¿Cuándo tengo que ir al médico? | Fiebre con dolor en las extremidades

¿Cuándo tengo que ir al médico?

Los pacientes suelen consultar a su médico en los primeros días después de la aparición de los síntomas, ya que necesitan una nota de enfermedad. En principio, sin embargo, el médico no puede hacer mucho más por ellos: la palabra mágica para un resfriado es paciencia. Si los síntomas no mejoran en un período de varios días o incluso empeoran, se debe consultar a un médico.

Este médico debe comprobar si se trata de un patógeno bacteriano que pueda necesitar antibióticos. Si los síntomas persisten incluso durante varias semanas, también se debe visitar a un médico para descartar causas más raras, como una enfermedad reumática. Hay ciertos grupos de pacientes que generalmente deben consultar a un médico.

Entre ellos pertenecen Con estos pacientes una infección puede tener un peor proceso por el debilitado sistema inmunológico.En casos raros, el gripe, por ejemplo, incluso puede provocar la muerte. Obtenga más información sobre cuándo debe consultar a un médico con fiebre.

  • Mujeres embarazadas,
  • Pacientes inmunodeprimidos o
  • Las personas de edad.

Duración de la fiebre con dolor en las extremidades.

La duración de fiebre y dolor de extremidades varía según la causa y también muestra diferencias individuales. Los factores determinantes son, por ejemplo, la edad y la constitución del paciente. El clásico gripe suele durar de 9 a 14 días.

Un resfriado banal suele curarse algo más rápido, pero también puede durar hasta 2 semanas. Una buena regla general es la siguiente: 3 días viene, 3 días se queda, 3 días se va. Para gripe y resfriados, el tos (si está presente) puede durar hasta 6 semanas.

Esto se basa en la hiperreactividad bronquial. Una vez liberado el virus, las células del tracto respiratorio morir y luego debe ser regenerado. Hasta entonces el tos puede persistir.

Funciones especiales para niños

Fiebre es mucho más común en niños que en adultos. Debido a la KITA, los niños están expuestos a una cantidad significativamente mayor de patógenos que los adultos. Sin embargo, por regla general, la fiebre no es motivo de preocupación.

Se debe consultar a un médico si pueden ocurrir convulsiones febriles como una posible complicación de la fiebre alta. El niño sufre convulsiones, no responde y se hunde profundamente después del ataque. Tal convulsión debe evitarse a toda costa. Otra característica especial es que los niños son contagiosos por más tiempo que los adultos.

  • La fiebre sigue aumentando a pesar de los fármacos antipiréticos.
  • La fiebre sube a más de 39 grados y permanece allí.
  • Síntomas acompañantes como dolor de oidos, respiración se producen dificultades, tos persistente, sibilancias o moco nasal verde espeso.