Neumonía: síntomas, causas, tratamiento

Neumonía - conocida coloquialmente como neumonía - (sinónimos: bronconeumonía; neumonía lobar; ICD-10 J18.-: Neumonía, agente causal no especificado; J12.-: Viral neumonía, no clasificado en otra parte; J16.-: Neumonía debida a otros agentes infecciosos, no clasificados en otra parte; J17.-: Neumonía debida a enfermedades clasificadas en otro lugar) es una inflamación del pulmón tejido (griego antiguo πνεύμων pneumōn, alemán "pulmón"), generalmente causado por una infección con bacterias fotosintéticas, virusu hongos, y con menos frecuencia por alergias e irritantes químicos o físicos. Según su etiología, las neumonías se dividen comúnmente en tres categorías:

  • Neumonía adquirida en la comunidad (AEP; CAP).
  • Neumonía intrahospitalaria intrahospitalaria (“neumonía intrahospitalaria”, HAP), que es una de las infecciones más frecuentes que se producen durante la estancia hospitalaria.
  • Neumonía en inmunodeprimidos (incluidos pacientes neutropénicos después de quimioterapia, Después trasplantar, y pacientes con inmunosupresores crónicos terapia forestal para enfermedades sistémicas).

Aproximadamente el 70% de las neumonías son causadas por bacterias fotosintéticas. En aproximadamente el 25-45% de los casos, los neumococos son los agentes causantes de la neumonía adquirida en la comunidad, el 5-20% son causados ​​por Haemophilus influenzae y 5-25% por virus (principalmente influir virus). Se distinguen las siguientes formas de neumonía:

  • Forma aguda o crónica
  • Neumonía primaria: ocurre sin la presencia de una enfermedad subyacente.
  • Neumonía secundaria: ocurre en pacientes con afecciones preexistentes existentes.
  • Neumonía alveolar ("neumonía que afecta a los alvéolos").
    • Neumonía lobular: forma de progresión en la que la inflamación del pulmón el tejido afecta lóbulos enteros del pulmón.
    • Bronconeumonía: forma de progresión en la que la inflamación afecta el entorno de los bronquios de forma focal.
  • Neumonía intersticial: neumonía, que no afecta los alvéolos (alvéolos), sino el intersticio (tejido conectivo capa entre los alvéolos y sangre vasos).

Además, existen las llamadas neumonías atípicas. Las neumonías atípicas son causadas principalmente por patógenos atípicos como Micoplasma (5-15% de los casos), Legionella, La clamidia o Rickettsia. Una quinta parte de todas las neumonías son neumonías atípicas. Una forma especial de neumonía es la neumonía nosocomial (neumonía adquirida en el hospital, HAP), que es una de las infecciones más comunes que ocurren durante la hospitalización. Pico estacional de la enfermedad: la neumonía se produce con mayor frecuencia durante la frío temporada. Pico de frecuencia: la enfermedad se presenta predominantemente en lactantes, niños pequeños y ancianos. En Alemania, aproximadamente entre 400,000 y 600,000 personas contraen neumonía cada año. La incidencia (frecuencia de nuevos casos) de neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es de 8 a 10 casos por cada 1,000 habitantes por año (en Alemania). La incidencia de neumonía nosocomial es de 5.4 por 1,000 días con respirador en pacientes con ventilación invasiva. Evolución y pronóstico: la neumonía es la principal causa de muerte entre enfermedades infecciosas en países industrializados. Esto se debe a que los pacientes en estado crítico y postrados en cama, en particular, con frecuencia desarrollan neumonía nosocomialmente (adquirida en el hospital) como complicación. Los patógenos muy resistentes suelen ser los desencadenantes. En personas por lo demás sanas, la neumonía suele curarse sin consecuencias. La tasa de mortalidad por neumonía primaria adquirida en la comunidad (AEP) es inferior al 0.5%. Cuando se hospitaliza, la letalidad de los pacientes con NAC es del 10-20%. El pronóstico de la neumonía secundaria y nosocomial es bastante malo. Las puntuaciones de pronóstico CRB-65 y CURB-65 han demostrado ser útiles para evaluar el pronóstico (consulte “Examen físico“). Vacunación: está disponible la vacunación contra los desencadenantes más comunes, los neumococos. Especialmente los niños pequeños de hasta 2 años, las personas mayores de 60 años y las personas con inmunodeficiencia congénita o adquirida (por ejemplo, en caso de enfermedad por VIH), así como enfermedades cardiovasculares, deben vacunarse.