Oclusión dinámica: función, tareas, rol y enfermedades

La odontología entiende dinámica oclusión como los contactos de los dientes que resultan de un movimiento del mandíbula inferior. Los dentistas diagnostican dinámica normativa o desviada. oclusión utilizando una película especial que toma la impresión de los dientes. Trastornos de la dinámica oclusión puede causar molestias que pueden extenderse a todo el cuerpo, lo que dificulta que los pacientes localicen la causa real de su malestar.

¿Qué es la oclusión dinámica?

La oclusión dinámica describe un tipo específico de contacto con los dientes. Implica los dientes del mandíbula superior tocando los dientes del mandíbula inferior. La oclusión dinámica describe un tipo específico de contacto con los dientes. Los dientes del mandíbula superior tocar los dientes del mandíbula inferior. En la contraparte de la oclusión dinámica, la oclusión estática, este contacto con los dientes se debe a la posición natural de la mandíbula en reposo. Por el contrario, la oclusión dinámica está precedida por un movimiento de la mandíbula. Por tanto, no representa una condición, pero describe un fenómeno temporal. En el pasado, la odontología entendía la oclusión exclusivamente como la posición de la mandíbula en la posición final de la mordida; hoy en día, sin embargo, los expertos entienden el término de manera más generalizada. La posición de mordida final o máxima intercuspidación es la posición de la mandíbula en la que la mayoría de los dientes de la mandíbula superior e inferior están en contacto.

Función y tarea

La oclusión dinámica es de gran importancia para que la mandíbula y los dientes funcionen sin interferencias. Los lugares donde los dientes del mandíbula superior tocar los dientes de la mandíbula inferior se llaman puntos de oclusión en odontología. Su número puede diferir entre diferentes individuos, al igual que su posición exacta: no todos los dentarios tienen los mismos puntos de oclusión, sin que esto sea necesariamente un trastorno fundamental. Una lámina oclusal especial ayuda en el diagnóstico de la oclusión. Otros nombres son papel de prueba, papel de articulación y papel de contacto. Los fabricantes cubren la fina lámina de oclusión con partículas de color para que los resultados de la mordida sean más visibles. El diagnosticador coloca la lámina entre los maxilares superior e inferior en el dentición y le pide al paciente que muerda como de costumbre. La lámina oclusal mantiene la impresión de los dientes como carbono papel, haciendo visibles los puntos oclusales. Existe un desacuerdo dentro de la odontología y la tecnología dental sobre cómo debería ser la oclusión óptima. Por ejemplo, los expertos tienen diferentes opiniones sobre cuántos puntos de oclusión son óptimos en la oclusión dinámica. Lo opuesto a la oclusión es la no oclusión, que es un mal funcionamiento de la mandíbula. La desalineación de los dientes o la mandíbula puede causar no oclusión, al igual que alteraciones en el movimiento de la mandíbula en la oclusión dinámica. La odontología requiere los diagnósticos de oclusión descritos anteriormente para detectar y tratar correctamente las quejas. Además, los resultados exactos del examen juegan un papel importante para los técnicos dentales que pueden, por ejemplo, fabricar una prótesis sobre la base de estos datos. El software moderno utiliza los resultados de los diagnósticos para crear un modelo virtual, que también se basa en modelos dentales ejemplares, conocidos en la jerga dental como “dientes de biblioteca”. De esta forma, el software adapta la ayuda deseada o prótesis dental a las necesidades y dimensiones individuales del paciente. Además, el modelo digital calcula cómo cambia la oclusión estática y dinámica como resultado del uso del prótesis dental. Los técnicos dentales tienen así la oportunidad de modelar los puntos de oclusión.

Enfermedades y quejas

Los procesos defectuosos asociados con la oclusión dinámica pueden Lead a un aumento mecánico estrés en las superficies oclusales de los dientes. Como resultado, los dientes están sometidos a una presión más alta o desigual o se frotan entre sí de forma inesperada. Esto puede causar daños como abrasiones y grietas. Los trastornos de oclusión dinámica también pueden manifestarse en forma de disfunción craneomandibular (CMD). Disfunción craneomandibular es un término colectivo para varios trastornos de la articulación temporomandibular y los músculos de la mandíbula. Una alteración de la oclusión dinámica también puede causar CMD. La DMC potencialmente causa una variedad de quejas que no necesitan estar directamente relacionadas con la mandíbula. Las desalineaciones de la mandíbula o los trastornos oclusales provocan adaptaciones sutiles en todo el cuerpo. Por ejemplo, un plano oclusal torcido puede hacer que los músculos de la mandíbula se contraigan de forma incómoda para evitar situaciones dolorosas. Esto puede resultar en alteraciones cabeza y cuello postura, que puede Lead a ligeras desalineaciones en los hombros y la espalda. De esta forma, muchas partes del cuerpo parecen verse afectadas por síntomas cuya causa radica únicamente en una oclusión dinámica alterada. Por lo tanto, los pacientes a menudo no pueden clasificar correctamente los síntomas o atribuirlos a otras causas. Los síntomas de CMD incluyen dolor y tensión en la mandíbula, cara, hombros, cuello y espalda, así como migrañas y otros dolores de cabeza. Además, el tinnitus, ojo y oído, nariz y pueden manifestarse problemas de garganta. Incluso problemas digestivos, las alteraciones del sueño y las alteraciones generales del sistema musculoesquelético posiblemente se remontan a la DMC. Los críticos critican la formación inadecuada de los dentistas con respecto a disfunción craneomandibular: el cuadro clínico no se tiene suficientemente en cuenta en la formación médica. Como resultado, se producen diagnósticos erróneos innecesarios y la causa real a menudo no se trata. CMD permite varias opciones de tratamiento cuando ocurre como resultado de una alteración en la oclusión dinámica. Estos incluyen ortodoncia medidas y prótesis. En general, la DMC es común, con una incidencia de alrededor del 8% en la población general. Sin embargo, la disfunción craneomandibular da como resultado síntomas que requieren tratamiento solo en aproximadamente el 3% de los casos.