Pie doblado hacia afuera - ¿Qué hacer?

Introducción

Especialmente las personas que practican deportes y usan tacones altos corren el riesgo de lesionarse tobillo articulación. Puede suceder muy rápido: un golpe en el campo de fútbol o el correr pista, con vistas a un bordillo, y luego gira el pie. Debido a la anatomía del sistema musculoesquelético, en la mayoría de los casos se trata de un llamado supinación trauma

Esto significa que el pie se dobla sobre el exterior. DolorEl resultado puede ser hinchazón e incluso la coloración azul del pie. A menudo, la extremidad afectada no puede soportar peso durante mucho tiempo o solo debajo dolor. Para no prolongar la duración de las restricciones de movimiento, se debe buscar el tratamiento adecuado. En caso de graves dolor, mala posición, hinchazón severa y si los síntomas persisten, se debe consultar a un médico para descartar las consecuencias de una lesión que requiera tratamiento.

Síntomas

Supinación traumatismo, es decir, doblar el pie hacia afuera, puede provocar lesiones en el aparato ligamentoso y el huesos. Aunque la mayoría de los incidentes no tienen consecuencias, aunque sean dolorosas, los daños deben detectarse y tratarse desde el principio. Inmediatamente después de la lesión, domina el dolor que ocurre principalmente durante el movimiento o bajo estrés.

Si las deformidades o la inestabilidad ya son evidentes en este momento, se debe consultar a un médico de inmediato o alertar a los servicios de emergencia para garantizar un transporte cuidadoso al hospital más cercano. Minutos u horas después de agacharse, el pie puede hincharse, lo que suele ser muy preocupante para los afectados. Al igual que la coloración azul del pie como resultado del sangrado en el tejido circundante, esto no necesariamente indica consecuencias graves de una lesión, pero un médico debe aclararlo en caso de síntomas graves.

La hinchazón, que es el resultado de una entrada de líquido en el tejido, en principio puede asumir una gran extensión, de modo que en algunos casos la persona lesionada ya no puede usar sus zapatos habituales. La gravedad de la lesión se puede dividir en tres grados, el primero de los cuales se caracteriza por una ligera hinchazón y un ligero dolor o por pequeñas restricciones de movimiento. El segundo grado se caracteriza por un dolor significativo y una ligera inestabilidad, mientras que el tercer grado se caracteriza por un dolor intenso, fuertes restricciones de movimiento y una gran inestabilidad.

En el grado uno, se puede intentar el autotratamiento, en los grados dos y tres, se debe buscar consejo médico. Si el pie está doblado hacia afuera, uno o todos los tres ligamentos externos pueden romperse. Además del aparato ligamentoso, el tejido circundante y sangre vasos también se estiran.

El pie lesionado puede hincharse debido a la entrada de líquido al tejido y al sangrado. Una herida en la parte inferior pierna con hundimiento del moretón en la dirección del pie puede simular una tobillo participación conjunta. Si se consulta a un médico, éste comprobará la integridad del aparato ligamentoso mediante las denominadas pruebas de esfuerzo.

Al hacerlo, mueve la articulación lesionada con ciertos grados de libertad y presta atención a la información sobre el dolor que le da su paciente. Además, el dolor por presión sobre ciertos puntos puede proporcionar información sobre la naturaleza de la lesión. Para diagnosticar un ligamento externo desgarrado, el médico también controlará la inclinación del astrágalo y el avance del astrágalo.

En el caso de la inclinación del astrágalo, el pie se inclina lateralmente hacia adentro en el tobillo tenedor, mientras que en el caso del avance del astrágalo el articulación del tobillo se mueve hacia adelante en una posición en ángulo recto. Una inclinación del astrágalo de más de ocho grados y un avance del astrágalo de más de ocho milímetros indican un ligamento externo desgarrado. Se utilizan técnicas de imagen para confirmar el diagnóstico de sospecha realizado previamente.

Por regla general, las radiografías convencionales son suficientes para ello. La lesión respectiva se puede hacer más claramente visible en las llamadas imágenes retenidas. Para ello, se sujeta el miembro afectado en un aparato que fija la articulación en una determinada posición con una aplicación de fuerza previamente definida. Si las estructuras de los ligamentos se lesionan, los espacios entre las estructuras óseas pueden ensancharse de forma no natural, lo que se evitaría con ligamentos intactos. En casos excepcionales, se toman imágenes de TC o MRT del pie para confirmar el diagnóstico. Debido a la mayor exposición a la radiación en la tomografía computarizada y los altos costos que implican los exámenes de resonancia magnética, las radiografías convencionales siguen siendo el método de elección.