¿Qué es la tomografía computarizada?

En comparación con los rayos X convencionales, el método de tomografía computarizada (también: tomografía computarizada; TC) es comparativamente joven, pero es difícil imaginar una rutina clínica sin ella. Su versatilidad y rápidos desarrollos técnicos lo hacen indispensable para una amplia variedad de problemas en casi todas las regiones del cuerpo. ¿Se pueden combinar las mediciones de rayos X tomadas desde diferentes direcciones de proyección de tal manera que proporcionen una imagen completa y sin superposición de una capa corporal, similar a un rompecabezas?

Rayos X: Imagen del interior

En las radiografías convencionales, los rayos se envían a través del cuerpo y, dependiendo de cuánto los transmitan los diferentes tejidos, llegan al otro lado. Allí, se registran mediante una especie de placa fotográfica. Se obtiene una imagen bidimensional, similar a una silueta en la pared, en la que se superponen las distintas estructuras.

Lo que se pierde es la información a qué profundidad se encuentran. Este es un problema que puede resolverse en parte tomando imágenes en diferentes planos de proyección, por ejemplo, de adelante hacia atrás y de izquierda a derecha. Tomografía computarizada también usa rayos X, pero resuelve este problema de una manera diferente.

¿Cómo funciona la tomografía computarizada (TC)?

La diferencia entre la tomografía computarizada y las imágenes tradicionales es que la tomografía computarizada toma imágenes del cuerpo en cortes finos. Cada una de estas rebanadas, que tienen solo unos pocos milímetros de grosor, se puede asignar exactamente a un lugar del cuerpo, como si se hubiera cortado en cruz mil veces con un cuchillo afilado.

Pero el dispositivo puede hacer aún más: las imágenes se pueden posprocesar, ampliar, medir, almacenar y ver desde diferentes ángulos. Y, especialmente útil, se puede ensamblar una imagen espacial a partir de las imágenes seccionales si es necesario, que se puede ver desde todos los lados y permite a los médicos asignar y extender con precisión estructuras y sus alrededores, por ejemplo, en preparación para una operación. Para obtener cortes tan finos, se envía un haz fino de rayos X a través del cuerpo y los detectores del otro lado lo recogen.

Diferentes tipos de TC

El truco es que la máquina de TC gira una vez alrededor del paciente durante el examen, tomando una gran cantidad de medidas. Estos se transmiten a la computadora, que los une, de acuerdo con las diferencias entre la intensidad de los rayos enviados y la intensidad de los rayos recibidos, para crear una imagen en sección transversal con diferentes tonos de gris.

Luego, el dispositivo se mueve una pequeña distancia a lo largo del paciente y el proceso se repite capa por capa hasta que se escanea el área deseada. Esta técnica convencional también se conoce como TC incremental. Durante las exploraciones, el paciente debe permanecer quieto y ajustar su respiración movimientos según las instrucciones del personal para que la imagen no se vea borrosa.

Las máquinas más nuevas funcionan aún más eficientemente al hacer que el tubo se mueva continuamente en forma de espiral alrededor del paciente (TC en espiral), a menudo disparando múltiples unidades de Rayos X haces captados por varias filas de detectores (TC multidetector = TC multicorte). Esto permite escanear grandes secciones del cuerpo de manera muy rápida y con alta resolución, una ventaja especialmente para estructuras en movimiento como el corazón.

Historia de la tomografía computarizada

El matemático Radón propuso una teoría ya en 1917, y su inversa permitió al físico Cormack encontrar una solución computacional a este problema a principios de la década de 1960. El ingeniero eléctrico Hounsfield aprovechó este hallazgo y desarrolló una máquina con la que escaneaba los cerebros de cerdos y bueyes a partir de 1967. En 1972, el cerebro de un ser humano fue examinado por primera vez, y comenzó la marcha triunfal de la tomografía computarizada. Cormack y Hounsfield recibieron el Premio Nobel de Medicina en 1979 por su trabajo pionero.

El primer prototipo de tomógrafo computarizado tardó nueve días en adquirir y dos horas en calcular 28,000 mediciones. Los dispositivos actuales logran procesar cientos de miles de mediciones en solo unos segundos, y se necesitan entre dos y diez minutos para examinar el cabeza, por ejemplo.