Cirugía de la hernia inguinal del bebé | Hernia inguinal en el bebé

Cirugía de la hernia inguinal del bebé.

La cirugía es siempre la única medida curativa en caso de hernia. Por el contrario, esto también significa que ningún medicamento o vendaje puede reparar una hernia. El principio de toda cirugía es cerrar el paso de los intestinos.

El método elegido depende del tipo y alcance de la hernia inguinal. Dado que en los bebés una brecha en el peritoneo es a menudo la causa de la hernia inguinal, este espacio se cierra quirúrgicamente con un hilo. Este tipo de cierre es completamente suficiente.

Aunque en ocasiones es necesario el uso de una malla en adultos, está contraindicado en niños. En los niños, el principio es evitar, si es posible, la introducción de cuerpos extraños que posiblemente puedan afectar el crecimiento posterior. Hoy en día, la técnica mínimamente invasiva es el estándar.

En terminología técnica, esto también se conoce como cirugía laparoscópica. Para ello, los instrumentos se insertan en la cavidad abdominal a través de varias incisiones pequeñas en la piel. Una cámara, también insertada, permite un reflejo exacto de la cavidad abdominal y permite observar bien los instrumentos.

La ventaja de este método es que las pequeñas incisiones cicatrizan rápidamente y dejan solo cicatrices muy estrechas. Además, si es necesario, se puede ver toda la cavidad abdominal y se pueden detectar o tratar directamente otras complicaciones. Si la cirugía mínimamente invasiva está contraindicada, también se puede optar por un abordaje abierto.

Aunque significa una incisión en la piel más grande, el procedimiento general de la cirugía es el mismo. Depende del cirujano decidir qué técnica es la más adecuada para el paciente pequeño. Los riesgos de hernia inguinal La cirugía surge de las características físicas de un bebé.

El pequeño pulmón el volumen y el riesgo de pérdida de calor son desafíos particulares para el anestesista que realiza la operación. Los riesgos del procedimiento quirúrgico son similares a los de los adultos. Por tanto, en casos raros, pueden producirse lesiones en otras estructuras o hemorragias secundarias. En los niños, un riesgo especial también es la posible ruptura del cordón espermático, que, sin embargo, se evita de manera óptima mediante la obtención de imágenes intraoperatorias del cordón espermático.