Terapia Exantema viral

Terapia

La terapia de la erupción viral depende de la causa. Enfermedades de la infancia generalmente se tratan sintomáticamente hasta que los síntomas hayan desaparecido. Esto se puede hacer con antipirético o tos-medicación de alivio.

El fármaco virostático aciclovir se puede utilizar para infecciones por el virus varicela zóster o herpes virus simplex. Durante el embarazo y la lactancia materna, sin embargo, Aciclovir es solo de uso limitado y, por lo tanto, debe discutirse en detalle con el médico tratante. Además, existen algunas medidas generales para las erupciones cutáneas que puedes tomar tú mismo, para que la erupción desaparezca rápidamente y sane sin consecuencias.

No se debe rascar en el área del exantema, ya que otros patógenos pueden penetrar en el cuerpo a través de las áreas de la piel lesionadas. Además, deben evitarse los baños y duchas calientes, ya que estos irritan adicionalmente la piel. Para la higiene personal, también es recomendable utilizar un gel de ducha de pH neutro y jabones o lociones perfumadas no agresivas.

Diagnóstico

El cuadro clínico y la historial médico ya puede darle al médico pistas sobre la causa del exantema. Por ejemplo, la erupción de algunos patógenos virales ocurre en localizaciones corporales típicas o es típica de una temporada determinada. Por ejemplo, el patógeno que causa los tres días fiebre típicamente causa una erupción en el cuello y tronco del cuerpo ya menudo ocurre en primavera u otoño. El general del paciente condición también puede ser un factor determinante; por ejemplo, sarampión la enfermedad se acompaña de un sentimiento severo de enfermedad. Si el examen clínico no permite un diagnóstico claro, esto puede complementarse con sangre pruebas y frotis seguidos de un examen microscópico del tejido.

Exantema viral en lactantes y bebés

La razón por la que el exantema viral es más frecuente en bebés y niños pequeños es que este grupo de edad es más susceptible a las infecciones virales. Los recién nacidos tienen cierta inmunidad de la madre durante algunas semanas o meses después del nacimiento. Esta protección se puede aumentar aún más amamantando al bebé; sin embargo, si esta protección finalmente caduca, los niños no están protegidos contra los patógenos virales en la misma medida que los adultos sistema inmunológico, ya que la propia inmunidad del cuerpo tiene que desarrollarse con el tiempo. Por ejemplo, las vacunas contra patógenos virales como el virus varicela zoster (el patógeno que causa varicela) no se realizan hasta los 12 meses de edad, que es cuando la enfermedad puede presentarse con mayor frecuencia.