Cirrosis hepática: síntomas, curso, tratamiento

Breve descripción

  • Síntomas: molestias generales (p. ej. cansancio, falta de apetito, pérdida de peso), signos cutáneos del hígado (enrojecimiento de palmas y plantas, picor, ictericia), ascitis.
  • Causas: Generalmente abuso de alcohol o inflamación del hígado causada por virus (hepatitis); a veces otras enfermedades (por ejemplo, de los conductos biliares, del corazón o del metabolismo), medicamentos y toxinas
  • Diagnóstico: examen físico, análisis de sangre, ecografía, posiblemente biopsia y gastroscopia.
  • Curso de la enfermedad: Si no se trata, la enfermedad progresa continuamente. Una terapia adecuada puede detener la cicatrización del tejido hepático.
  • Pronóstico: Depende de qué tan avanzada esté la cirrosis hepática y si la causa puede eliminarse o tratarse.
  • Prevención: evitar sustancias nocivas que dañen el hígado (especialmente el alcohol), vacunación contra la hepatitis.

¿Qué es la cirrosis hepática?

Debido a la creciente remodelación del tejido hepático, la función del órgano continúa disminuyendo. En la etapa final de la cirrosis hepática, el hígado finalmente ya no puede realizar adecuadamente sus tareas como órgano metabólico central. Si todas las funciones del hígado fallan, los médicos hablan de insuficiencia hepática aguda. La insuficiencia hepática es una de las causas más comunes de muerte en la cirrosis hepática.

¿Cuáles son los síntomas de la cirrosis hepática?

La cirrosis hepática provoca diversos síntomas generales como cansancio, falta de apetito o náuseas. También hay signos de la enfermedad subyacente. Si el daño hepático está más avanzado, también se producen síntomas específicos de cirrosis hepática.

Síntomas generales de la cirrosis hepática.

La cirrosis hepática inicialmente no muestra ningún síntoma o se manifiesta con síntomas generales como

  • Cansancio y bajo rendimiento.
  • Presión y sensación de plenitud en la parte superior del abdomen.
  • Náuseas
  • La pérdida de peso

Síntomas específicos de la cirrosis hepática.

La cirrosis hepática en las últimas etapas se acompaña de signos específicos de daño hepático. Estos incluyen, por ejemplo, los llamados signos cutáneos del hígado:

  • “Arañas vasculares” (arañas naevi): pequeñas ramas vasculares visibles que se extienden en forma de estrella o araña (especialmente en la cara y el escote).
  • Enrojecimiento de las palmas de las manos (eritema palmar) y plantas de los pies (eritema plantar)
  • Uñas de color blanco (uñas blancas), uñas elevadas (uñas de cristal de reloj)
  • Piel fina, parecida a un pergamino con vasos brillantes.
  • Picor

También se producen trastornos hormonales, ya que en caso de daño el hígado ya no descompone adecuadamente las hormonas sexuales femeninas (estrógenos). Esto provoca los siguientes signos de cirrosis hepática:

  • Hombres: desarrollo de los senos, pérdida del vello abdominal (calvicie abdominal), encogimiento de los testículos, disminución del deseo o la potencia sexual.

Cirrosis hepática: signos de complicaciones.

Tales complicaciones causan síntomas adicionales en la cirrosis hepática:

Ictericia: en la etapa avanzada de la cirrosis hepática, el hígado ya no puede descomponer el pigmento biliar bilirrubina. Se deposita en el tejido. Como resultado, la piel y la esclerótica del ojo (la parte blanca del ojo) se vuelven de color amarillento. La orina también suele ser más oscura, mientras que las heces se vuelven decoloradas.

Cáncer de células hepáticas: el cáncer de células hepáticas (carcinoma hepatocelular) se manifiesta como dolor por presión en la parte superior derecha del abdomen. Sin embargo, los síntomas no siempre ocurren en las primeras etapas. Por esta razón, todas las personas con cirrosis hepática se someten a pruebas de detección de carcinoma hepatocelular como medida de precaución.

  • Etapa 1: Los pacientes están algo somnolientos, reaccionan un poco más lentamente y están ligeramente confundidos. También se producen cambios de humor, falta de concentración y dificultad para hablar.
  • Etapa 2: La somnolencia aumenta. Además, los afectados parecen apáticos, tienen las manos temblorosas (temblor) y su escritura cambia.
  • Etapa 4: debido a una insuficiencia hepática, los afectados caen en coma (coma hepaticum). Ya no reaccionan a los estímulos dolorosos, ya no muestran reflejos y el aire que respiran tiene el típico olor dulce (foetor hepaticus).

Varices esofágicas

¡El sangrado por varices en el esófago pone en peligro la vida y debe ser tratado por un médico de inmediato!

Puedes leer más sobre este tema en el artículo Várices esofágicas.

¿Cómo progresa la cirrosis hepática?

La terapia eficaz implica principalmente eliminar o tratar adecuadamente la causa de la enfermedad. Por ejemplo, los alcohólicos que dejan de beber permanentemente tienen un pronóstico comparativamente bueno de cirrosis hepática. Sin embargo, la cirrosis hepática no se puede curar, ya que el daño que ya se ha producido no se puede revertir. Sólo se puede detener la progresión de la cirrosis.

Las complicaciones de la cirrosis hepática empeoran aún más la esperanza de vida de los afectados. En cinco años, tres de cada cuatro personas con complicaciones mueren. La hidropesía abdominal en combinación con la hipertensión portal provoca la muerte de la mitad de los afectados en dos años. La inflamación del abdomen empeora aún más el pronóstico.

Causas y factores de riesgo

En los países industrializados, el abuso de alcohol es la causa de más de la mitad de todos los casos de cirrosis hepática. En el resto de los afectados, la cirrosis puede deberse a una inflamación del hígado (hepatitis B o hepatitis C) o (más raramente) a otra enfermedad. A veces, los medicamentos también causan la enfermedad.

Cirrosis hepática por alcohol.

Como órgano metabólico central, el hígado es responsable de descomponer el alcohol. Esto conduce a un aumento de toxinas. Inicialmente provocan que el hígado almacene una cantidad anormal de grasa: se desarrolla el llamado hígado graso. En esta etapa, los cambios en el tejido hepático todavía son parcialmente reversibles.

Lea todo sobre el hígado graso aquí.

La cantidad de alcohol que provoca cirrosis hepática varía mucho de persona a persona. En general, incluso un consumo diario de unos 40 gramos de alcohol puede provocar daños irreversibles en el hígado de los hombres. Las mujeres reaccionan de forma más sensible al estimulante. Para ellos, sólo 20 gramos de alcohol al día pueden ser suficientes para causar daño hepático permanente.

Cirrosis hepática por hepatitis viral.

Otras causas de cirrosis hepática

Otras causas de cirrosis hepática son mucho más raras y representan alrededor del cinco por ciento de los casos. Éstas incluyen

  • Enfermedades hepáticas y biliares: por ejemplo, inflamación del hígado relacionada con el sistema inmunológico (hepatitis autoinmune), inflamación crónica de los pequeños conductos biliares del hígado (cirrosis biliar primaria/colangitis, PBC), inflamación crónica y cicatrización de los conductos biliares medianos y grandes ( colangitis esclerosante primaria, CEP)
  • Enfermedades tropicales como la esquistosomiasis o la infestación por duelas hepáticas.
  • Enfermedades cardíacas como insuficiencia cardíaca derecha crónica (cirrosis cardíaca)
  • Sustancias tóxicas como el tetracloruro de carbono o el arsénico.
  • Medicamentos como el metotrexato (para el cáncer y las enfermedades autoinmunes)

En algunos casos, no se puede encontrar ninguna causa para la enfermedad. Entonces los médicos hablan de la llamada cirrosis hepática criptogénica.

Exámenes y diagnóstico

Examen físico

Otro indicio importante de cirrosis hepática son los llamados signos cutáneos del hígado. El médico comprueba, por ejemplo, si las palmas de las manos están enrojecidas (eritema palmar), si son visibles “arañas nevus” o si el paciente tiene ictericia (ictericia).

Prueba de sangre

Un análisis de sangre puede determinar el alcance del daño hepático. Si los siguientes valores se reducen, esto indica que el hígado ya no funciona tan bien:

  • albúmina
  • Factores de coagulación II, VII, IX, X (esto reduce el valor Quick, es decir, la sangre tarda más en coagularse)

Los siguientes valores pueden estar elevados en la cirrosis hepática:

  • Bilirrubina
  • Amoníaco (en el caso de encefalopatía hepática)
  • Los valores hepáticos GOT (ASAT), GPT (ALAT), GLDH y gamma-GT

En pacientes con hipertensión portal, la sangre contiene menos plaquetas y glóbulos blancos.

Métodos de imagen

Exámenes adicionales

Para detectar la remodelación estructural del tejido conectivo cicatrizado, el médico toma una muestra de tejido (biopsia) del hígado y la envía al laboratorio para su análisis. A veces están indicados más exámenes. Por ejemplo, los médicos suelen recomendar una gastroscopia para la cirrosis hepática recién descubierta. Esto permite detectar las venas varicosas en el esófago o el estómago.

Etapas de la cirrosis hepática: los criterios de Child-Pugh

La cirrosis hepática se puede dividir en diferentes etapas. Los médicos utilizan la llamada puntuación de Child-Pugh: tiene en cuenta cinco criterios que dan una indicación de cuán avanzada está la cirrosis. Los criterios de Child-Pugh son

  • Ascitis abdominal, evaluada por ecografía.
  • Daño cerebral debido a la enfermedad hepática (encefalopatía hepática)
  • Concentración de bilirrubina en la sangre: la bilirrubina es un producto de degradación del pigmento sanguíneo hemoglobina. Normalmente se descompone aún más en el hígado. En el caso de la cirrosis hepática, se acumula en la sangre.

El médico comprueba cada criterio en el paciente y otorga puntos por cada criterio:

criterio

1 punto

2 puntos

3 puntos

Albúmina (g/dl)

> 3,5

2,8 – 3,5

<2,8

hidropesía

ninguna

pequeño

pronunciado

Bilirrubina (mg/dl)

<2,0

2,0 – 3,0

> 3,0

encefalopatía hepática

ninguna

moderada

pronunciado

Valor rápido (%) o INR

> 70 % o < 1.7

40 – 70 % o 1.7 – 2.3

40

Etapas de la cirrosis hepática

Según la etapa, el médico puede estimar el riesgo de muerte del paciente durante los próximos doce meses:

Puntuación de Child-Pugh

escenario

Mortalidad a 1 año

5 – 6

Niño A

3 a 10%

7 – 9

Niño B

10 a 30%

10 – 15

Niño C

50 a 80%

Como muestra la tabla, la mortalidad en el primer año de la etapa Niño A sigue siendo bastante baja. Sin embargo, aumenta significativamente a medida que avanza la cirrosis hepática.

Terapia

Tratando las causas

Toda terapia para la cirrosis hepática implica tratar lo mejor posible la enfermedad subyacente que la causó. Por ejemplo, el médico prescribe medicamentos antivirales para la inflamación del hígado (hepatitis).

Los fármacos que inhiben el sistema inmunológico ayudan en la hepatitis autoinmune y los quelantes de hierro en la hemocromatosis. En esta enfermedad, el hígado se ve afectado por la acumulación de exceso de hierro.

Evitar sustancias que dañen el hígado.

También es importante que los afectados eviten sustancias nocivas para el hígado. Esto incluye principalmente el alcohol. Los afectados que consumen mucho alcohol con regularidad deberían buscar el apoyo de familiares, amigos y/o grupos de autoayuda (como Alcohólicos Anónimos).

La abstinencia de alcohol no sólo se aplica a las personas con cirrosis hepática inducida por el alcohol, sino también a todas las demás personas afectadas.

Tratamiento de complicaciones

También es muy importante el tratamiento específico de las complicaciones. Por ejemplo, los diuréticos ayudan a eliminar el líquido acumulado. En casos graves de ascitis, puede ser necesaria la llamada punción: consiste en que el médico inserte una aguja fina en la cavidad abdominal para drenar el líquido a través de un tubo.

Cirrosis hepática y nutrición.

Si es necesaria una dieta especial, el médico que trata al paciente lo comentará con él. Por ejemplo, las personas con sobrepeso y hígado graso deben llevar una dieta baja en grasas y calorías. Junto con el ejercicio regular, esto ayuda a perder peso.

También es aconsejable que todas las demás personas con cirrosis hepática realicen deposiciones regulares para favorecer la eliminación de toxinas a través del intestino. Una dieta rica en fibra y una ingesta adecuada de líquidos ayudan a ello. Los pacientes deben discutir con su médico cuánto deben beber por día. En determinados casos no se debe beber demasiado líquido, por ejemplo en caso de ascitis.

Prevención

Una vacuna contra la hepatitis puede prevenir la segunda causa más común de cirrosis hepática. Esta vacuna es especialmente aconsejable antes de realizar viajes al extranjero.

También es recomendable estar atento a las sustancias químicas tóxicas en el lugar de trabajo (tetracloruro de carbono, benceno, etc.): Los médicos de empresa o médicos del trabajo pueden informar sobre posibles peligros y medidas de seguridad laboral.