Extraños con el bebé

Definición

La palabra "extraños" describe un comportamiento de niños pequeños hacia extraños. En este contexto, el término “extraño” también se puede definir como abuela, abuelo o su propio papá. Los niños pequeños pueden comenzar a convertirse en extraños de la noche a la mañana y luego enfrentar a todas las demás personas, incluido el entorno inmediato y familiar, con sospecha y un comportamiento despectivo.

En la mayoría de los casos, el único cuidador de confianza sigue siendo la madre. Esta extrañeza es, sin embargo, totalmente normal y no debería ser motivo de preocupación. Habla por el hecho de que el comportamiento social del niño se desarrolla para que el niño reconozca los rostros familiares y pueda diferenciar a los extraños de ellos.

Causas del extranjero

La única razón definida para los extraños hasta la fecha es el proceso de desarrollo normal del comportamiento social del niño. A partir del sexto mes, los niños pueden reconocer rostros y reaccionar en consecuencia ante personas conocidas o desconocidas. La percepción sensorial del niño madura para que ya no confíe ciegamente, le sonríe y le preste toda la atención a cada persona como antes.

El niño ahora puede reconocer ciertas características en el rostro de diferentes personas o asignar gestos y expresiones faciales individuales. En cierto modo, la extrañeza de un niño es el primer signo de una sana desconfianza hacia los extraños en un entorno posiblemente desconocido. Al mismo tiempo, la extrañeza también es una señal de que el niño puede generar confianza.

Como padre, no hay que preocuparse ni reprochar que la extrañeza se base en una mala educación o que el niño haya sido malcriado demasiado. Por supuesto, las malas experiencias con extraños en el pasado pueden tener una influencia negativa en la desnudez de 8 meses. Sin embargo, esto es más bien una excepción.

Por cierto, los extraños pueden depender mucho del bienestar actual del niño. En los días de mal genio, el comportamiento extraño puede ser más pronunciado de lo habitual. También se asume que depende del carácter materno el tiempo y la intensidad de la fase del extraño. Las madres comunicativas que son rápidas para hablar con gente nueva y abiertas a extraños pueden, en presencia de su hijo, transmitirle que no hay peligro de extraños. Si un niño crece en tal contacto, esto puede tener una influencia positiva en la extrañeza del niño.