Diagnóstico Dolor en la articulación del pulgar

Diagnóstico

Dolor que ocurre en el pulgar debe ser aclarado por un médico. Los especialistas en este campo son especialistas en ortopedia. Para hacer un diagnóstico correcto, primero se debe tomar en detalle la historia del paciente (anamnesis).

En la anamnesis, la ubicación exacta y la intensidad de la dolor es solicitado y evaluado por el médico tratante. Después de la anamnesis, se examina el pulgar. Por lo tanto, hace una diferencia diagnóstica si el dolor ocurre cuando se presiona el pulgar y / o durante ciertos movimientos o actividades.

Por último, las pruebas por imágenes también pueden proporcionar información sobre la causa del dolor en el pulgar. Los cambios en el hueso, como los que se encuentran en la osteoartritis, se pueden observar fácilmente, especialmente en las radiografías. Si ligamentos y articulaciones del pulgar necesita ser examinado más de cerca, un ultrasonido Un examen o un diagnóstico por resonancia magnética también pueden ayudar a encontrar la causa del dolor.

Terapia

La terapia de dolor en la articulación del pulgar depende de la causa individual del dolor. En el caso de lesiones, conviene aclarar qué estructuras se ven afectadas y si es necesario tratarlas quirúrgicamente. Hay varios métodos de tratamiento disponibles para la osteoartritis.

Lo más importante es un diagnóstico precoz de la enfermedad. Además de las terapias conservadoras sin cirugía, la cirugía también puede ser necesaria en algunos casos para tratar artrosis. Las opciones de tratamiento conservador incluyen el uso de analgésicos, terapias físicas e inyecciones de cortisona. Quirúrgicamente se dispone de dos métodos diferentes, por un lado, la denominada artroplastia de resección y la resección del trapecio. Además, se puede realizar un endurecimiento completo de la articulación para que la persona afectada esté libre de dolor.

Pronóstico

El pronóstico del pulgar dolor en las articulaciones depende de la causa del dolor. Para la mayoría de las enfermedades, un diagnóstico temprano y, por lo tanto, un inicio temprano de la terapia pueden mejorar significativamente el pronóstico individual. Por ejemplo, artrosis en las primeras etapas todavía se puede tratar muy bien con medidas de terapia conservadoras, mientras que la artrosis en una etapa tardía se asocia con un pronóstico bastante malo en términos de movilidad articular y ausencia de dolor.