Nutrición El virus gastrointestinal

Nutrición

Infección del virus conduce a la inflamación de la membrana mucosa de la estómago y intestino delgado (gastroenteritis). Por esta razón, las personas afectadas deben abstenerse de ingerir alimentos que además puedan irritar la estómago. Esto es lo que debe comer: En la fase aguda, que se caracteriza por graves vómitos diarrea, los afectados suelen sufrir graves pérdida de apetito.

En este caso, debe garantizarse al menos una ingesta suficiente de líquidos. El cuerpo excreta mucha agua en los intestinos para eliminar los patógenos. Por tanto, es importante compensar esta deficiencia bebiendo mucho. Esto es lo que debes beber: esta última es una receta del Mundo Salud Organización (OMS). Se deben beber unos tres litros de esta mezcla al día, evitando esto:

  • Bizcocho: fácilmente digerible, contiene muchos carbohidratos.
  • Gachas líquidas de sémola, arroz o avena
  • Puré de manzanas o salsa de manzana: contienen muchas vitaminas perdidas
  • Caldos y sopas: Suministro de electrolitos perdidos como sodio, potasio y calcio.
  • Té tibio sin azúcar
  • Un litro de agua mezclado con media cucharadita de sal de mesa y tres cucharaditas de dextrosa / azúcar de uso doméstico
  • Platos calientes, fuertemente condimentados, endulzados y ácidos: irritan el estómago
  • Tés azucarados calientes: el azúcar y el calor irritan la pared del estómago

Duración

Una infección por un virus gastrointestinal suele ser de corta duración. Los síntomas típicos de una enfermedad causada por un virus gastrointestinal son náusea, vómitos y diarrea (diarrea). La náusea y vómitos por lo general, se establece de forma abrupta y debería desaparecer después de unos dos días.

Poco tiempo después, la diarrea también puede ser grave. A esto se le llama el cuadro clínico típico de diarrea debido a los vómitos provocados por un virus gastrointestinal. Tiempo náusea y los vómitos desaparecen rápidamente, los síntomas de la diarrea pueden durar unos días más.

Sin embargo, esto no debería durar más de una semana. En casos extremos, una infección también puede durar más y, por lo tanto, tener consecuencias más graves para el cuerpo. La duración individual de una enfermedad depende del patógeno respectivo, el estado general de salud de la persona afectada (funcionamiento del sistema inmunológico, estado nutricional, otras enfermedades existentes) y edad.