Causas Descompensación horaria

Causas

Los síntomas del desfase horario pueden variar considerablemente de una persona a otra, tanto en su naturaleza como en su gravedad. Además, las diferencias horarias entre el punto de partida y el de llegada también juegan un papel decisivo. La fatiga pronunciada, que solo disminuye de forma limitada incluso después de días, es uno de los síntomas más conocidos de jetlag.

Como regla general, las personas afectadas informan una fatiga pronunciada, que puede durar hasta cinco días después del aterrizaje. Incluso los períodos cortos de sueño durante el día generalmente no pueden disipar la cansancio típico de jetlag. Además, paradójicamente, esta fatiga suele ir acompañada de graves trastornos del sueño.

Esto significa que las personas afectadas no pueden conciliar el sueño por la noche a pesar de la fatiga persistente. Además, jetlag por la noche a menudo conduce a un despertar inesperado de la persona afectada. La razón de este fenómeno es el hecho de que el organismo todavía se adapta a la luz del día durante la noche.

Solo después de varias noches es posible volver a dormir toda la noche. A partir de este momento, la fatiga relacionada con el desfase horario suele disminuir significativamente. Otro síntoma frecuente del desfase horario son los mareos pronunciados.

Este síntoma también suele desaparecer por completo varios días después del aterrizaje. Dado que el cambio de hora también afecta al tracto gastrointestinal, pérdida de apetito, estreñimiento or diarrea también puede ocurrir. A veces, las personas afectadas también sufren de pronunciada cambios de humor. Aún no está claro si los estados de ánimo depresivos típicos son causados ​​directamente por el cambio de hora o más bien por los otros síntomas del desfase horario.

Duración de un desfase horario

La duración de un desfase horario varía de persona a persona. Por un lado, parece depender de la edad. A menudo, es más difícil para las personas mayores adaptarse a un cambio de horario que para los adultos jóvenes.

Además, la dirección del vuelo juega un papel decisivo. Un viaje hacia el oeste y una aparente extensión del día generalmente pueden compensarse mejor con el cuerpo que al revés. Probablemente esto se deba al hecho de que el biorritmo humano natural dura algo más de 24 horas.

Se dice que el cuerpo necesita alrededor de un día por zona horaria para adaptarse. Por lo tanto, más vuelos dan como resultado un desfase horario más prolongado que los vuelos cortos con solo dos horas de diferencia horaria. Los sistemas de órganos individuales también pueden tardar diferentes períodos de tiempo en adaptarse. Así puede ser que los hábitos alimenticios ya se hayan acostumbrado al nuevo horario, alteraciones del sueño sin embargo todavía existen algunos días más.