Aspergilosis: causas, síntomas, tratamiento

Aspergilosis: descripción

La aspergilosis es una infección por un moho particular del género Aspergillus. El nombre latino se traduce como "la fronda": bajo el microscopio, las esporas del hongo parecen una fronda.

Las personas pueden contraer aspergilosis al inhalar las esporas del hongo. A menudo afecta a personas cuyo sistema inmunológico está debilitado, por ejemplo, por determinadas enfermedades o medicamentos. Sin embargo, para las personas sanas, el hongo rara vez representa una amenaza.

Aspergilosis y sus cuadros clínicos.

La aspergilosis puede provocar diversos cuadros clínicos. Así existen:

  • Aspergiloma: Colonización fúngica en una cavidad corporal existente (como los senos nasales o los pulmones) en forma de una estructura esférica más grande que consta de filamentos fúngicos, secreciones de glándulas mucosas y células muertas (“bola de hongos”). Especialmente en el caso de un sistema inmunológico debilitado, el hongo puede penetrar más profundamente en el tejido a partir del aspergiloma (aspergilosis invasiva).
  • Otras formas de aspergilosis invasiva: comenzando en los pulmones, el hongo también puede infectar cualquier otro órgano a través del torrente sanguíneo, como el corazón, los riñones, el hígado, los ojos, el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y/o la piel. Entonces los médicos hablan de una infestación diseminada.

Aspergilosis: síntomas

Los síntomas de la aspergilosis dependen principalmente del sistema de órganos afectado por el moho.

Los posibles síntomas de la aspergilosis son:

  • Inflamación de los bronquios (bronquitis) o de los pulmones (neumonía) con dificultad para respirar, estertores al respirar, tos dolorosa y esputo purulento de color marrón, rara vez con sangre.
  • Sinusitis con secreción nasal, dolor por presión en la zona de los senos nasales, dolores de cabeza.
  • Ataques de asma en asma bronquial alérgica
  • Debilidad del gasto cardíaco (dolor de energía, dificultad para respirar)
  • diarrea y dolor abdominal en infecciones del tracto gastrointestinal
  • Trastornos neurológicos en caso de afectación del sistema nervioso central, meningitis.
  • fiebre

Aspergilosis: Causas y factores de riesgo

¡La aspergilosis no se puede transmitir de persona a persona!

Factores de riesgo de aspergilosis

Los hongos Aspergillus están muy extendidos. Sin embargo, no todo contacto con el patógeno provoca también una enfermedad. Por lo tanto, los principales factores de riesgo de la aspergilosis son las enfermedades asociadas con una resistencia reducida, como por ejemplo el VIH o el SIDA.

Diversas enfermedades autoinmunes y enfermedades pulmonares crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica = EPOC, asma bronquial) también hacen que los afectados sean más susceptibles a la infección por hongos. Por el contrario, las personas sanas con un sistema inmunológico intacto rara vez contraen aspergilosis.

Aspergilosis: exámenes y diagnóstico.

A esto le siguen varios exámenes:

  • Durante el examen físico, el médico se concentra en el sistema de órganos que está causando el malestar (p. ej., escuchar y golpear los pulmones para detectar tos y dificultad para respirar).
  • Un examen de rayos X o una tomografía computarizada (TC) de la región del cuerpo afectada también pueden ser útiles para el diagnóstico.
  • En algunos casos (p. ej., sospecha de aspergiloma), es útil analizar la sangre en busca de anticuerpos contra Aspergillus.
  • El material de muestra del paciente (p. ej., esputo, muestras de tejido, como los de los pulmones) se puede analizar para detectar la presencia de filamentos del hongo Aspergillus.

Aspergilosis: tratamiento

La aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA) generalmente se trata con corticosteroides (“cortisona”).

Si se ha formado un aspergiloma (por ejemplo, en los senos nasales o en los pulmones), el tratamiento con medicamentos no suele ser suficiente. En este caso, es necesaria una cirugía para extirpar la “bola de hongo”.

Aspergilosis: curso de la enfermedad y pronóstico

Aspergilosis: prevención