¿Cómo puede reconocer usted mismo un síndrome de KiSS? | Síndrome de KiSS

¿Cómo puede reconocer usted mismo un síndrome de KiSS?

Reconociendo un Síndrome del beso no es tan fácil, ya que puede ir acompañado de muchos síntomas diferentes, todos muy inespecíficos. Sin embargo, hay una serie de síntomas que pueden indicar la presencia de un trastorno de simetría inducido por la articulación cervical superior. Dado que la enfermedad es una mala posición de las dos primeras vértebras cervicales, los niños son particularmente notorios por una mala posición de la cabeza o tronco en una determinada dirección.

A menudo, también se puede reconocer una sobreextensión de todo el cuerpo. Los niños a menudo muestran una posición torcida en su cuna y tienen problemas considerables con cabeza rotación, así como una marcada debilidad en la sujeción. En algunos casos, los padres también notan una asimetría de la cara y una mala posición de las extremidades.

Para tomar conciencia de la posible presencia de un Síndrome de KiSS, es particularmente importante prestar atención a los posibles cambios en el comportamiento de los niños. Los niños afectados, sobre todo cuando los alzan, lanzan un grito prolongado y agonizante. A menudo padecen trastornos del sueño y en su desarrollo quedan fuera etapas individuales. Además, la mayoría de los niños sufren de un campo de visión restringido debido a la debilidad del cabeza. En muchos casos también se observa un retraso en el desarrollo causado por una ingesta difícil de alimentos debido a dificultades para beber en el caso de una cabeza inclinada y puede ser un primer indicio de la presencia de una Síndrome de KiSS.

Consecuencias

Dependiendo de la edad, el síndrome de KiSS es responsable del desarrollo de diversos trastornos físicos y mentales. En los bebés, el síndrome de KiSS da como resultado un trastorno del desarrollo, que se manifiesta tanto en un desarrollo motor más lento como más tarde en el desarrollo del habla. A ello se suman frecuentemente trastornos del sueño con largos despertares nocturnos, trastornos de maduración de la cadera y asimetrías en la zona de la cabeza y el rostro.

También es posible la falta de cierre oral, que es en parte responsable de las dificultades en la lactancia materna, y un patrón de bebida generalmente débil con el peligro de un suministro insuficiente. En este grupo de edad, la atención se centra particularmente en los problemas de conducta que son cada vez más notorios en Kindergarten y la escuela primaria y conducen a dificultades y exclusión en el entorno social. El retraso del desarrollo motor de la infancia continúa ahora en una debilidad de las habilidades motoras gruesas y finas.

Asimismo, los trastornos del sueño persisten y la educación sobre higiene de los niños a menudo se retrasa, por lo que la enuresis sigue ocurriendo en la edad de la escuela primaria. La inclinación de la cabeza suele mejorar en el curso del crecimiento, pero se producen posiciones defectuosas de las piernas con la consecuencia de una asimetría postural general, que puede ir acompañada de dolor en las articulaciones Ya estoy en eso la infancia. Especialmente en el entorno social, los niños con síndrome de KiSS se destacan por su pronunciada necesidad de moverse.

Al mismo tiempo, hay un aprendizaje y trastorno de concentración, que a menudo conduce al diagnóstico de TDAH (desorden hiperactivo y deficit de atencion). Además, dolores de cabeza y un comportamiento emocional pronunciado se encuentran entre las consecuencias del síndrome de KiSS en la infancia. Los síntomas de la infancia y la infancia extenderse hasta la edad adulta si no se administra ningún tratamiento, o puede reaparecer en la edad adulta.

Estos también reducen un bloqueo de las cervicales superiores. Los adultos, sin embargo, tienen síntomas ligeramente diferentes, por lo que sufren cada vez más de dolores de cabeza o migrañas, dolor en el cuerpo mayor articulaciones, oblicuidad pélvica, discos herniados, crónicos cuello y problemas de espalda, el tinnitus, repentino pérdida de la audición or equilibrar problemas. Sin embargo, las malas posiciones persistentes aún pueden inducir trastornos del sueño y problemas de postura masivos.

El tratamiento de los síntomas de Kiss en adultos no suele ser diferente al de los niños. Sin embargo, los síntomas en adultos suelen estar presentes desde hace mucho tiempo y son muy avanzados, por lo que ya se han desarrollado patrones de alteración complejos que son particularmente difíciles de corregir. Además, toda la columna y la pelvis suelen verse afectadas en adultos debido a malas posiciones que han existido y progresado a lo largo de los años. Por lo tanto, la terapia suele tardar más que en los bebés y se asocia con un esfuerzo significativamente mayor.

Además, es posible que las malposiciones ya antiguas estén tan endurecidas que ya no puedan corregirse por completo. En la mayoría de los casos, se puede mejorar la movilidad y se puede promover la movilidad. Este tema también puede ser de su interés: Mojar la cama en adultos: ¿qué hay detrás?