Pronóstico Convulsión febril

Pronóstico

Las convulsiones febriles son frecuentes en los niños pequeños. Se detienen después de unos minutos y no dejan ningún daño permanente al niño. Por tanto, el pronóstico es muy bueno, porque incluso si el niño se pone azul por un corto tiempo, el cerebro recibe suficiente oxígeno y no está dañado.

El desarrollo mental y motor del niño es normal incluso después de repetidas convulsiones febriles simples. En aproximadamente el 30% de los casos, pueden ocurrir una o más convulsiones febriles adicionales, razón por la cual fiebre Se recomienda una reducción a partir de 38.5 ° C de temperatura corporal. Es importante que los padres sepan que un niño no tiene un mayor riesgo de desarrollar epilepsia más tarde en la vida debido a la convulsión febril. El riesgo general es 2-4%, que no es diferente de la probabilidad de epilepsia en la población general. Sin embargo, el riesgo de desarrollar epilepsia es significativamente mayor (alrededor del 10%) en los niños que tienen una complicada convulsión febril o miembros de la familia con epilepsia.

Prevención / Profilaxis

Muchos padres se preguntan qué se puede hacer de manera profiláctica contra la aparición de convulsiones febriles. Dado que un rápido aumento de la temperatura corporal a menudo puede desencadenar convulsiones febriles, muchos padres asumen que el uso de fármacos antipiréticos (p. Ej. paracetamol) puede tener un efecto preventivo. Los estudios clínicos internacionales no pueden proporcionar pruebas de esto y muestran que no es posible una prevención eficaz. En consecuencia, los medicamentos antipiréticos no deben usarse para prevenir nuevos ataques, sino solo para aliviar los síntomas causados ​​por la fiebre.

También los remedios caseros clásicos como las compresas para pantorrillas o para el vientre son útiles para reducir el aumento de temperatura corporal. Como siempre con fiebre, es importante asegurarse de que el niño ingiera suficientes líquidos. Para contrarrestar un nuevo espasmo febril, puede utilizar un anticonvulsivo llamado diazepam.

Esto se puede administrar al niño si la fiebre recurre y el músculo obstáculo no desaparezca después de unos minutos de observación. El beneficio real sigue siendo controvertido, pero se cree que tiene un efecto preventivo. Sin embargo, al usar estos medicamentos, también se deben considerar los numerosos efectos secundarios, como confusión, náusea y fácil excitabilidad.

Por lo tanto, la profilaxis de rutina no debe realizarse en todos los lactantes que hayan tenido convulsiones febriles. Si el niño ya ha tenido el 3er. convulsión febril o si están presentes otros factores agravantes (convulsión febril compleja), aún puede ser necesario que el pediatra prescriba el fármaco antiespasmódico para su administración a intervalos regulares durante un período de tiempo más prolongado.