Fascias y cajas | Músculos de la pierna

Fascias y cajas

La fascia es colágena, fibrosa tejido conectivo que forma cápsulas de órganos y articulaciones y también encierra los músculos, huesos, tractos nerviosos y sangre vasos. Todo el bajo pierna la musculatura está rodeada por la llamada fascia cruris. Dependiendo de su función, los grupos de músculos individuales se dividen en diferentes compartimentos por una fascia adicional y se separan entre sí.

Esta separación da como resultado unidades funcionales, que en anatomía se denominan musculatura. En la parte baja pierna, se encuentran los siguientes recuadros: Las fascias que rodean el tejido muscular causan compresión, lo que puede prevenir la hinchazón después de una tensión o una lesión.

  • Caja extensora: Musculus tibialis anterior, Musculus extensor digitorum longus, Musculus extensor hallucis longus
  • Flexor Lodge: Musculus triceps sural, Musculus tibialis posterior, Musculus flexor hallucis longus, Musculus flexor digitorum longus, Musculus popliteus
  • Fibularisloge: Musculus fibularis longus, Musculus fibularis brevis

Sin embargo, la separación anatómica de los grupos de músculos individuales por la fascia conlleva el riesgo de hemorragia en las cajas musculares después de las lesiones.

El síndrome compartimental suele ser causado por traumatismos como fracturas óseas o como resultado de una fuerza contundente. La cirugía o la sobrecarga muscular, como puede ocurrir en atletas de competición y aficionados, también pueden desencadenar el síndrome compartimental a través de hemorragias o formación de edemas. Debido a la reducida extensibilidad del grueso tejido conectivo de la fascia, la presión dentro de un compartimento muscular puede aumentar bruscamente, lo que también comprime los haces de nervios vasculares de la parte inferior pierna.

Esto da como resultado un deterioro del sangre suministro y función neuromuscular. Los primeros síntomas son graves dolor en la extremidad afectada en combinación con una sensación de tensión y alteraciones sensoriales crecientes como entumecimiento y hormigueo. En ocasiones, la movilidad puede verse gravemente restringida.

Debido al aumento de la presión en el loge, el drenaje venoso se ve cada vez más impedido. Si arterial sangre El flujo se mantiene inicialmente, se pone en marcha un círculo vicioso que conduce a un aumento adicional de la presión. Como resultado, el flujo sanguíneo arterial se detiene y la musculatura está cada vez menos abastecida.

En esta etapa, se producen déficits motores y falta de pulso en el área posterior a la musculatura afectada. Debido a la amenaza de una pérdida extensa de tejido, el síndrome compartimental es una emergencia absoluta que requiere tratamiento urgente. La terapia de elección para el síndrome compartimental traumático es la división quirúrgica de la fascia de la musculatura afectada y los compartimentos adyacentes para aliviar la presión. Una vez que la hinchazón ha disminuido, la incisión artificial puede suturarse o cubrirse con un injerto de piel. Si el síndrome compartimental no se trata a tiempo, el tejido muscular afectado puede destruirse masivamente, en casos extremos necesitando amputación de la extremidad.