Diagnóstico de anisocoria | Anisocoria

Diagnóstico de anisocoria

El diagnóstico de anisocoria se puede realizar mediante el llamado diagnóstico de la mirada. Por lo tanto, no se necesitan exámenes instrumentales para detectar anisocoria. Para determinar la extensión del trastorno, una prueba con el alumno se suele llevar a cabo la luz.

En esta prueba, la persona afectada se ilumina primero en un ojo, las pupilas de ambos ojos deben contraerse. Luego, la prueba se realiza en el otro ojo. Dependiendo de la ubicación del trastorno (vía de conducción desde el ojo al cerebro o del cerebro al alumno músculos), las pupilas reaccionan de manera diferente.

Se pueden realizar más diagnósticos para determinar la causa exacta de la alteración alumno función. La anamnesis juega un papel particularmente importante en este proceso, donde los posibles desencadenantes de anisocoria se puede consultar. Si es necesario, una imagen del cráneo puede ser necesario.

Una resonancia magnética del cabeza es necesario si la causa de la anisocoria en el cerebro se sospecha. En el caso de alteraciones pupilares repentinas, se asume inicialmente un evento agudo como un cerebro lesión, sangrado o golpe. En este caso, un CT del cráneo Se realiza primero, ya que este examen es mucho más rápido (unos minutos) que una resonancia magnética (20 a 30 minutos) y el tiempo juega un papel importante en el pronóstico del tejido cerebral en caso de un peligro agudo.

Si no se puede sospechar ningún problema agudo, una resonancia magnética del cabeza se realiza habitualmente. Esto también puede revelar pequeñas lesiones (daños) como sangrado u ocupación de espacio. La resonancia magnética es particularmente adecuada para búsquedas de tumores, ya que este tipo de imágenes puede mostrar el tejido cerebral de manera particularmente buena.

Síntomas acompañantes de amisocoria

Los síntomas que acompañan a la anisocoria dependen en gran medida de la causa de los síntomas. Procesos repentinos como sangrado o golpe a menudo se acompañan de trastornos igualmente agudos de otras funciones cerebrales y, a menudo, se manifiestan por una incapacidad para mover ciertos grupos de músculos (músculos faciales, músculos del brazo, pierna músculos, músculos faríngeos = trastornos del habla). Estas disfunciones suelen ser unilaterales, ya que el sangrado o el suministro reducido al cerebro también se producen en un solo lado.

Con procesos más lentos, como un tumor cerebral o aumento de la presión cerebral debido a alteraciones en la eliminación del agua del cerebro, no se producen síntomas tan agudos. En cambio, los síntomas que lo acompañan se hacen evidentes gradualmente. A menudo, los primeros síntomas son

No es inusual que los llamados prodromi (signos) ocurran antes del inicio de migraña. Estos se manifiestan en forma de cambios de humor, fatiga, problemas de concentración, etc. Durante el ataque de migraña, las personas afectadas suelen ser sensibles a olor, la luz y el ruido, y el llamado aura en forma de alteraciones visuales también pueden ocurrir. Además, las funciones individuales pueden verse afectadas, lo que puede manifestarse en forma de lágrimas en los ojos, anisocoria, mareos y vómitos.