Volar durante el embarazo

Volador forma parte del día a día de muchos profesionales. Si la descendencia se anuncia a sí misma, entonces se cuestiona alguna cuestión de curso. Pero, ¿qué pasa con volar durante el embarazo?

¿Cuánto tiempo pueden volar las mujeres embarazadas?

Incluso en el contexto de el embarazo, puede ser necesario desplazarse de un lugar a otro en avión. Las posibles razones son visitas de familiares o amigos, citas profesionales importantes o vacaciones en regiones lejanas. En principio, vuelo durante el embarazo no es un problema importante. Sin embargo, la embarazada debe prestar atención a algunos criterios antes de abordar un avión. Por ejemplo, la duración del vuelo juega un papel importante. Durante cada vuelo, los pasajeros a bordo están expuestos a mayores niveles de radiación. La exposición a la radiación es un 50 por ciento más intensa que la exposición promedio que prevalece en el suelo. Sin embargo, esto solo es cierto en el caso de que la mujer embarazada viaje en avión día tras día. Para vuelos individuales, la exposición es solo una fracción. Por lo tanto, los expertos en radiación no asumen riesgos importantes para el feto. A veces, la exposición a la radiación en el suelo puede ser incluso mayor que en el aire, pero esto depende del lugar donde viva la futura madre. La fuerza de la radiación dosificar también depende de la altitud a la que asciende la aeronave y cuánto tiempo está en ruta. Los vuelos a grandes altitudes, que toman varias horas, tienen una mayor exposición a la radiación que los vuelos más cortos a distancias más bajas.

¿Cuáles son los riesgos de volar durante el embarazo?

Volador durante el embarazo puede plantear ciertos riesgos. Especialmente en embarazo temprano, existe el riesgo de malformaciones provocadas por las radiaciones ionizantes. Por ejemplo, a partir de la quinta semana de embarazo, los órganos del niño comienzan a formarse. Por este motivo, los expertos recomiendan volar lo menos posible durante este período y evitar por completo los vuelos de larga distancia. Al elegir un destino de vacaciones, también es recomendable elegir solo destinos que no requieran viajes de larga distancia a climas tropicales. Los destinos dentro de Europa, por otro lado, se consideran más seguros. Esto también reduce el riesgo de trombosis, que puede ocurrir después de un vuelo de larga distancia. Esto es cuando un sangre se forma un coágulo en las piernas. Para evitarlo, es recomendable caminar un poco durante el vuelo. También se considera importante beber suficientes líquidos. También es importante elegir un asiento cómodo que permita el mayor espacio posible para las piernas. Ponerse la clase especial 2 medias de compresión también puede ayudar a contrarrestar una sangre coágulo. No es motivo de preocupación, según muchos médicos, la reducción oxígeno contenido en la aeronave a medida que aumenta la altitud. Si el avión se mueve a una altitud normal, la disminución de oxígeno el contenido no es tan bueno como para causar una aborto espontáneo. El escáner en el aeropuerto tampoco representa ningún riesgo porque no es un Rayos X máquina. Sin embargo, en el último tercio del embarazo, es mejor evitar volar, para que no haya un parto no planificado en el avión.

Volar con certificado

Si la mujer embarazada ha llegado a la semana 28 de embarazo (SSW), necesita un certificado médico para poder abordar un avión. Desde la semana 34 a la 36 de gestación, la mayoría de las aerolíneas generalmente no permiten a bordo a mujeres muy embarazadas. Si la madre está esperando gemelos o incluso múltiples, esto se aplica incluso a partir de la semana 29 de embarazo. Sin embargo, también existen excepciones para vuelos cortos, por lo que no existen criterios uniformes. El ginecólogo que la atiende expide un certificado que autoriza a la madre a viajar en avión. Algunas aerolíneas incluso tienen formularios preimpresos disponibles en sitios web que se pueden presentar al ginecólogo. Al registrarse, el certificado no debe exceder las dos semanas de antigüedad. El documento médico contiene la fecha de nacimiento prevista, la semana actual de embarazo y una confirmación de aptitud volar por la mujer embarazada. Además, se confirma un embarazo sin complicaciones. Además del certificado, también se considera recomendable presentar el pasaporte de maternidad.

Embarazo de alto riesgo: mejor permanecer en el suelo

En principio, no se recomienda volar si hay un riesgo de embarazoPor lo tanto, la mujer embarazada no debe sufrir placenta pretérmino, enfermedades cardiovasculares o trabajo de parto prematuro. Lo mismo se aplica a la tendencia a aborto espontáneo or nacimiento prematuro. Asimismo, absténgase de viajar en avión en caso de Miedo a volar o mayor riesgo de trombosis.

Consejos para una experiencia de viaje sin preocupaciones

Aquellos que no quieran dejar de volar a pesar de su embarazo deben seguir al menos algunos consejos. Como recomendable es la contratación de un seguro de cancelación de viaje. Si, por ejemplo, se trata de un parto prematuro, que lleva a la cancelación del vuelo, no se aplican las tarifas de cancelación habituales. Los viajes aéreos para mujeres embarazadas tienen sentido, especialmente entre el cuarto y el sexto mes. En este período, los problemas de embarazo temprano, como las náuseas matutinas, ya han disminuido y el abdomen aún no es inquietantemente grande. También es importante llevar siempre contigo tu botiquín de primeros auxilios cuando vueles, beber lo suficiente, asegurarte de tener las piernas libres, llevar ropa cómoda y abrocharte siempre el cinturón de seguridad por debajo de la barriga.

¿Piloto o azafata?

Si una mujer embarazada trabaja como azafata o piloto en el servicio de vuelo, entran en juego reglas especiales. Por ejemplo, en principio, está clasificada como no apta para volar debido a su embarazo. Sin embargo, existen excepciones hasta la semana 26 de embarazo si un ginecólogo determina que el embarazo no presenta complicaciones. Sin embargo, los criterios exactos varían de una aerolínea a otra.