Anestesia general para niños.

Introducción

En la infancia, anestesia general suele ser inevitable para operaciones importantes. Su propósito es desconectar temporalmente la conciencia del niño para aliviarlo del estrés emocional y calmarlo para que ningún tejido circundante se dañe durante la operación. La inmovilización durante períodos de tiempo más largos solo es posible anestesia general.

Anestesia general También puede estar indicado en niños pequeños para procedimientos que normalmente se realizan en el estado de vigilia en adultos, como gastroscopia, ya que no es posible explicarles de antemano exactamente lo que les sucederá. El objetivo principal es evitar el trauma psicológico. Si un bebé se somete a una operación que requiere anestesia general, hay algunas cosas que deben tenerse en cuenta.

Los bebés no son “pequeños adultos”, es decir, el bebé tiene un metabolismo diferente, una composición corporal diferente (mayor contenido relativo de agua) y órganos que aún no han madurado completamente en comparación con los adultos. Además, en relación con su volumen corporal, tiene una superficie corporal significativamente mayor, por lo que se enfría mucho más rápido. Todos estos son factores que los médicos deben tener en cuenta a la hora de administrar un anestésico. Ésta es una de las razones por las que es recomendable la realización de operaciones en la infancia en centros especializados, que suelen atender a este grupo de pacientes.

Preparación para la anestesia general.

Antes del procedimiento, el anestesiólogo aclara algunas dudas con los padres. Las cosas importantes que se deben registrar son las enfermedades preexistentes del niño, las alergias y los resfriados existentes en la actualidad. Si es posible, un niño no debe exponerse a la anestesia hasta seis semanas después de una infección, ya que entonces aumenta el riesgo de complicaciones respiratorias.

Si las vacunas se han administrado previamente, se debe observar un intervalo de al menos dos semanas (vacunación con vacuna viva) o al menos tres días (vacunación con vacuna inactivada). En caso de emergencias u otros trámites que no se puedan posponer, la anestesia todavía se iniciará. Además, los requisitos de sobriedad se aclaran durante la consulta.

Los bebés no pueden comer alimentos sólidos hasta seis horas antes del procedimiento y líquidos claros (agua, jugo de manzana, té) hasta dos horas antes del procedimiento. Los recién nacidos y los bebés pueden ser amamantados o alimentados con biberón hasta cuatro horas antes del inicio de la anestesia. Los bebés a partir de los 12 meses generalmente reciben un medicamento calmante para aliviar la ansiedad antes la anestesia es inducido

Midazolam (Dormicum®) en forma de jugo se utiliza para este propósito. Sin embargo, los padres tranquilos son particularmente importantes para calmar al niño. Deben estar lo más normales y relajados posible con su hijo para evitar ponerlo innecesariamente nervioso.