Enfermedades concomitantes comunes del VIH | Los síntomas de la infección por VIH

Enfermedades concomitantes comunes del VIH

Hepatitis las infecciones ocurren muy a menudo junto con las infecciones por el VIH. Hepatitis es un inflamación del hígado, que en la mayoría de los casos es causado por uno de los cinco hepatitis virus. Las infecciones a menudo se encuentran juntas porque las rutas de transmisión son las mismas.

Ambas enfermedades pueden transmitirse a través de contactos sexuales, jeringas contaminadas y sangre Si la infección por el VIH ya está presente, pueden ocurrir a su vez otras infecciones virales, ya que la inmunosupresión facilita tanto la infección inicial como la cronicidad de la hepatitis. Hepatitis B y C virus en particular, suponen un gran peligro para el paciente, aunque se dispone de una vacuna eficaz contra la hepatitis B. Síntomas agudos como fiebre, coloración amarillenta de la piel y náusea puede ocurrir en raras ocasiones, pero a menudo la infección solo se nota después de una rutina sangre .

Los diferentes tipos de hepatitis están asociados con diferentes tratamientos y pronósticos. La terapia con medicamentos es absolutamente necesaria para prevenir un curso crónico de la infección y, por lo tanto, evitar graves hígado Daños a largo plazo. Los enfermos de VIH sufren por encima del promedio de depresión., que se debe a la pesada carga psicológica y física de la enfermedad del VIH.

La infección por VIH A menudo representa una experiencia decisiva en la vida de los afectados. Sin embargo, la enfermedad del VIH adolece de muchos prejuicios, que dan a las propias personas afectadas y a su entorno social una imagen errónea de la enfermedad y, por lo tanto, generan estrés psicosocial. Los aspectos más importantes de la enfermedad del VIH, que a menudo provocan estrés psicológico, son el curso crónico de la enfermedad, el acortamiento de la esperanza de vida y la supuesta incapacidad para mantener contactos sexuales y tener hijos.

Una infección por el VIH es crónica y no se puede curar, pero el control de las drogas es lo mejor posible, por lo que no se puede suponer un acortamiento de la vida o incluso una sentencia de muerte por la infección. Además, la vida sexual no tiene que experimentar ninguna restricción significativa bajo control médico. En el diagnóstico inicial, toda persona afectada debe recibir apoyo psicoterapéutico para eliminar los estigmas, comprender y conocer mejor la enfermedad y reanudar rápidamente la vida cotidiana.