal humor es a menudo incomprensible, las preocupaciones y los problemas subyacentes son comprensibles. Por tanto, con comprensión se puede responder a la persona afectada y no dejarla sola en la situación. Si esto se logra mediante la acción conjunta o la calma depende del paciente.