Inflamación del útero

Introducción

Una inflamación del útero puede ser muy desagradable para la mujer afectada. Se hace una distinción entre inflamación del cuello uterino (cervicitis), inflamación del revestimiento del útero (endometritis) e inflamación de los músculos uterinos (miometritis). En general, la inflamación del útero a menudo es causada por una inflamación vaginal ascendente (colitis) y suele ser de origen bacteriano.

Con una terapia adecuada y oportuna suele curar sin complicaciones. El útero se encuentra en el medio de la parte inferior del abdomen. Una trompa de Falopio se abre hacia el cuerpo del útero a cada lado.

El útero está cerrado en la parte inferior por el interior cerviz en la dirección del cuello uterino. La cerviz está nuevamente separada de la vagina por el cuello uterino externo. El exterior cerviz es particularmente importante porque mantiene patógenos los gérmenes fuera del útero.

Causas

La causa más común de inflamación uterina es la inflamación vaginal no tratada, que se propaga hacia el útero y finalmente llega al útero a través del cuello uterino. Suele ser una inflamación bacteriana. Los posibles patógenos son los gonococos, estreptococos, estafilococos, clamidia, micoplasma o escherichia coli.

Por lo general, otros factores favorecen esta infección ascendente. Por ejemplo, los patógenos pueden llegar más fácilmente al útero si se alteran los mecanismos protectores naturales de la vagina. Este suele ser un entorno ácido, lo que dificulta que los microorganismos dañinos se multipliquen allí.

Un ambiente vaginal demasiado seco y alcalino puede promover la colonización y reproducción de sustancias nocivas. bacterias fotosintéticas y hongos. El riesgo de los gérmenes la entrada al útero también aumenta durante menstruación. Lo mismo se aplica a las operaciones vaginales, por ejemplo, operaciones ginecológicas como la inserción de una bobina.

Durante este procedimiento, los gérmenes pueden llevarse al útero, donde se multiplican y pueden provocar una reacción inflamatoria. Otros factores que pueden favorecer el desarrollo de la inflamación uterina son los cambios en la zona del cuello uterino que lo hacen más permeable. Estos incluyen crecimientos de la membrana mucosa, por ejemplo pólipos y miomas.

Después de un parto vaginal o aborto espontáneo, el cuello uterino también puede volverse más permeable, lo que permite que los gérmenes se propaguen al útero. A veces, después de un el embarazo, restos del placenta permanecen en el útero, lo que puede causar una inflamación. Infección por papiloma humano virus (VPH) también puede hacer que la membrana mucosa del cuello uterino sea menos resistente a los gérmenes ascendentes.

Por último, pero no menos importante, una inflamación del útero también puede desarrollarse en la vejez debido a un prolapso uterino o un cambio en el hormonal equilibrar. Con la edad, el nivel de sexo femenino hormonas disminuye. Como resultado, el revestimiento del útero se vuelve más delgado, más seco y, por lo tanto, más susceptible a las infecciones. Una inflamación del útero debido a este cambio hormonal después la menopausia también se llama endometritis senilis.