¿Qué es la hipnosis?
La hipnosis es un procedimiento que crea acceso al mundo interior a través del subconsciente. La hipnosis no es magia, aunque a veces los hipnotizadores la presenten así en los espectáculos.
Durante mucho tiempo se asumió que el trance hipnótico era un estado similar al sueño. Sin embargo, las investigaciones modernas sobre el cerebro han demostrado que las personas bajo hipnosis están despiertas y alerta. Por lo tanto, el trance es más un estado de relajación profunda en el que el cliente centra su atención en algo específico.
En hipnoterapia, el terapeuta puede aprovechar este estado. Utilizando el subconsciente, activa las fortalezas personales del paciente y las estrategias de afrontamiento que no utiliza en la vida cotidiana. Por tanto, la hipnosis puede utilizarse para ayudar a resolver problemas físicos o psicológicos.
La hipnosis se utiliza sola o en combinación con otros métodos (por ejemplo, terapia conductual o métodos de psicología profunda).
Para garantizar que el terapeuta sea digno de confianza, debe tener un certificado de una organización de hipnosis acreditada. Este certificado garantiza que el terapeuta ha completado una sólida formación en hipnosis.
Aclare de antemano si su seguro médico o su seguro médico privado contribuirán a los costes de la hipnoterapia.
¿Cuándo te sometes a hipnosis?
La hipnosis también es un método popular para el manejo del dolor y el apoyo durante los procedimientos médicos.
Hipnosis: ¿cuándo no es aconsejable o sólo se recomienda con precaución?
La hipnoterapia no es adecuada para personas que actualmente padecen una psicosis aguda o padecen estados psicóticos (manía, episodio esquizofrénico). También se recomienda precaución con las personas traumatizadas.
La hipnosis también puede ser peligrosa para la salud si el cliente, conocido como hipnotizador, sufre problemas cardiovasculares o presión arterial baja. Esto se debe a que la presión arterial cae durante el trance hipnótico. En personas con epilepsia, la relajación profunda puede provocar una convulsión.
Si un cliente está tomando medicamentos, se debe consultar al médico que lo trata antes de la hipnoterapia. La hipnosis no debe realizarse bajo la influencia del alcohol o las drogas.
¿Qué haces durante la hipnosis?
Antes de una sesión de hipnosis, el hipnotizador y el cliente se conocen y tienen una conversación preliminar. El hipnotizador debe ser consciente de los miedos, ansiedades y limitaciones físicas del cliente para que no surjan situaciones desagradables para el cliente durante la hipnosis.
Tan pronto como la persona hipnotizada entra en trance, el terapeuta intenta movilizar los recursos del paciente con la ayuda de sugerencias. Para ello, el hipnotizador ordena a la persona hipnotizada que realice determinadas tareas (por ejemplo, determinados movimientos) o que tenga determinados pensamientos (por ejemplo, que imagine algo específico).
Para dejar de fumar, por ejemplo, el hipnotizador podría pensar: “Elijo no fumar”. Debido a la fuerte concentración en un pensamiento, por ejemplo, la percepción de otras cosas desaparece.
En la fase de reorientación, el terapeuta retira suavemente el trance dirigiendo la percepción del paciente desde adentro hacia afuera. Este proceso suele tardar unos minutos.
La duración total de la hipnoterapia depende del objetivo del tratamiento acordado, el tipo y duración de la enfermedad y la capacidad del cliente para afrontarla.
¿Cuáles son los riesgos de la hipnosis?
La hipnosis sigue siendo muy controvertida. Algunas personas temen la hipnosis porque creen que perderán el control de sí mismas. Otros consideran que la hipnosis es un engaño o un engaño.
La hipnosis sólo funciona para las personas que están dispuestas a aceptarla, y aun así no funciona para todos. Algunas personas son más fáciles de hipnotizar que otras. Y a algunas personas no se les puede poner en ningún estado de hipnotización.
Sin embargo, hipnotizar también implica riesgos. El hipnotizador debe tener cuidado con el subconsciente del cliente. Las sugerencias inapropiadas pueden tener efectos negativos para el cliente. Al viajar al pasado, por ejemplo, el hipnotizador puede traer recuerdos traumáticos del cliente. Reexperimentar el trauma (retraumatización) puede causar daño psicológico sin apoyo psicoterapéutico.
Otro punto es que el hipnotizador tiene una cierta posición de poder en su rol. Por tanto, es importante que actúen de forma ética y no pongan en peligro la salud del hipnotizado.
La persona hipnotizada también puede sufrir daños físicos si el hipnotizador no se ocupa de ella. Como la persona hipnotizada no está completamente consciente durante el trance, el hipnotizador debe evitar caídas y lesiones durante la hipnosis.
¿Qué debo tener en cuenta después de la hipnosis?
Planifique también un margen de tiempo después de la sesión. Las experiencias de hipnosis pueden resultar muy intensas. Es posible que necesite algo de tiempo después para volver a sí mismo por completo. Esto también puede ser necesario porque puedes quedarte dormido durante la relajación profunda del trance. Al igual que después de levantarse por la mañana, es posible que necesite un poco de tiempo para volver a la vida cotidiana.
También debes tomarte un tiempo después de la hipnosis para procesar lo que has experimentado. Si está trabajando en objetivos terapéuticos, déle a las sugerencias la oportunidad de surtir efecto.
El poder de la hipnosis también reside en el hecho de que los pensamientos negativos y autocríticos que acompañan a muchos de nosotros a diario se apagan temporalmente. Después de la hipnosis, muchas personas se sienten llenas de energía y motivadas. Disfruta de este estado y deja afuera los pensamientos de duda durante el mayor tiempo posible. La hipnoterapia tiene el mejor efecto cuando te permites involucrarte completamente en la hipnosis.