Diagnósticos | Osteomielitis de la articulación temporomandibular

Diagnóstico

En primer lugar, un historial médico (anamnesis) y un examen del área afectada por un médico (preferiblemente un otorrinolaringólogo o dentista) son necesarios. En la etapa aguda de osteomielitis, un elevado sangre velocidad de sedimentación celular (BSG) y un gran número de Las células blancas de la sangre existentes recuento de sangre (leucocitosis) juegan un papel importante en el diagnóstico de osteomielitis. Ambas formas de osteomielitis pueden detectarse en las radiografías, aunque en algunos casos se detectan con bastante retraso.

Como regla general, tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM) o incluso huesos gammagrafía son mejores. Sin embargo, todos estos métodos también son más costosos y complejos, por lo que solo se utilizan si la sospecha no se pudo confirmar de antemano. El diagnóstico solo se puede confirmar con una muestra de tejido (biopsia) de la región afectada. Un importante diagnóstico diferencial a la osteomielitis en el maxilar es un tumor óseo.

Terapia

La terapia depende de la gravedad de la enfermedad. A veces, en las primeras etapas, la terapia conservadora con un antibiótico apropiado es suficiente y generalmente debe llevarse a cabo durante aproximadamente tres semanas. Bisfosfonatos, que ayudan a prevenir la degradación de la sustancia ósea, también son una opción farmacológica. Si el tratamiento conservador no promete ninguna mejoría o ya se ha intentado sin éxito, también se puede realizar una intervención quirúrgica.

En este procedimiento, se eliminan los secuestradores y los pedazos muertos de hueso. A veces es necesario extraer algunos dientes. Además, la capa de hueso más externa se puede quitar (decorticación) para asegurar una mejor sangre Circulación en el hueso. Sin embargo, aquí también es extremadamente importante la continuación constante de la terapia con antibióticos. La última opción es siempre la resección (parcial) del hueso de la mandíbula, que se puede reemplazar con placas o injertos si es necesario.

Operación

La osteomielitis en la mandíbula siempre debe tratarse de forma conservadora al principio, si el condición todavía lo permite. Dado que se trata de una inflamación, primero se debe administrar un antibiótico para detener la inflamación y así prevenir la progresión de la osteomielitis. Además, oxigenoterapia hiperbárica se puede usar para matar bacterias fotosintéticas que solo sobreviven en condiciones sin oxígeno (anaerobios).

A menudo, sin embargo, la osteomielitis en la mandíbula es tan avanzada que solo la cirugía puede ayudar. En esta operación, el maxilar que ha muerto como resultado de la osteomielitis avanzada debe eliminarse, así como la capa ósea más externa, de modo que la mandíbula restante aún intacta reciba así una mejor sangre circulación (vascularización). Sin embargo, en casos particularmente graves, es posible que deba extirparse una parte completa de la mandíbula porque el área del hueso ya está muerta.

A esto se le llama resección parcial de la mandíbula. Incluso si este es un procedimiento drástico, aún es posible porque de lo contrario la inflamación puede progresar más y más y no solo el maxilar pero tambien otros huesos de las cráneo puede verse afectado. Esto debe evitarse a toda costa. Para "rellenar" la mandíbula con hueso de nuevo, se deben insertar injertos óseos o placas para estabilizar la mandíbula.