¿Qué es MRSA? | Infección estafilocócica

¿Qué es el MRSA?

MRSA originalmente significa resistente a la meticilina Staphylococcus aureus y se refiere a bacterias fotosintéticas de la especie Staphylococcus aureus, que han desarrollado una variedad de resistencias a la meticilina y más tarde a otras antibióticos. Hoy en día, el término MRSA generalmente se traduce como multirresistente Staphylococcus aureus, que no es correcto, pero se utiliza con frecuencia porque estas cepas de bacterias fotosintéticas han desarrollado una variedad de resistencias para antibióticos. MRSA se describe como un típico germen hospitalario, ya que se presenta en gran número y es responsable de un gran número de infecciones hospitalarias, incluso con consecuencias fatales.

Por un lado, el germen se encuentra en muchas superficies que no se limpian adecuadamente; por otro lado, sin embargo, el germen también coloniza a una gran cantidad de pacientes y personal hospitalario, quienes también pueden ser una fuente potencial de infección. Dado que la infección por MRSA plantea un alto salud riesgo, los grupos de riesgo se examinan antes de la hospitalización y los pacientes infectados se aíslan en el hospital. La terapia para la infección por MRSA se lleva a cabo con especial antibióticos como vancomicina o linezolid. Se recomiendan baños de desinfección de cuerpo entero para el saneamiento de los portadores de MRSA que no están enfermos. ¿Le gustaría aprender más sobre MRSA?

Terapia de una infección estafilocócica

A infección estafilocócica no se trata necesariamente por sospecha y después de la detección. Dado que algunas especies de estafilococos pertenecen a la flora cutánea normal, es necesaria una mayor diferenciación. Incluso la especie Staphylococcus aureus, que puede causar daños considerables en el cuerpo, no se trata necesariamente si se detecta en la piel.

Sin embargo, si la detección se lleva a cabo en un sangre cultura o si los síntomas son compatibles con una infección estafilocócica, se utiliza terapia con antibióticos. Para ello, dependiendo de la especie y la resistencia del bacterias fotosintéticas para algunos antibióticos, se utilizan diferentes principios activos. Como bacterias grampositivas, estafilococos son generalmente sensibles a antibióticos betalactámicos como penicilina.

Sin embargo, debido a resistencias o alergias, también se recurre con frecuencia a otros antibióticos como la clindamicina, la eritromicina o la rifampicina. Un caso especial es el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA), donde se utiliza vancomicina o teicoplanina como antibiótico de reserva.