Botox: aplicación, efectos y riesgos

¿Qué es el botox?

Botox es el nombre común de la toxina botulínica. Se produce de forma natural como neurotoxina, pero también se utiliza en medicina (estética).

El nombre Botox se utiliza actualmente como sinónimo de varios productos que contienen toxina botulínica. Sin embargo, en realidad es una marca registrada de un fabricante.

Toxina botulínica de origen natural

Se trata de una neurotoxina secretada por la bacteria Clostridium botulinum que provoca lo que se conoce como botulismo:

Estos síntomas de intoxicación suelen ser causados ​​por el consumo de alimentos mal conservados (como alimentos enlatados) en los que se ha acumulado la toxina de la bacteria. Provoca parálisis, incluso del corazón y de los músculos respiratorios, que puede provocar la muerte. En el pasado, muchas muertes se debían al botulismo. Hoy en día, los pacientes pueden ser tratados con antídotos (antisueros).

Toxina botulínica en medicina.

¿Qué hace el Botox en el cuerpo?

Para excitar un músculo, el nervio asociado libera la sustancia transmisora ​​acetilcolina. Esto hace que el músculo se contraiga (contracción).

El efecto del Botox se basa en una inhibición irreversible de la liberación de acetilcolina. Como resultado, el músculo no puede contraerse y queda paralizado durante algún tiempo.

¿Cuándo se utiliza el Bótox?

La toxina botulínica A, uno de los siete serotipos de toxina botulínica y el que tiene el efecto más potente y duradero, se utiliza con mucha frecuencia. La toxina se utiliza en medicina estética para suavizar las arrugas.

Por otro lado, la toxina botulínica encuentra su aplicación médica principalmente en la neurología: sus campos de aplicación más comunes son los trastornos del movimiento (distonía), en los que se producen movimientos musculares involuntarios y anormales, como por ejemplo la tortícolis. El tratamiento con Botox también ha demostrado ser eficaz para el espasmo de los párpados (blefaroespasmo).

Además, el Botox es eficaz contra la sudoración: previene el aumento de la sudoración (hiperhidrosis). El Botox también se usa para tratar las migrañas, pero sólo puede inyectarse en casos crónicos.

¿Qué se hace durante un tratamiento de Botox?

El tratamiento con Botox consiste en inyectar el agente nervioso (previa desinfección de la zona de piel afectada). Esto no requiere anestesia y, por lo general, el paciente no necesita estar en ayunas para el procedimiento.

Antes de inyectar la toxina, el médico pregunta sobre el historial médico e informa al paciente sobre las posibles complicaciones y riesgos del tratamiento.

Botox contra los trastornos del movimiento.

En el tratamiento de trastornos del movimiento, espasmos o temblores, el médico inyecta toxina botulínica en el músculo que se va a paralizar. Dependiendo de la extensión de la enfermedad, a veces es necesario tratar varios músculos. En este caso, el médico debe asegurarse de que no se supere una determinada dosis total de Botox.

Bótox contra las arrugas

El Botox se utiliza para evitar que los músculos se contraigan, lo que debería suavizar, por ejemplo, las líneas de expresión. Especialmente para suavizar las líneas de expresión en la zona de la frente, muchas personas eligen el Botox.

Botox contra la sudoración

La terapia con toxina botulínica A se considera uno de los tratamientos más eficaces para la sudoración excesiva. Como la toxina inhibe la liberación de acetilcolina de las células nerviosas, las glándulas sudoríparas ya no son estimuladas para activarse y el paciente suda menos. Por cierto, el mismo principio puede ayudar con el aumento de la salivación.

Botox contra la migraña

Para las personas con migrañas crónicas, el médico inyecta toxina botulínica en al menos 31 sitios de los músculos de la cabeza, el cuello y los hombros. La relajación muscular y otros procesos antiinflamatorios pueden aliviar los síntomas y prevenir nuevos ataques de migraña.

¿Cuánto dura el efecto del Botox?

Generalmente no se puede hacer una predicción exacta de cuánto durará el efecto del Botox, ya que la toxina se descompone a diferentes velocidades. Además, en casos raros, el cuerpo forma anticuerpos contra él, tras lo cual se descompone más rápidamente.

¿Cuáles son los riesgos del bótox?

Una dosis demasiado alta de toxina botulínica puede provocar disfagia, sequedad de boca, dolores de cabeza, náuseas o incluso una restricción grave de las expresiones faciales.

Si la toxina ingresa al torrente sanguíneo, se debe administrar inmediatamente un antisuero. Hasta que el antisuero haga efecto, el paciente debe estar ventilado porque la toxina paraliza los músculos respiratorios.

¿Qué se debe tener en cuenta durante el tratamiento con Botox?

En la mayoría de los casos, la terapia con inyecciones de Botox se puede realizar sin problemas. Sin embargo, el procedimiento no debe utilizarse en enfermedades neuromusculares como la miastenia gravis, el síndrome de Lambert-Eaton o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

También existen otras contraindicaciones para el Botox: embarazo, lactancia y alergia a la toxina bacteriana o a uno de los otros componentes de la solución inyectable.

Si después del tratamiento con Botox se produce malestar o sensación de debilidad, se debe consultar a un médico inmediatamente.