Emetofobia: causas, síntomas y tratamiento

La emetofobia es un miedo de pánico a vómitos. Es uno de los trastornos fóbicos.

¿Qué es la emetofobia?

Casi todas las personas tienen miedo de vomitar. Por lo tanto, náusea y vómitos son sensaciones muy desagradables. Sin embargo, algunas personas sienten un pánico absoluto por el simple hecho de pensar en ello. El miedo de vómitos está presente incluso cuando no hay ninguna razón para ello. En tales casos, los médicos hablan de emetofobia. La emetofobia se cuenta entre las enfermedades mentales y supera significativamente el disgusto normal de los vómitos. Por tanto, se considera un trastorno de ansiedad porque las personas afectadas sienten un miedo irracional a vomitar. Tienen este miedo incluso cuando observan a otras personas vomitando. Incluso las películas, las fotografías o los vómitos como tema de conversación les provocan ansiedad. Las mujeres parecen verse afectadas por la emetofobia con más frecuencia que los hombres. Por lo tanto, los estudios mostraron un número significativamente mayor de casos entre ellos.

Causas

Las causas de la emetofobia aún no se han determinado con precisión. Sin embargo, muchas personas afectadas sufrieron en su la infancia de experiencias traumáticas en las que el vómito estaba en primer plano. Esto podría ser, por ejemplo, un castigo porque el niño tuvo que vomitar en el carro. Como resultado, el niño creía que el vómito lo hacía menos querido. Sin embargo, en muchos otros pacientes, no hubo una experiencia tan traumática. Sin embargo, les resulta difícil lidiar con la presión externa. Por lo tanto, la emetofobia en ellos es simplemente el síntoma de otros problemas psicológicos. No es raro que los afectados se vean atrapados en un círculo vicioso de ansiedad social y ataques de pánico. Muchos pacientes también tienen un pronunciado trastornos de la alimentación. Debido a que tienen miedo de vomitar después de las comidas, comen solo porciones pequeñas o solo de manera irregular. Se evitan por completo ciertos alimentos. Para prevenir los vómitos, alrededor del 75 por ciento de todos los pacientes comen solo ciertos alimentos y controlan su vida útil a fondo porque temen que los alimentos se echen a perder.

Síntomas, quejas y signos.

La emetofobia se manifiesta tanto por síntomas físicos como psicológicos. Los síntomas físicos se asemejan ataques de pánico. Por ejemplo, los pacientes a menudo sufren de latidos cardíacos rápidos, náusea, sudando, estómago dolor, temblores, ataques de debilidad y escalofríos. Además, van acompañados del miedo constante a vomitar. Los pacientes adultos y adolescentes a menudo son conscientes de que su miedo a los vómitos es exagerado, pero no pueden hacer nada al respecto. En cambio, limitan cada vez más su vida profesional y social. Algunos emetofóbicos evitan estrictamente cualquier situación que les pueda provocar vómitos. Por ejemplo, evitan festividades como reuniones familiares, celebraciones de empresa o fiestas. Especialmente en fiestas donde alcohol se consume, tienen miedo de tener que ver vomitar a un borracho. Los niños afectados evitan los viajes escolares o las excursiones. Viajar o viajar en transporte público también es demasiado riesgoso para los emetofóbicos debido al miedo a cinetosis o posible enfermedad en países extranjeros. Se evita comer en lugares distintos a la casa. Si enfermedades como las gastrointestinales gripe ocurren en el entorno profesional, los emetofóbicos toman una licencia por enfermedad preventiva. Embarazo es impensable para las mujeres afectadas. Incluso se evita el contacto con mujeres embarazadas porque podrían vomitar. El mayor temor de los emetofóbicos es estar encerrado en una habitación donde la gente pueda vomitar. Por lo tanto, siempre están atentos a las rutas de escape. No van a los consultorios médicos ni a los hospitales porque tienen miedo de la los gérmenes que son rampantes allí, que desencadenan náusea y vómitos. Como medida preventiva, suelen tomar antiinflamatoriosemético drogas. Como resultado, no es raro que se vuelvan dependientes de estos medicamentos. Por el contrario, evitan los medicamentos que tienen efectos secundarios potenciales, como los vómitos.

Diagnóstico

Se considera difícil diagnosticar la emetofobia. Por lo tanto, este trastorno mental es poco conocido hasta la fecha y, además, solo se dispone de unos pocos instrumentos de diagnóstico adecuados. Los médicos holandeses han desarrollado un cuestionario especial para su uso en la investigación. Contiene un total de 115 preguntas relacionadas con el miedo a los vómitos y las sensaciones físicas. El paciente debe responder a las preguntas en una escala del 1 al 5. Los síntomas de la emetofobia, como la conducta de evitación, también juegan un papel importante. Si el paciente logra persuadirse a sí mismo de visitar a un médico y someterse a terapia forestal, las posibilidades de un tratamiento exitoso de la emetofobia son buenas. Sin embargo, el paciente también debe tener un firme compromiso con terapia forestal.

¿Cuándo deberías ir al médico?

El miedo a los vómitos debe ser aclarado por un médico en cualquier caso. Solo un examen médico puede determinar si realmente se trata de una emetofobia. Si la causa es una dolencia física, debe aclararse y, si es necesario, tratarse. Una causa psicológica no requiere necesariamente terapia forestal. Sin embargo, si el condición conduce a restricciones en la vida cotidiana o se asocia con una mayor ansiedad para los afectados, se recomienda una visita a un psicólogo. Se recomienda a los padres que noten signos de emetofobia en sus hijos que hablar a su pediatra. Si la fobia se trata terapéuticamente en una etapa temprana, generalmente se pueden evitar los trastornos posteriores y los efectos adicionales en la psique. A más tardar, cuando surjan problemas profesionales o privados debido al miedo, por ejemplo, porque la persona afectada se retira de la vida social o a menudo toma una baja por enfermedad, se debe consultar al médico de familia. Otros contactos son el psicólogo o un especialista en fobias y trastornos de ansiedad.

Tratamiento y terapia

Terapia de comportamiento representa una opción de tratamiento para la emetofobia. Esto implica un estímulo conductual. concentración en el que el paciente se expone a las mismas situaciones a las que teme. Esto significa, por ejemplo, que la víctima tiene que ver películas en video en las que la gente vomita. También van a fiestas o visitan restaurantes para eventualmente superar sus miedos. Con la ayuda de especial ejercicios de respiración y relajación técnicas, los pacientes aprenden a relajarse mejor.

Perspectivas y pronóstico

En principio, trastornos de ansiedad y las fobias se encuentran entre las enfermedades que se pueden curar. Debido a que la emetofobia es poco conocida, hacer un diagnóstico es una de las tareas más desafiantes para los médicos. Además, los afectados no acuden al médico hasta tarde, cuando los síntomas ya son muy pronunciados. Cuanto más tarde se diagnostica la enfermedad y se puede iniciar el tratamiento, más suelen ser el sufrimiento y el proceso de curación. La vulnerabilidad a la aparición de más trastornos mentales es alta en los afectados y debe tenerse en cuenta al hacer un pronóstico. En el caso de la emetofobia, la recuperación espontánea es posible en cualquier momento con o sin atención médica. Los procesos cognitivos o eventos de las circunstancias de la vida habitual pueden Lead a cambios repentinos. Sin terapia, el bienestar de la mayoría de los pacientes se deteriora con el tiempo. Es de esperar un aumento constante de los síntomas hasta que se altere significativamente la calidad de vida. La atención médica o terapéutica se centra en las causas existentes y tiene en cuenta las circunstancias individuales del paciente. El proceso de curación lleva varios meses o años. La cooperación del paciente y una buena relación de confianza con el terapeuta son fundamentales para un buen pronóstico. La emetofobia puede reaparecer en cualquier momento a pesar de la cura. Un período prolongado de enfermedad y las recaídas frecuentes aumentan el riesgo de un curso crónico de la enfermedad.

Prevención

Preventivo medidas contra la emetofobia. Por lo tanto, aún no se pudieron determinar los desencadenantes exactos del trastorno mental.

Programa de Cuidados Posteriores

En el caso de la emetofobia, el paciente tiene opciones muy limitadas de cuidados posteriores. Por lo tanto, el enfoque en este trastorno también está en el tratamiento directo y rápido de la emetofobia para que no ocurran más complicaciones o molestias. En primer lugar, la detección temprana con un tratamiento rápido tiene un efecto positivo en el curso posterior de la enfermedad. La mayoría de los pacientes dependen de terapia de comportamiento en el caso de la emetofobia, que lo realiza un psicólogo y debe continuarse hasta que desaparezcan los síntomas. En muchos casos, algunos ejercicios de esta terapia también se pueden realizar en la propia casa del paciente, lo que puede acelerar el proceso de curación. Además, ejercicios y técnicas para una adecuada respiración y relajación También se puede practicar en el propio domicilio del paciente para aliviar el malestar de la emetofobia. Los pacientes también dependen del apoyo de su propia familia y amigos en su vida diaria. En este sentido, el cuidado amoroso e intensivo de la persona afectada tiene un efecto positivo en el curso de la emetofobia. Como regla general, la enfermedad no reduce la esperanza de vida del paciente.

Que puedes hacer tu mismo

Para hacer frente a la vida cotidiana, la asistencia regular a un grupo de apoyo ha demostrado ser eficaz para los emetofóbicos. Para muchos, ayuda poder hablar sobre sus miedos con otros enfermos y compartir experiencias y estrategias de afrontamiento. El grupo de autoayuda ofrece la oportunidad de volver a comer en público en un entorno protegido, por ejemplo, visitando restaurantes juntos. El objetivo del grupo de autoayuda es promover la autoaceptación y permitir un enfoque imparcial del tema de volver a comer. Para algunos pacientes, el uso profiláctico de un medicamento gastroprotector parece ser una opción importante. Cabe señalar que las preparaciones del grupo de inhibidores de la bomba de protones de drogas puede tener riesgos y efectos secundarios. Por lo tanto, no deben tomarse durante un período prolongado sin receta médica. En algunos casos, el alivio de los síntomas se puede lograr con hierbas o remedios homeopáticos, cuyo modo de acción se basa principalmente en la placebo efecto. Técnicas profesionales para el manejo de la ansiedad, que se pueden aprender como parte de terapia de comportamiento, representan otra opción de autoayuda. La mayoría de los pacientes pueden reducir gradualmente el miedo a los vómitos con el uso regular y constante de estas técnicas. De esta forma se pueden gestionar mejor las próximas situaciones estresantes como celebraciones familiares, cenas de empresa, etc. Por el contrario, la táctica de recordar situaciones públicas positivas, que está bien establecida en la terapia de trastornos de ansiedad, no parece funcionar tan bien con los emetofóbicos: recordar que el evento esperado nunca ha ocurrido hasta ahora ha demostrado ser útil solo con unos pocos pacientes.