Examen de disartria de Frenchay: tratamiento, efectos y riesgos

Con el examen de disartria de Frenchay, el médico especifica un trastorno del habla relacionado con daño en el cerebro o facial los nervios haciendo que el paciente realice movimientos o expresiones específicas con los labios, paladar blando, mandíbula o lengua en diez áreas individuales. También evalúa la voz, la respiración (respiración), reflejos, e inteligibilidad en una escala de uno a nueve en el procedimiento de prueba, con los resultados registrados como un de caramelos gráfico, lo que permite una clasificación más detallada de la causa de la parálisis y la forma de disartria. De este modo, la herramienta de diagnóstico permite la decisión para un terapia del habla y progreso monitoreo durante terapia forestal.

¿Qué es el examen de disartria de Frenchay?

Con el examen de disartria de Frenchay, el médico especifica un trastorno del habla relacionado con daños en el cerebro o facial los nervios. El examen de disartria de Frenchay es una prueba que se utiliza para evaluar todos los tipos de disartria. La disartria es definida por la profesión médica como cualquier trastorno del habla asociado con daños en el cerebro o facial los nervios. El procedimiento de prueba es principalmente un instrumento de diagnóstico que describe el trastorno respectivo de manera diferenciada y, por lo tanto, lo clasifica en una subforma del término colectivo disartria. A través de esta clasificación diferenciada, se documentan las fortalezas y debilidades del paciente para que el logopeda pueda seleccionar un adecuado terapia forestal método para mejorar la imagen del habla. La prueba fue desarrollada por Pamela M. Enderby en el Hospital Frenchay en Inglaterra y traducida y probada por un logopeda en Hamburgo. En 1991, Gustav Fischer Verlag publicó una primera edición del procedimiento de examen en alemán.

Función, efecto y objetivos

El examen de diagnóstico de disartria de Frenchay consta de un total de diez subáreas y se utiliza para una diferenciación más cercana, así como para terapia forestal progreso monitoreo de cualquier tipo de disartria. El evaluador puntúa las diez actuaciones individuales del paciente con disartria en una escala de puntos con un máximo de nueve puntos, y los resultados de la prueba se registran en forma de un de caramelos gráfico. Las áreas de prueba individuales del procedimiento incluyen reflejos, respiración, labio movimiento, mandíbula, paladar blando, voz, lengua, inteligibilidad, factores de influencia y otros. Además de las instrucciones manuales, una hoja de formulario y una espátula, el probador necesita un cronómetro, un vaso de agua, cookies y tarjetas de palabras y frases para realizar. Utiliza un dispositivo de grabación para registrar los resultados. El médico realiza la prueba de acuerdo con un manual. Este manual incluye instrucciones específicas que utilizan la escala para documentar el grado de diferencias de rendimiento. Las subpruebas heterogéneas se registran en una tabla, de modo que desde el desempeño motor no lingüístico del paciente hasta las observaciones visuales del paciente, se pueden registrar muchas observaciones individuales y posiblemente agregarlas al formulario. Verificar reflejos, el medico tiene al paciente tos y tragar, por ejemplo. La respiración se evalúa en una escala del uno al nueve utilizando el respiración durante el habla y también en reposo. Al evaluar labio movimientos, el médico hace que el paciente extienda los labios y realice movimientos de labios alternos, por ejemplo. La función motora de la mandíbula se evalúa tanto en reposo como durante el habla. Para una evaluación de la paladar blando función motora, el paciente también debe comer además de hablar. En el área de la voz, se presta especial atención a los fuerza, retención de tono y diferenciación de tono. Durante la prueba, el lengua se sobresale, se levanta, se mueve en movimientos alternos y laterales y se observa mientras habla. Para incluir la inteligibilidad en los resultados de la prueba, el médico también evalúa la pronunciación espontánea y la capacidad de expresar palabras y oraciones completas. Los factores que influyen durante el examen incluyen la audición, los dientes y la postura, además de la constitución general. Otros factores pueden ser la velocidad del habla o la percepción cinestésica. Basado en el creado de caramelos gráfico, el médico clasifica el trastorno respectivo en una de las cinco áreas de disartria, lo que le permite sacar conclusiones sobre la causa de la parálisis. Por ejemplo, puede sospechar lesiones de las neuronas motoras superiores si el procedimiento de prueba ha revelado disartria espástica. Las lesiones mixtas de las neuronas motoras superiores e inferiores, por otro lado, sugieren disartria mixta. Los trastornos extrapiramidales, por otro lado, a menudo se relacionan con la disartria hipocinética. Si la disartria se clasifica como ataxia, se puede suponer una disfunción cerebelosa, mientras que la disartria flácida es más probable que involucre lesiones de las neuronas motoras inferiores.

Riesgos, efectos secundarios y peligros

El examen de la disartria de Frenchay generalmente toma menos de media hora, por lo que es una prueba rápida que casi no conlleva riesgos para el paciente. Solo en el caso de parálisis de la deglución puede ocurrir la deglución en determinadas circunstancias durante la subprueba de bebida. Dado que la prueba se basa en valores estándar del mundo de habla inglesa, el procedimiento original no es adecuado como instrumento de diagnóstico para el mundo de habla alemana. En Alemania, los médicos tienden a utilizar Aachener Materialien zur Diagnostik Neurogener Sprechstörungen (Materiales de Aachen para el diagnóstico de enfermedades neurogénicas Trastornos del habla), que fue desarrollado para su uso en este país. Las ventajas de la prueba de disartria de Frenchay se describen como criterios de calidad de prueba probados que abarcan fiabilidad al igual que validez y validez clínica. Además, se dice que el procedimiento permite la elaboración de perfiles e incluye evidencia de observaciones adicionales que brindan una imagen general del paciente. Sin embargo, debido a que la prueba se basa en principios etiológicos y sintomáticos, ha sido objeto de críticas en algunos sectores. En la clínica, por ejemplo, sería más apropiada una clasificación puramente sintomática según los trastornos del movimiento reales. Aparte de esto, el hecho de que la prueba preste mucha menos atención a la respiración y la fonación que a la prosodia, la actividad motora oral y los reflejos es digno de crítica. Aunque, por tanto, el examen comprueba principalmente los trastornos que no son del habla, solo este procedimiento se menciona en las directrices de remedio alemanas para el diagnóstico de disartria.