¿El queso realmente cierra el estómago?

Un dicho, supuestamente de Plinio, un escritor romano, afirma que el queso cierra el estómago. Hay dos razones por las que se dice que el queso cumple esta función.

El rumor sobre el queso

Se dice queso, y de aquí probablemente viene el dicho, para amortiguar el exceso estómago ácido. Se dice que la proteína del queso es responsable de esta aparente función amortiguadora. Demasiado ácido gástrico conlleva el riesgo de reflujo en el esófago. Allí puede causar un gran daño, ya que la mucosa del esófago no está armada contra el ataque del ácido.

Personas que sufren de acidez o regurgitación ácida conocen la sensación de comer una comida “varias veces”. Para estos, sería muy útil si el queso realmente terminara la comida y sirviera como una especie de sello temporal.

En épocas anteriores, los pacientes que sufrían de acidez fueron alimentados leche por dias. La creencia errónea de que la proteína en leche amortiguaría estómago el ácido era el culpable.

La verdad

Hoy en día, se sabe que los alimentos que contienen proteínas, como el queso, son alimentos formadores de ácido y, en consecuencia, contraproducentes para el proceso de amortiguación.

Más especulaciones

Sin embargo, quizás este idioma se aplica al cierre de la salida del estómago y no en absoluto a la entrada del estómago. Por lo tanto, el queso cerraría la puerta del estómago a los intestinos y retrasaría la digestión que comienza después de una comida. El contenido de grasa en el queso tendría este "poder de cierre". El estómago permite que las comidas que contienen grasas pasen a los intestinos mucho más tiempo que las comidas que contienen hidratos de carbono o proteína. Esto aumenta la sensación de saciedad.

¿Qué puede hacer realmente el queso?

Basta de especulaciones. Una cosa que los científicos han descubierto: el queso tiene un efecto protector sobre la caries dental. Aquí el calcio y fosfato, que se encuentran en abundancia en el queso, juegan un papel importante. Estos dos minerales endurecer el diente esmalte y proteger el diente de influencias agresivas. Por lo tanto: ¡Regálate un trozo de queso de postre si sabe bien y es bueno para ti!

Una pequeña lección de nuestros vecinos franceses: allí se acostumbra disfrutar de un bocadillo de queso al final de una comida. Los franceses saben que la grasa no se debe escatimar en el queso, ya que es un portador de sabor. Así, con el “queso después” no corren el riesgo de llenarse de antemano con la golosina rica en calorías.

Consejo: Saca el queso de la nevera a tiempo, ¡porque solo sabe muy bien a temperatura ambiente!