Medicina Paliativa – Ayuda Psicológica

La noticia de sufrir una enfermedad potencialmente mortal como el cáncer supone un shock para cualquier persona afectada. Reaccionar ante esto con miedo, tristeza y enojo es completamente normal. Lo crucial es volver a controlar los sentimientos negativos.

Esto también se aplica a las personas cuya vida está llegando a su fin. La esperanza de recuperarse se extingue, las dolencias se vuelven más graves y las fuerzas disminuyen. Sin embargo, incluso en esta última fase son posibles momentos felices y tranquilos.

Psicólogos especialmente capacitados pueden acompañar en este camino a los pacientes con enfermedades potencialmente mortales. En las conversaciones les ayudan a aceptar la situación y a mantener a raya los miedos y la depresión. En la fase final de la vida, ayudan a los enfermos a afrontar el fin inminente y a despedirse de sus propias vidas y de las personas cercanas a ellos.

Superando miedos

La atención se centra en afrontar los miedos que acompañan a una enfermedad grave o a la muerte inminente. Estos son múltiples. Van desde temores concretos al dolor, la dificultad para respirar y otras molestias físicas, hasta preocupaciones por perder el control, la dignidad y la autodeterminación, y temores por la muerte. Además, puede haber preocupaciones sobre los seres queridos que uno dejará atrás.

Estos miedos pueden manifestarse de formas muy diferentes. Algunos pacientes se aíslan, otros reaccionan agresivamente y en otros los miedos emocionales se manifiestan en quejas físicas.

La psicología tiene toda una gama de estrategias para afrontar la ansiedad. Son especialmente útiles las técnicas de relajación y el recurso específico a pensamientos reconfortantes y positivos, por ejemplo con la ayuda de ejercicios de imaginación.

Mantener a raya la depresión

Todo el mundo puede comprender que muchas personas gravemente enfermas al principio sienten desesperación y una profunda depresión cuando se enfrentan a su situación. Una gran proporción logra superar esta crisis emocional por sí solos o hablando con familiares o personal clínico. Otros pacientes no lo consiguen y caen en una depresión que requiere tratamiento. Los signos típicos de depresión son:

  • vacío interior
  • Falta de impulso
  • @ desinterés
  • pérdida de entusiasmo por la vida
  • cavilación constante
  • Sentimientos de culpa, quejarse de uno mismo.
  • la sensación de no valer nada
  • problemas de concentración y memoria
  • inquietud interior

Síndrome de fatiga

Especialmente los pacientes con cáncer sufren a menudo un agotamiento persistente y debilitante durante el curso de su enfermedad. Aunque duermen lo suficiente, se sienten constantemente cansados ​​e impotentes y les resulta difícil levantarse y hacer algo. Los afectados tienen una necesidad excesiva de descanso. Los médicos se refieren a esta condición como síndrome de fatiga o, para abreviar, fatiga. En muchos pacientes, la fatiga comienza con el inicio de la quimioterapia o radioterapia y persiste durante semanas y meses después de finalizar el tratamiento.

Hay varias cosas que se pueden hacer para combatir la fatiga. Si, por ejemplo, la anemia o un trastorno hormonal están detrás de los síntomas, una nutrición adecuada y una terapia farmacológica pueden ayudar. El ejercicio regular también reaviva el ánimo. Los ejercicios de terapia conductual también se pueden utilizar para cambiar patrones de comportamiento desfavorables.

Apoyo espiritual

Apoyo psicológico a familiares.

No sólo el paciente, sino también sus familiares necesitan apoyo. Son el apoyo más importante del paciente, pero al mismo tiempo sufren ellos mismos la situación. Ellos también tienen que luchar contra los miedos y el dolor. En el marco de los cuidados paliativos, pueden beneficiarse del apoyo psicológico y pastoral, al igual que el enfermo, incluso después de la muerte del familiar.