Diagnóstico Miedo a perder en los niños

Diagnóstico

El diagnóstico de una excesiva miedo a perder, en psicología llamado "Trastorno emocional con ansiedad por separación de la infancia“, Se basa en ciertos patrones de comportamiento observables y temores expresados ​​por el niño. Estos incluyen, por ejemplo, negarse a ir a la escuela o Kindergarten para permanecer con el cuidador o temores persistentes pero poco realistas de los peligros que podrían separar al niño del cuidador. Estos miedos también pueden afectar al niño como síntomas físicos, que incluyen dolores de cabeza, náusea y vómitos or dolor abdominal.

Si bien la mayoría de estos comportamientos ocurren en la mayoría de los niños a medida que se desarrollan, el diagnóstico de un trastorno emocional de este tipo se relaciona principalmente con el alcance y la duración de estos comportamientos. En general, no es posible dar una circunstancia o comportamiento precisos cuando los temores de pérdida aún son “normales” en los niños y cuando se consideran “anormales”, ya que estos dependen de muchos factores, como el carácter o el entorno del niño. En la mayoría de los casos, sin embargo, una comparación con niños de la misma edad y un intercambio con otros padres sobre el comportamiento de sus hijos pueden ayudar a evaluar mejor al propio hijo.

Es completamente normal y también está previsto por la naturaleza que los bebés y los niños pequeños empiecen a llorar cuando sus padres se van o incluso los pierdan de vista, porque aún no han aprendido que los padres siempre regresan. Esta comprensión solo se desarrolla con el tiempo, por lo que los niños de un año no siempre comienzan a llorar tan pronto como el cuidador (madre o padre) no es visible. El término “conspicuo” describiría una conducta en la que este proceso ocurre mucho más tarde y los niños a la edad de dos o tres años aún muestran una ansiedad pronunciada tan pronto como el cuidador se aleja por unos minutos. Otra prueba para la mayoría de los niños es el comienzo de su Kindergarten años, ya que suele ser la primera vez que se separan de sus padres durante mucho tiempo. Normalmente, sin embargo, los niños se acostumbran a tener que pasar unas horas sin sus padres en una o dos semanas, si este proceso dura mucho más o si los miedos que surgen hacen que sea imposible asistir. Kindergarten, esto también puede describirse como "conspicuo", por lo que uno debe abordar específicamente los temores del niño y encontrar medidas para enfrentarlos.