Terapia con cortisona para enfermedades de las articulaciones.

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Introducción

Glucocorticoides, conocido coloquialmente como "cortisona“, Son fármacos muy eficaces en el tratamiento de la inflamación de todo tipo y la dolor asociado a ello. En las enfermedades inflamatorias de las articulaciones, se inyectan directamente en la articulación en forma de las llamadas suspensiones de cristales.

Efectos secundarios de la terapia con cortisona

En principio, cualquier lesión en el cuerpo, incluso una inyección en una articulación, conlleva el riesgo de infección bacteriana (séptica artritis). Por este motivo, su médico solo realizará el procedimiento bajo estrictas medidas de higiene. El riesgo de infección es bajo si el procedimiento se realiza de forma profesional.

Dependiendo de qué tan bien la región a tratar sea accesible a la jeringa, no se pueden descartar lesiones en el tejido circundante. Sangre vasos puede lesionarse y los nervios, Tendones y cartílago superficies. También puede suceder que la jeringa no alcance su objetivo y la inyección se inyecte en las áreas circundantes.

Inyección de cortisona directamente en el tejido del tendón o tejido graso, por ejemplo, es dañino porque las estructuras afectadas pueden retroceder. Por tanto, cuando se inyecta en el tejido del tendón, existe el riesgo de desgarro del tendón. Además, es concebible que el principio activo inyectado se distribuya desde la articulación a través del punción canal en el tejido circundante, causando efectos secundarios indeseables.

Por esta razón, la articulación debe descansar después de la operación. De vez en cuando cambios en la piel ocurren alrededor del lugar de la inyección. A veces, un solo tratamiento no es suficiente para aliviar la dolor.

Sin embargo, una nueva inyección de cortisona aumenta el riesgo de efectos secundarios. Por esta razón, especialmente en pacientes de edad avanzada, las inyecciones múltiples solo deben administrarse después de sopesar cuidadosamente los beneficios y los riesgos. En comparación con la terapia sistémica con cortisona, la terapia local en forma de inyecciones tiene un menor riesgo de efectos secundarios.

En la terapia sistémica, la cortisona generalmente se toma en forma de tabletas o se administra por vía intravenosa. Luego, la cortisona se absorbe a través del tracto digestivo y llega a todas las partes del cuerpo a través del sangre. Por lo tanto, los efectos secundarios pueden ocurrir de manera generalizada, es decir, en cualquier parte del cuerpo.

Cuando se inyecta cortisona con una jeringa en una parte muy específica del cuerpo, la dosis suele ser pequeña y su distribución en el tejido circundante es limitada. Esto también reduce el riesgo de sufrir efectos secundarios. Sin embargo, si las inyecciones de cortisona se usan con frecuencia en dosis altas, esto finalmente puede conducir a efectos sistémicos.

En casos graves, el efecto sistémico puede hacer que el cuerpo parezca hinchado y redistribuya la grasa corporal. También puede haber una cara de luna llena y una piel delgada (también conocida como Síndrome de Cushing). Sin embargo, estos efectos secundarios sistémicos solo deben temerse si la dosis es alta y frecuente. A dosis más bajas, como es el caso de las inyecciones locales, pueden producirse leves efectos secundarios sistémicos, como un aumento de sangre niveles de azúcar, sensación de calor y mejillas enrojecidas.