Anestesia a pesar o con un resfriado

La anestesia siempre está asociada a un cierto riesgo, por lo que es importante informar al anestesiólogo (anestesiólogo) de cualquier anomalía, enfermedad o resfriado. Para ello, el anestesiólogo que está presente durante la cirugía siempre tiene una conversación con el paciente antes de cada cirugía para informarle sobre los riesgos y posibles complicaciones. Normalmente, la cirugía bajo anestesia tiene un riesgo muy bajo, sin embargo, es importante que el paciente sea absolutamente honesto y abierto con el anestesiólogo para que él o ella tenga la información exacta sobre cómo se siente el paciente y cuáles pueden ser sus preocupaciones.

Anestesia a pesar de que un resfriado suele ser posible, pero esto depende del tipo y duración de la operación y de la gravedad del resfriado. Nuevamente, es importante no presentar los síntomas del resfriado demasiado mal o demasiado bien, porque un resfriado puede convertirse en un problema durante la anestesia si el anestesista no fue informado adecuadamente. En el caso de un resfriado, las vías respiratorias del paciente se hinchan ligeramente y las glándulas de los pulmones producen un aumento de la secreción de moco.

Esta secreción de moco (conocida como tos mucosidad) y las vías respiratorias inflamadas pueden hacer que el paciente respire mal o sienta que tiene que toser todo el tiempo. Por supuesto, estas no son las condiciones ideales para una operación. Sin embargo, siempre que el resfriado esté dentro de límites razonables, la anestesia casi no es un problema en absoluto, a pesar del frío.

Sin embargo, las vías respiratorias inflamadas y el moco viscoso pueden suponer un cierto riesgo, especialmente si se producen complicaciones durante la operación y el paciente puede necesitar una respiración tubo insertado en la tráquea (intubación). Dado que tales complicaciones son muy raras durante la cirugía, incluso los resfriados graves no son realmente un problema, pero los médicos son muy cuidadosos y deben tener en cuenta los posibles riesgos y desviaciones. Sin embargo, en la mayoría de las operaciones bajo anestesia general, ventilación está planificado desde el principio.

En consecuencia, la anestesia no es apropiada para los resfriados severos, ya que las complicaciones durante la cirugía solo causarían problemas innecesarios. Sin embargo, en general es cierto que un paciente que solo tiene un resfriado leve a moderado todavía puede recibir un anestésico, ya que la medicina actual ha llegado a un punto en el que el resfriado no es un obstáculo o un mayor riesgo. Especialmente los pacientes sanos deben mencionar el resfriado al anestesiólogo, pero no deben preocuparse por ello, ya que no interferirá con la operación.

Sin embargo, si el resfriado empeora mucho antes de la operación, o si el paciente siente que la anestesia ha afectado gravemente respiración, la operación puede posponerse uno o dos días para que el paciente pueda recuperar fuerzas antes de someterse a la operación. Este puede ser el caso especialmente durante operaciones más grandes y de mayor duración o durante operaciones en las que el paciente debe ser ventilado con un ventilador. En este caso, incluso un resfriado moderado puede presentar cierto riesgo, por lo que es mejor esperar a que el frío haya remitido antes de iniciar la operación.