Los síntomas de la flemona | Flemón

Los síntomas de la flemona

celulitis provoca diferentes síntomas, que pueden ser leves o graves, según la gravedad de la inflamación. Sin embargo, siempre hay un enrojecimiento de la zona afectada del cuerpo, que además se acompaña de sobrecalentamiento. Además, también hay graves dolor y fiebre.

Si el flemón es visible desde el exterior, el paciente también reconocerá después de un período de tiempo muy corto, derretido pus y áreas decoloradas negras. A más tardar en esta etapa, es muy importante consultar a un médico, porque las áreas negras descoloridas son tejido muerto (necrosis), que en el peor de los casos puede conducir a sangre envenenamiento (sepsis). Algunos pacientes, sin embargo, se quejan de una falta general de impulso, una sensación de debilidad y solo ocasionalmente dolor.

Especialmente los flemones, que se desarrollan después del tratamiento dental, es típico que no sean visibles y causen solo síntomas leves al principio. Sin embargo, a menudo se producen hinchazones en el área de la mandíbula. Además, los flemones, sin importar dónde se encuentren, suelen ir acompañados de una temperatura corporal superior a 39 ° C (fiebre).

Dado que se trata de una inflamación que se propaga de manera difusa, la linfa Los nodos cercanos a los flemones suelen estar hinchados. En general, un flemón se puede reconocer muy bien por su apariencia externa. Hay una fuerte hinchazón alrededor del área de la herida, además de un enrojecimiento generalizado y acumulación de pus alrededor de la herida. Las necrosis negras descoloridas generalmente ocurren en etapas posteriores. También es característico que los flemones sean dolorosos y generalmente muy debilitantes para el paciente.

Terapia

Los flemones tienen una gran necesidad de terapia y no deben ignorarse, ya que la inflamación que se extiende de manera difusa puede hacer que la inflamación se extienda al sangre y causa envenenamiento de la sangre (septicemia). Desde el sangre se propaga sin obstáculos por todo el cuerpo; en el peor de los casos, la inflamación puede extenderse a través de la sangre por todo el cuerpo, lo que puede provocar una o más fallas orgánicas. Sin embargo, este escenario se puede evitar con una terapia adecuada.

Una terapia solo se puede realizar en el hospital. Por un lado, es necesaria una terapia antibiótica en dosis altas, que definitivamente debe administrarse en el vena (por vía intravenosa), ya que es la única forma de prevenir una propagación sistemática de la inflamación. El antibiótico que se administra depende completamente del patógeno del flemón.

Además, es necesario realizar una limpieza de heridas (desbridamiento). En este procedimiento, el tejido necrotizante y supurante se extrae en un área grande en una pequeña operación para que la inflamación no se extienda más y el tejido muerto, que no puede regenerarse, no obstaculice la regeneración del nuevo tejido. Durante la operación, la herida también se enjuaga repetidamente y, en el caso de flemones grandes, se puede colocar un tubo adicional en la herida para drenar la secreción de la herida y pus.

Este principio también se denomina drenaje de heridas con el tubo conectado a un recipiente colector. Después de la operación, es muy importante limpiar bien el tejido afectado una y otra vez. Esto significa que el apósito debe renovarse todos los días y la herida también debe limpiarse con antisépticos. Dado que estas normas de higiene y, sobre todo, la terapia solo puede ser realizada por un médico y el personal de enfermería, la estancia en el hospital es fundamental en el caso de un flemón.