Fomentar y desafiar: cómo los niños se vuelven seguros y fuertes

Probablemente todo padre quiera hijos fuertes que crean en sí mismos, expresen sus necesidades sin miedo y vayan por la vida con los ojos abiertos. “Para que un niño se convierta en una personalidad segura de sí mismo, necesita mucha calidez y seguridad, atención y cuidado, pero también aliento e incentivo”, sabe Karin Schreiner-Kürten, psicóloga calificada de la Asociación Federal AOK. Para que un niño esté lleno de vida y tenga confianza en sí mismo, debe estar seguro del amor y el afecto de sus padres. “Apoya a tu hijo y dale confianza”, aconseja Karin Schreiner-Kürten. "Dale a tu hijo la sensación de que es valioso y único; esto fortalecerá su autoestima". Además de los padres, los educadores, los familiares y los amigos pueden hacer mucho por el desarrollo positivo de un niño.

No te olvides de alabar

El elogio y el reconocimiento también son importantes. “Destaca los pequeños éxitos y aprovecha los percances como una oportunidad de la que el niño puede aprender algo”, aconseja la psicóloga. Para que se sienta básicamente aceptado, los adultos nunca deben juzgar a la persona del niño, sino siempre dar retroalimentación sobre su comportamiento. En lugar de decir "eres malo", por ejemplo, es mejor decir "no está bien que tires tu juguete al suelo".

Al mismo tiempo, los padres no deben sobreproteger a sus hijos, sino permitirles la libertad apropiada para su edad en la que puedan descubrir su creatividad y hacer sus propias experiencias. Al explorar, jugar y moverse de forma independiente, el niño puede llegar a conocerse a sí mismo y tener su primera sensación de logro.

Aceptar opinión

“Cada niño también debe aprender a defender su propio punto de vista y así aceptar la resistencia, esto da forma a la confianza en sí mismo”, dice el psicólogo. Los padres deben aceptar su opinión y permitirle participar en las decisiones familiares. Al mismo tiempo, todo adolescente debe aprender a aceptar las reglas. Después de todo, un niño que ha cumplido todos sus deseos no aprende a prescindir de él.

Este déficit de desarrollo conduce a una baja tolerancia a la frustración y puede llegar a ser una seria desventaja más adelante en la vida. Según Schreiner-Kürten, "las personas con poca tolerancia a la frustración corren mucho más riesgo de escapar a un comportamiento adictivo que otras que han aprendido a prescindir de ellas de vez en cuando".

No te rindas

Los padres también deben ser conscientes de que son un modelo importante para su hija o hijo. “Por ejemplo, cualquiera que se siente frente al televisor durante horas y horas no se verá muy creíble si quiere prohibir que sus hijos vean la televisión”, explica Karin Schreiner-Kürten. "Es mejor dar un buen ejemplo". Entre otras cosas, esto también se aplica a tratar con alcohol.

La forma en que los padres resuelven los conflictos entre ellos también es crucial para el comportamiento posterior del niño. Alentar también significa exigir. “No se rinda demasiado rápido si su hijo o hija no se atreve a hacer algo. Tenga paciencia si el niño tiene miedo de saltar al agua en el nadar piscina, por ejemplo ”, recomienda Karin Schreiner-Kürten.