Terapia de una adicción

Lo más importante en la terapia de la adicción es la motivación o voluntad de cambio del paciente. Sin motivación, la enfermedad nunca se tratará de manera sostenible. La razón por la que la mayoría de los adictos tienen tantos problemas para motivarse se debe a la diferencia entre los efectos positivos “aquí y ahora” y las consecuencias negativas “en el futuro”.

La mayoría de las veces esta actitud cambia cuando las consecuencias negativas repentina e inesperadamente “golpean” el presente. Un repentino ataque de asfixia mientras fumar, golpe o incluso causar un accidente fatal bajo la influencia del alcohol puede aumentar significativamente la disposición a buscar tratamiento. Otros factores que aumentan la probabilidad de motivación del cambio son

  • Alta competencia social (por ejemplo, la capacidad de expresar la propia opinión, de imponerse a los demás, etc.

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  • Una auto-expectativa estable ("¡Si me esfuerzo lo suficiente, me las arreglaré!")
  • Acumulación de consecuencias negativas debido a la adicción (por ejemplo, mi pareja me abandona, mi licencia de conducir se ha ido, los acreedores amenazan, etc.)
  • El conocimiento sobre las ofertas de ayuda (asesoramiento sobre adicciones, desintoxicación, grupos de autoayuda, etc.

    )

recaídas en la adicción: Incluso si la motivación por tales factores puede juzgarse como buena o mala, la llamada "ambivalencia", es decir, el "ser desgarrado de un lado a otro" es un compañero constante para el paciente motivado. Incluso después de años de abstinencia de la droga, un paciente puede sufrir una recaída en la adicción. En muchos pacientes también hay una alternancia frecuente entre la renuncia a la sustancia y las recaídas frecuentes.

La probabilidad general de recaída es bastante alta, pero varía de una sustancia a otra. La probabilidad de sufrir al menos una recaída en los 2 años posteriores al tratamiento es de alrededor del 40-50% para el alcohol, alrededor del 60-70% para las drogas ilegales y más del 70% para el tabaco. El motivo de la frecuencia de tales recaídas es, entre otras cosas, que determinadas situaciones y estímulos (sonidos, olores, etc.)

se asocian con ciertas emociones positivas durante la adicción activa. Incluso si la adicción real prácticamente ya no está activa, estos “estímulos entrenados” (ruido de pub, bolera) todavía están asociados tanto con la sensación placentera como con el consumo de alcohol. Por tanto, el deseo de volver a experimentar la situación agradable también está directamente asociado con el deseo de beber alcohol.

Otros factores que aumentan la probabilidad de una recaída son cambios bruscos en situaciones de la vida (separación o muerte de una persona cercana) o trastornos psicológicos (depresión. etc.). Por tanto, parte de la terapia debe ser la prevención de recaídas. En este contexto, el tratamiento de los siguientes puntos ha resultado útil:

  • Identificar situaciones que potencialmente podrían volverse "peligrosas
  • Analice las posibilidades de evitar tales situaciones.
  • Procesamiento de estímulos "peligrosos" de tal manera que se conviertan de nuevo en estímulos normales y originales en el curso de la terapia.

    (El ruido del pub es simplemente ruido, etc.)

  • Procesamiento de la conducta cuando se ha producido el primer desliz. (Se empaqueta una especie de maletín de emergencia, que se usa antes de volver a caer completamente en los viejos patrones de comportamiento).
  • Fortalecimiento de la expectativa personal