Hernia epigástrica: síntomas, tratamiento

Breve descripción

  • Síntomas: A menudo asintomático, posiblemente dolor, tirones o presión al tensar los músculos abdominales. El dolor intenso y repentino, las náuseas y los vómitos indican un posible atrapamiento de órganos en el saco herniario que pone en peligro la vida.
  • Tratamiento: ningún tratamiento para hernias pequeñas sin síntomas, cirugía para hernias más grandes o en caso de emergencia si los órganos quedan atrapados.
  • Causas y factores de riesgo: Debilidad congénita o adquirida del tejido conectivo, las hernias más pequeñas pueden agrandarse al levantar cargas pesadas, presionar o toser con fuerza; factores de riesgo: Obesidad, embarazo, presión alta en el abdomen por tumores o retención de líquidos; viene de familia.
  • Diagnóstico: palpación del abdomen con y sin toser o hacer esfuerzo, rara vez examen de ultrasonido adicional
  • Pronóstico: Generalmente es una enfermedad inofensiva sin tratamiento en el caso de hernias pequeñas, en el caso de hernias más grandes se puede curar fácilmente después de la cirugía con suficiente reposo para la recuperación.
  • Prevención: Evite factores de riesgo como el sobrepeso, preste atención a una buena técnica de levantamiento al levantar cargas pesadas.

¿Qué es una hernia epigástrica?

Una hernia es congénita o adquirida posteriormente. La hernia epigástrica ocurre en niños y adultos, generalmente entre el esternón y el ombligo, a veces en varios lugares a la vez.

La hernia epigástrica se distingue de la hernia inguinal y de la llamada diástasis del recto. En la hernia inguinal, que ocurre en bebés varones y niños pequeños, permanece una conexión entre el escroto y la cavidad abdominal debido a la migración tardía de los testículos al escroto durante el primer año de vida. En algunos casos, los órganos se deslizan en esta conexión y la afección se llama hernia inguinal (hernia inguinal).

En la diástasis del recto, las hebras izquierda y derecha de los músculos abdominales rectos (six-pack, músculo recto del abdomen) divergen. Esto da como resultado una elevación igual de la línea media (línea alba) entre el ombligo y el esternón. Esto no es una hernia porque no hay saco herniario. Existe riesgo de encarcelamiento de vísceras. La cirugía es principalmente por razones estéticas.

Hernia epigástrica: ¿Cuáles son los síntomas?

Una hernia de la pared abdominal a menudo no causa molestias ni dolor. No obstante, es aconsejable consultar a un médico para obtener más aclaraciones. Las quejas típicas de una hernia de la pared abdominal suelen ser una molestia crónica por presión en la parte superior del abdomen o una sensación de ardor, dolor o tirón. El malestar a menudo se intensifica al sentarse, estornudar o defecar.

Una hernia importante de la pared abdominal suele ser claramente visible y, a menudo, psicológicamente estresante para los afectados.

Síntomas como dolor repentino en el área de la hernia indican que los órganos abdominales están atrapados en el saco de la hernia. Es posible que se interrumpa el suministro de sangre al órgano, lo que puede poner en peligro la vida. En este caso, consulte a un médico urgentemente. Las náuseas y los vómitos son otros síntomas típicos.

En caso de dolor repentino intenso en el abdomen con náuseas y vómitos, no dejar pasar el tiempo y, en caso de duda, avisar a los servicios médicos de urgencia. Además de una hernia de la pared abdominal, estos síntomas pueden ocultar otras enfermedades graves o potencialmente mortales.

En el caso de una hernia epigástrica, el riesgo general de atrapamiento de órganos abdominales es bajo. Las hernias abdominales superiores más pequeñas, que constituyen la mayoría de los casos, normalmente no presentan síntomas. Por lo general, el médico recomienda el tratamiento sólo si hay síntomas y si los órganos quedan atrapados en una hernia más grande, lo cual constituye una emergencia médica.

En este caso, el cirujano extirpa el saco herniario durante la cirugía y reubica el contenido del saco herniario nuevamente en el abdomen. El cirujano suele utilizar una malla plástica para reforzar la pared abdominal y evitar otro saco herniario. A menudo, la sutura es suficiente para cerrar la hernia a largo plazo.

Una hernia encarcelada suele ser una emergencia y se deben llamar a los servicios médicos de emergencia.

Causas y factores de riesgo

Aunque algunos niños nacen con un diagnóstico de hernia epigástrica, en realidad tiende a ocurrir en personas mayores. Esto se debe a que la creciente debilidad del tejido conectivo en la vejez favorece las condiciones de hernia. También en personas con sobrepeso el tejido conectivo suele estar debilitado, por lo que hay una mayor incidencia de desgarros y hernias.

Los tumores o la acumulación de agua en la cavidad abdominal en algunas enfermedades (un abdomen “graso” o “distendido”) también favorecen las hernias de la pared abdominal y otras hernias. Las mujeres embarazadas también se ven afectadas con mayor frecuencia. Levantar objetos pesados, toser mucho o empujar son factores que a menudo agrandan una pequeña hernia existente.

Exámenes y diagnóstico

Si sospechas que padeces una hernia epigástrica, lo mejor es acudir a tu médico de cabecera o a un gastroenterólogo. Primero intentará hablar con usted (anamnesis). A esto le sigue un examen físico. El médico le pedirá al paciente que tosa o que tense el abdomen para sentir cambios. El aumento de la presión abdominal generalmente permite sentir un bulto. Este saco herniario abultado bajo presión confirma al médico el diagnóstico de hernia de la pared abdominal.

Sólo en unos pocos casos es necesario realizar además una ecografía.

Hernia epigástrica: curso de la enfermedad y pronóstico.

Comportamiento después de la cirugía de hernia de la pared abdominal

La cirugía de hernia de la pared abdominal (cirugía de hernia de la pared abdominal) generalmente no es un procedimiento importante. Sin embargo, después de la cirugía, la herida debe tener tiempo de cicatrizar tranquilamente para que no se produzcan nuevas hernias.

Dependiendo del tamaño de la hernia operada, los médicos suelen recomendar evitar la actividad física durante dos o tres semanas. Hasta tres meses después de la cirugía, los médicos desaconsejan levantar objetos pesados.

La baja por enfermedad suele concederse por un período de entre siete y 14 días, dependiendo del tamaño de la operación y de su evolución. El tiempo que usted estará realmente sin trabajar después de una cirugía de hernia de la pared abdominal depende, por supuesto, del tipo de actividad. El trabajo físico pesado no es posible hasta tres meses después.

Prevención

Básicamente, para la prevención tiene sentido evitar factores de riesgo como tener mucho sobrepeso o levantar objetos pesados. También ayudan las técnicas de levantamiento adecuadas (“desde una posición en cuclillas en lugar de una posición de pie”) o cinturones abdominales para levantar cargas pesadas.