Fisioterapia para el asma

El asma es uno de los más comunes pulmón enfermedades y generalmente ocurre en la infancia. Con el tratamiento adecuado, el asma se puede vivir bien y los ataques de asma se pueden reducir claramente en la edad adulta. Asma (o asma bronquial) se caracteriza a menudo por una repentina dificultad para respirar debido a un estrechamiento de las vías respiratorias.

Esto se manifiesta en un ataque que puede durar unos minutos. El estrechamiento de las vías respiratorias suele desaparecer por completo después de cada ataque. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad del asma, puede quedar un estrechamiento residual, que luego se trata con medicamentos.

Intervención fisioterapéutica

Al comienzo del tratamiento de un paciente con asma bronquial, es importante que el fisioterapeuta realice un diagnóstico detallado. Presta atención a la respiración frecuencia, dirección de la respiración, sonidos respiratorios, forma del tórax, postura del paciente, tono de los músculos y la condición. La información general también es importante, como la frecuencia de los ataques de asma, la ocurrencia en la familia, la duración y la intensidad de un ataque son importantes para encontrar un buen tratamiento individual.

La fisioterapia para el asma se puede dividir en 2 fases. La fase aguda inmediatamente después de un ataque de asma y la fase tardía, que describe el tiempo entre ataques de asma. En la fase aguda de la fisioterapia para el asma es importante educar al paciente.

Por lo general, el médico ya tiene alguna información sobre la enfermedad, pero esta información puede profundizarse. Es importante eliminar el miedo a un ataque de asma y hacer que el paciente sea consciente de que puede ayudarse mejor si mantiene la calma y sigue algunos consejos. Facilitar respiración, directamente durante un ataque de asma, se recomienda una posición sentada, en la que los brazos se apoyan sobre las rodillas para que la fuerza que debe ejercer la parte superior del cuerpo para llevar suficiente aire a los pulmones se pueda transferir a las piernas.

Del mismo modo, se debe optar por una posición de pie en la que el paciente asmático se apoye con los brazos contra una pared o, como cuando esté sentado, apoye los codos en las rodillas. Es importante respirar lo más profundamente posible para reducir la dificultad para respirar. Además, se anima al paciente con asma a relajarse en general, lo que puede realizar el fisioterapeuta acariciando las extremidades, entrenamiento autógeno, viajes oníricos o simples ejercicios de la terapia respiratoria, como el contacto respiración.

El objetivo de esta aplicación es permitir que el paciente presuntamente muy tenso descanse un poco. Durante esto relajación En esta fase se puede indicar al paciente que preste atención a su respiración, que será importante en el curso posterior de la fisioterapia para el asma. De particular interés es cómo el pecho, estómago, nariz y boca comportarse durante inhalación y exhalación. La respiración normal debe ser a través del nariz y del pecho sube y baja con cada respiración. La frecuencia respiratoria promedia 12 respiraciones por minuto, en un paciente con asma poco después del ataque, por supuesto, aumentó significativamente.