Diagnóstico Hernia inguinal de la mujer

Diagnóstico

El examen por parte del médico generalmente se realiza acostado. El médico coloca una mano en la región de la ingle e intenta palpar en busca de una protuberancia, un engrosamiento o un espacio en la pared abdominal. Para mejorar las condiciones del examen, el paciente puede tos o tensar la pared abdominal.

Las posibles hernias inguinales se vuelven más prominentes. Sin embargo, el diagnóstico de una hernia inguinal sin un saco herniario que sobresalga puede ser difícil en las mujeres. El diagnóstico puede ser confirmado por un ultrasonido examen o, en casos más complicados, mediante resonancia magnética (IRM).

Terapia

An hernia inguinal debe ser tratado quirúrgicamente debido al riesgo de encarcelamiento. En el 90% de los casos es posible una operación bajo anestesia regional, pero si la operación se realiza por vía laparoscópica (laparoscopia = laparoscopia de la pared abdominal), la operación debe realizarse bajo anestesia general. El funcionamiento del hernia inguinal se realiza en tres pasos.

En el primer paso, se hace una incisión en la ingle, se corta la pared muscular y se busca el saco herniario. En el segundo paso, se abre el saco herniario, luego el contenido de la hernia se mueve de regreso a la cavidad abdominal y el saco herniario se cierra con suturas. En el tercer paso se cierra el orificio de la hernia.

El orificio de la hernia se cierra de acuerdo con el principio de fortalecer la pared posterior del canal inguinal. La pared posterior del canal inguinal se encuentra hacia el abdomen y puede reforzarse con dos métodos diferentes. El refuerzo se puede lograr mediante un injerto sutura y doblamiento de la fascia muscular.

Este método se utiliza, por ejemplo, en cirugía según Bassini o en cirugía según Shouldice. En las mujeres, el canal inguinal se puede cerrar herméticamente alrededor del ligamento uterino o lig. teres uteri se puede cortar para permitir el cierre del canal inguinal.

Otra técnica quirúrgica consigue el refuerzo mediante la implantación sin tensión de una malla plástica, que se puede realizar tanto en cirugía abierta como laparoscópica. Esta técnica se utiliza, por ejemplo, en cirugía en Liechtenstein. La duración exacta de la operación de una hernia inguinal depende del tipo de procedimiento. Se hace una distinción entre procedimientos abiertos y laparoscópicos (mínimamente invasivos).

En promedio, la duración pura de la operación es de aproximadamente media hora. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que antes de la operación, el paciente debe ser introducido a la operación y, después de la operación, una estancia adicional en la sala de recuperación requiere tiempo. Por lo tanto, la duración total de la operación es significativamente mayor.

No siempre es necesaria una operación en la hernia inguinal. Si, por ejemplo, la hernia es un hallazgo aleatorio y muestra muy pocos o ningún síntoma, se puede realizar la llamada "espera vigilante". En este caso, se realizan controles periódicos de la sintomatología y del saco herniario para descartar cualquier deterioro.

Las hernias inguinales sintomáticas suelen operarse. Una excepción es el encarcelamiento de un saco herniario, que siempre se opera de inmediato. La elección del procedimiento quirúrgico depende principalmente de si ya se ha producido una hernia en el pasado. Se distingue entre técnicas quirúrgicas abiertas y mínimamente invasivas (laparoscópicas):

  • El tratamiento quirúrgico abierto de la hernia generalmente se realiza con un inserto de malla, que sostiene el punto de ruptura además de la sutura (procedimiento de Liechtenstein).
  • Los procedimientos laparoscópicos son los denominados Tapp (Plástico Preperitoneal Transabdominal) y TEP (Plástico Extraperitoneal Total).