Operación | Ganglio tiroideo caliente

Operación

durante glándula tiroides cirugía, el paciente siempre está sometido anestesia general, independientemente de si se eliminan solo el nódulo o partes enteras. El trabajo preciso también es de suma importancia aquí. Para llegar al área de operación, la incisión se realiza a través del cuello a media longitud.

Por razones cosméticas posteriores, a menudo se utiliza una incisión en un pliegue cutáneo. Debido a esta localización, la cicatriz a menudo es apenas visible después de la curación completa. La capa de piel superior es seguida por las capas inferiores, la tejido conectivo y del cuello los músculos.

La glándula tiroides descansa sobre el laringe y ahora debe eliminarse con cuidado. Debido al buen suministro vascular con el que está equipado el órgano, el cirujano debe esperar sangrado en cualquier momento y estar preparado para ello con medidas hemostáticas. Pueden ocurrir complicaciones especiales durante la cirugía de tiroides.

Como regla general, el laringe o de tráquea no está lesionado, ya que esto requeriría un manejo muy brusco. Se debe prestar especial atención a las glándulas paratiroides, incluidos los corpúsculos epiteliales. Estos están dispuestos en pares uno encima del otro, detrás de cada lóbulo tiroideo y son importantes para calcio metabolismo.

Producen parathormona, que puede aumentar la calcio en el nivel sangre. Dado que los corpúsculos epiteliales son muy pequeños, existe el riesgo de que también se eliminen. Si no se puede dejar suficiente tejido en el área quirúrgica, existe otra opción para la preservación.

En este caso, las glándulas paratiroides se reubican en el brazo y se conectan al sistema vascular, de modo que la calcio equilibrar puede seguir estando regulado. Además de estos órganos más pequeños, se debe tener en cuenta el nervio laríngeo recurrente. En su curso pasa el glándula tiroides y finalmente llega al laringe, ubicado en el costado de la tráquea.

Allí es responsable del suministro nervioso de casi todos los músculos laríngeos, lo que demuestra su inmensa importancia. El daño al nervio laríngeo recurrente puede provocar un daño permanente. Esto puede manifestarse en forma de permanente ronquera o dificultad para respirar.

El daño a ambos lados es problemático. Dado que los músculos de la laringe y las cuerdas vocales ya no se pueden mover, la apertura de la glotis se vuelve imposible: el paciente amenaza con asfixiarse.