Terapia con yodo radiactivo: definición, motivos, procedimiento, riesgos

¿Qué es la terapia con yodo radiactivo?

La terapia con yodo radiactivo es la forma más común de terapia de medicina nuclear. Durante el procedimiento, el paciente ingiere yodo radiactivo en forma de yoduro de sodio, ya sea en forma de solución acuosa o en forma de cápsulas. Luego se transporta a través del torrente sanguíneo a la glándula tiroides, que absorbe y almacena el yodo muy rápidamente. Una vez que el yodo ha llegado a las células tiroideas, su radiactividad puede dañar desde el interior las células patológicamente alteradas y finalmente destruirlas.

¿Por qué la glándula tiroides almacena yodo?

La glándula tiroides con forma de mariposa ubicada debajo de la laringe es un órgano importante para el equilibrio hormonal humano. Almacena yodo, que normalmente se absorbe a través de los alimentos. Necesita este yodo para producir hormonas (llamadas T3 y T4), que tienen un efecto activador del metabolismo energético del organismo. La actividad de la glándula tiroides está controlada por la glándula pituitaria (hipófisis) y su sustancia mensajera TSH.

¿Cuándo se realiza la terapia con yodo radiactivo?

En determinadas enfermedades, puede ser necesario eliminar el tejido tiroideo anormal. Por ejemplo, si el tejido prolifera sin control o produce demasiada hormona tiroidea.

La terapia con yodo radiactivo se lleva a cabo:

  • como tratamiento de seguimiento del cáncer de tiroides y sus metástasis (solo para el carcinoma diferenciado de tiroides)
  • para enfermedades inmunes inflamatorias (enfermedad de Graves)

en el caso de formación de bocio. El bocio no suele tener ningún efecto sobre el metabolismo, pero es un problema estético debido al fuerte crecimiento del tejido tiroideo y puede provocar dificultades para tragar.

La terapia con yodo radiactivo se puede utilizar para extirpar el tejido tiroideo enfermo de forma muy segura y con poco riesgo. No es necesaria cirugía previa, salvo para el tratamiento del cáncer de tiroides.

En este tipo de cáncer, la terapia con yodo radiactivo se utiliza para tratar la glándula tiroides o los restos de la glándula tiroides y cualquier metástasis. Sin embargo, el tratamiento sólo ayuda si las células cancerosas almacenan yodo. Este es el caso del llamado cáncer diferenciado de tiroides. Si las células cancerosas ya no almacenan yodo o si el cáncer se localiza en las células C (carcinoma medular de tiroides), la terapia no sirve de nada.

Los nódulos tiroideos benignos o las enfermedades inmunitarias inflamatorias pueden hacer que la glándula tiroides secrete demasiadas hormonas. Sus células producen entonces las hormonas de forma “autónoma”, es decir, independientemente de las necesidades del cuerpo y de las señales de control de la glándula pituitaria. La terapia con yodo radiactivo destruye las células y detiene la sobreproducción.

¿Qué se hace durante la terapia con yodo radiactivo?

El procedimiento y el objetivo de la terapia son siempre los mismos, independientemente de la enfermedad subyacente: se examina al paciente y se determinan sus valores de laboratorio, seguido de una prueba de yodo radiactivo y luego comienza la terapia con yodo radiactivo. Suele durar unos días.

El paciente ingresa como paciente hospitalizado porque, aunque la radiación del yodo utilizado sólo alcanza unos pocos milímetros, existe la posibilidad teórica de dañar a otras personas. Esto se debe a que la desintegración radiactiva del yodo utilizado no sólo libera radiación beta terapéutica, sino también una pequeña cantidad de radiación gamma, que tiene un alcance mucho mayor. Por esta razón, el paciente no puede recibir visitas durante el período de tratamiento con yodo radiactivo y las aguas residuales de los baños, duchas y otros servicios públicos se recogen en instalaciones especiales hasta que la radiación haya disminuido.

El primer día de estancia hospitalaria, el paciente tendrá una consulta, un examen ecográfico de la glándula tiroides y una determinación final de los valores de laboratorio pertinentes. A menudo se realiza previamente una gammagrafía para determinar la actividad metabólica de varios tejidos del cuerpo.

¿Cuánto tiempo dura la terapia con yodo radiactivo?

Una vez que el paciente ha ingerido la cápsula o el líquido terapéutico, la ley exige una estancia hospitalaria de al menos 48 horas y la radiación residual diaria de la glándula tiroides no debe exceder un nivel máximo determinado. Por tanto, en ocasiones puede ser necesario pasar varias semanas en el hospital. Este período varía de persona a persona. Sin embargo, esto se ve compensado por las muy altas posibilidades de recuperación del hipertiroidismo y los mínimos efectos secundarios de la terapia con yodo radiactivo. Después del alta, el paciente puede retomar inmediatamente su vida cotidiana normal e ir a trabajar.

El efecto de la terapia se retrasa. Sólo después de unos meses se podrá decir si ha tenido éxito. En la mayoría de los pacientes con hipertiroidismo, la situación metabólica se normaliza como resultado de la terapia con yodo radiactivo.

¿Cuáles son los riesgos de la terapia con yodo radiactivo?

Como casi todas las terapias, la terapia con yodo radiactivo también tiene efectos secundarios. Dos semanas después de finalizar el tratamiento, hasta el 70 por ciento de los pacientes experimentan cambios temporales en su recuento sanguíneo. En entre el 10 y el 40 por ciento de los pacientes, la glándula tiroides se inflama dolorosamente.

Para proteger al niño, no se debe realizar terapia con yodo radiactivo durante el embarazo y la lactancia. Además, se deben utilizar métodos anticonceptivos durante los seis a doce meses posteriores.

Algunos pacientes desarrollan hipotiroidismo después de la terapia con yodo radiactivo. Sin embargo, esto no es peligroso, ya que las hormonas faltantes se pueden reemplazar fácilmente con hormonas tiroideas en forma de tabletas sin efectos secundarios.

¿Qué debo tener en cuenta antes y después de la terapia con yodo radiactivo?

En las semanas previas a la terapia con yodo radiactivo no se pueden tomar hormonas tiroideas ni otros medicamentos que contengan yodo (en el caso del medicamento para el corazón amiodarona, un intervalo de al menos 12 meses) ni medios de contraste. De lo contrario, inhibirían la absorción del yodo terapéutico radiactivo y, por tanto, la eficacia de la terapia con yodo radiactivo. Por este motivo, los expertos también recomiendan una dieta baja en yodo en las dos semanas previas al inicio del tratamiento.

Dependiendo de la enfermedad, los médicos también influyen en el nivel de TSH. En el caso de la autonomía tiroidea, por ejemplo, se pretende reducir el nivel de TSH para que las zonas de la tiroides que no están sanas absorban el yodo.

Se debe descartar embarazo en el momento del tratamiento. Lo ideal es que las madres afectadas dejen de amamantar ocho semanas antes de la terapia con yodo radiactivo.

Tratamiento de seguimiento

El éxito de la terapia con yodo radiactivo se comprueba al cabo de tres a seis meses mediante una gammagrafía de cuerpo entero. En ocasiones puede ser necesario realizar una segunda terapia con yodo radiactivo. Si el análisis de laboratorio después de la terapia muestra signos de hipotiroidismo, puede ser necesario tomar hormonas tiroideas en forma de tabletas.

Si se desea tener hijos, es importante que las personas afectadas utilicen métodos anticonceptivos después del tratamiento con yodo radiactivo. La duración depende de la dosis utilizada. Los expertos suelen recomendar tanto a hombres como a mujeres con enfermedad tiroidea benigna que utilicen anticonceptivos durante cuatro meses. Después de la terapia con yodo radiactivo para el cáncer de tiroides, las mujeres deben usar anticonceptivos durante seis a 12 meses y los hombres durante cuatro meses.

En caso de un tratamiento especialmente intensivo y/o repetido con yodo radiactivo, su médico le aconsejará también la criopreservación, es decir, la congelación de esperma u óvulos.