Genfood: ayudantes de ingeniería genética

Pequeños ayudantes, los denominados microorganismos como bacterias fotosintéticas, levaduras u hongos, están involucrados en muchos procesos de tecnología alimentaria. Están involucrados, por ejemplo, en la elaboración de cerveza, yogurt producción y maduración del queso. Dado que en la actualidad se necesitan a gran escala, muchos de estos microorganismos proceden del taller genético. Se modifican usando ingeniería genética procesos para que produzcan determinadas sustancias a bajo coste. Estos se utilizan luego como aditivos y coadyuvantes en la industria alimentaria.

Cuajo para la producción de queso

Se necesita fermento de cuajo para hacer queso. El cuajo se encuentra en el ternero. estómago y contiene la enzima quimosina, que causa leche proteína para coagular. La adición del fermento de cuajo inicia el espesamiento del leche. Además del cuajo animal del estómago de los terneros, la enzima ahora también se puede obtener con la ayuda de microorganismos modificados genéticamente.

No existen regulaciones especiales para la aprobación y el etiquetado de estos ayudantes diseñados genéticamente. Desde un punto de vista puramente legal, se consideran auxiliares técnicos y no tienen que estar incluidos en la lista de ingredientes. El estado actual del conocimiento muestra que no hay residuos de los microorganismos modificados genéticamente en los alimentos manufacturados, ya que hay varias etapas de procesamiento entre la producción de las sustancias y los alimentos terminados.

Piensos animales modificados genéticamente

La producción de carne, leche y Huevos en Europa ha alcanzado una dimensión que hace inevitable la importación de mayores cantidades de pienso. La soja en particular se importa de América del Norte y del Sur. Por tanto, los piensos suelen contener proporciones de soja modificada genéticamente. Sin embargo, se puede suponer que el alimento producido en cada caso no difiere de la producción puramente convencional. Por ejemplo, varios estudios han demostrado que los piensos modificados genéticamente no se detectan en la leche.

Hasta el momento, ingeniería genética sólo ha llegado a nuestros supermercados de forma indirecta. En Europa, todavía existe una gran reticencia a esta tecnología. Sin embargo, los desarrollos globales muestran que ingeniería genética continuará propagándose en muchas áreas.