Mastopatía: tratamiento y prevención

Dependiendo de la extensión de los cambios encontrados en el tejido mamario, mastopatía se divide en grado I a grado III. Con la remodelación creciente del tejido, aumenta el riesgo de que los cambios originalmente benignos se conviertan en una neoplasia maligna. Por lo tanto, esta clasificación se usa principalmente para hacer una cierta declaración sobre este mismo riesgo.

Prevalencia de mastopatía

Solo una de cada diez mujeres tiene grado III mastopatía. Por lo tanto, es bastante raro, pero problemático, ya que las mujeres con este hallazgo tienen un riesgo significativamente mayor de cáncer de mama. Otra dificultad y temor de los afectados es que un cambio maligno no se puede detectar a tiempo debido al tejido mamario altamente alterado. Por tanto, el diagnóstico de grado III mastopatía puede ser una gran carga emocional para una mujer.

Sin embargo, las mujeres con mastopatía simple no tienen que preocuparse por cáncer de mama; aquí, la atención se centra más en lidiar con la propia imagen corporal y la necesidad de que los afectados vean estos cambios como "normales" en sí mismos.

Terapia y tratamiento

Algunas mujeres viven en absoluto afectadas por estos cambios benignos, mientras que otras tienen su calidad de vida gravemente afectada, al menos temporalmente, por los cambios. Entonces, la mastopatía en sí no se puede tratar, pero la incomodidad resultante sí. Si los exámenes han demostrado que no hay malignidad detrás de los cambios mamarios, existe la posibilidad de tratar la mastopatía con medicación. Preparaciones hormonales se utilizan aquí.

Los remedios a base de hierbas (especialmente los de monje) pimienta o crema con cinquefoil), preparaciones homeopáticas (p. ej. fitolaca) o Sales de Schüßler también se utilizan con buen éxito. Otro pequeño, aunque débil, consuelo: después menopausia, las quejas como resultado de los cambios hormonales casi siempre cesan.

Precaución y prevención

Las mujeres afectadas por la mastopatía deben palparse los senos con regularidad para familiarizarse con los cambios existentes. El mejor momento es una vez al mes después del inicio de menstruación. Además, tiene sentido acudir periódicamente al chequeo preventivo en el ginecólogo, que también incluye una palpación de la mama. Y las mujeres que están preocupadas por una mastopatía muy pronunciada también pueden encontrar personas de contacto competentes en los llamados centros de mama.