Vivir con un derrame cerebral: dando forma a la vida cotidiana

¿Cómo se puede organizar la vida después de un derrame cerebral?

Para muchas víctimas de un derrame cerebral, el diagnóstico de un derrame cerebral significa que muchas cosas cambian en sus vidas. Un derrame cerebral es una enfermedad grave que a menudo tiene consecuencias graves, incluidas discapacidades físicas y mentales. Esto significa, por un lado, muchos años de terapia y rehabilitación y, por otro, cambios en la vida cotidiana.

Para algunos de los afectados, incluso las cosas más simples, como vestirse o comer de forma independiente, siguen siendo difíciles o incluso imposibles, incluso después de finalizar la rehabilitación. Entonces es necesario adaptar el entorno personal a las nuevas condiciones, por ejemplo rediseñando el espacio habitable para adaptarlo a las personas discapacitadas o aprovechando la asistencia de enfermería. A menudo estas tareas recaen en los familiares, que están tan afectados como el propio paciente con ictus y necesitan el apoyo adecuado.

Dependiendo de la extensión de la enfermedad y del curso de la terapia, a veces sólo se ven afectadas durante un tiempo determinadas capacidades aisladas, como conducir o andar en bicicleta. En este caso, es importante volver a entrenarlos y ganar confianza en ellos. Pero incluso si no está severamente restringido, siempre lleva algún tiempo volver a su rutina diaria habitual.

Accidente cerebrovascular y conducción

Si conduce un automóvil, su capacidad para conducir después de un derrame cerebral se ve afectada de dos maneras. En primer lugar, existe el riesgo de sufrir repentinamente otro derrame cerebral. Por otro lado, existe el riesgo de que su rendimiento se vea reducido debido a las consecuencias del accidente cerebrovascular, por ejemplo, debido a parálisis, alteraciones visuales o una capacidad de reacción más lenta. En ambos casos, al volante de un coche, usted y otros usuarios de la vía se pondrán en peligro.

Se requiere responsabilidad propia

La ley exige que todas las personas con licencia de conducir asuman responsabilidad personal, ya sean pacientes con un accidente cerebrovascular o no. Por lo tanto, controle siempre usted mismo para asegurarse de que está conduciendo un vehículo de forma segura en el tráfico. Sin embargo, después de una enfermedad como un derrame cerebral, la ley exige que los afectados tomen “precauciones adecuadas” para garantizar que no se conviertan en un peligro al volante. Esto incluye que los pacientes reciban ayuda de expertos.

Pregunta a tu doctor

El primer interlocutor es su médico tratante. Él o ella podrá evaluar si usted debe volver a ponerse al volante o ya hacerlo, o si debe abstenerse de conducir por razones de seguridad. Esta abstención puede ser temporal (hasta que esté en condiciones de volver a conducir) o permanente, por ejemplo en caso de parálisis permanente.

Además, informe voluntariamente del accidente cerebrovascular a la autoridad responsable (oficina de permisos de conducir) y presente allí un informe médico especializado con una antigüedad máxima de seis meses. Se trata, por ejemplo, del informe de alta de una clínica de rehabilitación o del dictamen pericial de un neurólogo titulado en medicina de tráfico. Este experto decide si, por ejemplo, son necesarias clases de conducción adicionales, una visita al oftalmólogo o un informe neuropsicológico.

En la mayoría de los casos, las autoridades deciden basándose en los documentos si puede seguir conduciendo (posiblemente con condiciones o restricciones) o si debe entregar su permiso de conducir. Si la autoridad no está satisfecha con el informe, dispondrá un examen médico-psicológico (MPU).

Examen médico-psicológico (MPU)

Los centros de evaluación de la aptitud para la conducción realizan la MPU. Estos centros de pruebas acreditados existen, por ejemplo, en el TÜV. La MPU se divide en varias partes:

En primer lugar, a partir de un reconocimiento médico, un médico especialista o una clínica especializada o de rehabilitación elabora un informe actualizado sobre su estado de salud.

Tercero: en una entrevista, un psicólogo determinará si usted también ha superado psicológicamente su accidente cerebrovascular, si confía en sí mismo para conducir y si se siente apto para el tráfico.

Prueba de manejo

Muchos pacientes con accidente cerebrovascular tienen movilidad limitada y necesitan un vehículo modificado. Podría tratarse de un coche con pomo en el volante. Hay escuelas de conducción especializadas en pacientes con ictus y que cuentan con coches reformados en los que los pacientes reciben clases de conducción. Luego, el examen de conducción se puede realizar en el TÜV o en DEKRA.

La decisión

En función de los documentos que usted presente (informe médico especializado, MPU, examen de conducir), la autoridad competente en materia de permisos de conducir decidirá si usted es apto para conducir. En el mejor de los casos, la autoridad llega a la conclusión de que usted puede conservar su permiso de conducir sin restricciones.

Sin embargo, a menudo el dictamen pericial da lugar a condiciones o restricciones y a la correspondiente inscripción en el permiso de conducir. Por ejemplo, después de un derrame cerebral, a algunas personas sólo se les permite conducir un automóvil con dirección especialmente adaptada. A otros ya no se les permite conducir de noche o en las autopistas.

Precio

Obtener certeza

Aunque no es barato y la oficina de licencias de conducir puede terminar revocando su licencia, asegúrese de que revisen su aptitud para conducir después de un derrame cerebral. Una evaluación objetiva realizada por expertos proporcionará certeza en caso de posibles dudas.

Pero sobre todo es importante recordar que quien no está apto para conducir y, sin embargo, se pone al volante se pone en peligro a sí mismo y a los demás, puede ser procesado y arriesga su cobertura de seguro.

Accidente cerebrovascular y profesión

Para los pacientes con accidente cerebrovascular que trabajan, surge la cuestión de su futuro profesional. Hable con su médico durante la rehabilitación sobre un posible regreso al trabajo o una reorientación.

Los contactos más importantes para este tipo de cuestiones son la agencia de empleo y las instituciones de seguros de pensiones. Entre otras cosas, promueven medidas para la reinserción profesional a través de becas de formación y reciclaje. La tarea central de la rehabilitación vocacional es encontrar el trabajo adecuado para usted. Básicamente, existen las siguientes posibilidades:

  • Regreso al puesto de trabajo anterior (si es necesario con adaptación del puesto de trabajo)
  • Reintegración gradual (como trabajo a tiempo parcial)
  • Cambio de puesto de trabajo dentro de la empresa anterior
  • Reciclaje en otra profesión

Reducción parcial de la capacidad de generación de ingresos

Existe una reducción parcial de la capacidad de obtener ingresos (anteriormente denominada “incapacidad laboral”) si, debido a una enfermedad o discapacidad, es posible trabajar al menos tres pero menos de seis horas por día, basándose en una semana laboral normal de cinco días. Si este es su caso, puede solicitar una pensión por reducción parcial de su capacidad de ingresos. Esto tiene como objetivo compensar la reducción de su salario si ya no puede trabajar plenamente.

Reducción total de la capacidad de generar ingresos

Las personas con incapacidad total para trabajar son aquellas que, por enfermedad o discapacidad, se ven imposibilitadas de realizar cualquier actividad lucrativa con cierto grado de regularidad durante un período de tiempo imprevisible. En términos concretos, esto significa que alguien es capaz de trabajar menos de tres horas al día en una semana de cinco días en el mercado laboral general.

Las personas que no pueden trabajar tienen la posibilidad de solicitar una pensión debido a la reducción total de su capacidad de ingresos. Reemplaza los salarios. La pensión por capacidad de ingresos reducida suele concederse como pensión temporal, es decir, por un máximo de tres años. El plazo también podrá repetirse previa solicitud. Después de un total de nueve años, se suele suponer que la persona en cuestión está permanentemente incapacitada. Luego, el pago de la pensión temporal cambia a una pensión permanente ilimitada.

Accidente cerebrovascular y viajes

La regla general es: ¡Sin extremos! Los viajes a la montaña por encima de los 2,500 metros sobre el nivel del mar, el buceo en aguas profundas, un safari fotográfico por la jungla o los cruceros por el Ártico no son planes de viaje adecuados para pacientes con ictus.

Prepara bien el viaje

Prepárate bien para el viaje. Por ejemplo, reserve alojamiento para personas discapacitadas, si es necesario. Infórmese sobre la atención médica disponible localmente. Pregúntele a su médico acerca de las vacunas recomendadas. Además, pídale que le proporcione un certificado de su diagnóstico y tratamiento (posiblemente en inglés).

Además, asegúrese de llevar cantidades suficientes (o recetas adecuadas) de cualquier medicamento que necesite tomar regularmente (como anticoagulantes o antihipertensivos). Pregúntele a su médico o farmacéutico cómo transportar y almacenar adecuadamente los medicamentos.

Antes de viajar al extranjero, es recomendable contratar un seguro médico internacional con repatriación en caso de enfermedad. ¡Esto le ahorrará altos costos en caso de emergencia!

Saludable en el camino

Para evitar sobrecargar su sistema cardiovascular, evite los viajes largos en automóvil o autobús en condiciones de calor extremo. Las fuertes diferencias de temperatura, por ejemplo entre la temperatura exterior y la del aire acondicionado de la habitación del hotel o del coche, también son desfavorables para el corazón y la circulación.

Divide cualquier medicamento que necesites entre tu equipaje de mano y tu equipaje de viaje, en caso de que alguna de las maletas se pierda. En tu destino de vacaciones, asegúrate también de guardar correctamente el medicamento (como se indica en el prospecto) para que no pierda su eficacia.

¿Qué consejos hay para los familiares?

Las consecuencias de un ictus afectan no sólo a los propios pacientes, sino también a las personas que comparten su vida. Los familiares suelen necesitar mucho tiempo, paciencia y empatía. Además, a menudo es necesario que cambien completamente su propia vida para ayudar a cuidar al paciente. En algunos casos, incluso los cuidadores o terapeutas llegan a sus límites y necesitan el apoyo de familiares.

El extraño en la propia casa

Para los familiares de pacientes con ictus resulta especialmente problemático que la personalidad de una persona conocida cambie como consecuencia de la enfermedad. Muchos pacientes con accidente cerebrovascular reaccionan inicialmente ante la impotencia y la pérdida repentina de sus propias capacidades con desesperación y depresión, mientras que otros tienden a mostrar agresión.

Con cariño y respeto

Como miembro de la familia, no tome decisiones por encima del paciente. Es mejor dejar que el paciente hable por sí mismo. Esto es especialmente cierto si la persona ya no puede comunicarse fácilmente debido al derrame cerebral. Dé tiempo al paciente para comunicarse.

Entre pedir y ayudar

Los familiares son los ayudantes más importantes para los pacientes con accidente cerebrovascular en su camino de regreso a una vida lo más independiente posible. Esto se debe a que las sesiones de terapia por sí solas no suelen ser suficientes para recuperar el habla, la capacidad de atención o el control de los movimientos, por ejemplo.

Toda la vida cotidiana es un curso de formación para los afectados. Por lo tanto, resista la tentación de ser demasiado maternal con la persona afectada, de hacerse cargo de cada apretón de manos o de terminar frases incompletas para él. Sólo intervenga si la persona no puede afrontar una situación por sí sola o está demasiado agotada para hacerlo.

Por otro lado, algunos familiares cometen el error de convertir el día en una sesión de entrenamiento continuo. Esto puede abrumar completamente al paciente. La vida con una discapacidad es muy agotadora, especialmente al principio, por lo que se necesitan con urgencia descansos.

Fortalecer la confianza en uno mismo y la alegría de vivir

Cómo lidiar con los afásicos: características especiales

El trato con personas que sufren trastornos del habla (afasia) suele resultar difícil para los familiares debido a problemas de comunicación. Algunos consejos útiles:

No saques las palabras de la boca de la persona afásica: Las personas con afasia suelen hablar entrecortadamente y buscan las palabras durante mucho tiempo. En este caso, es importante esperar y ver si la persona afásica encuentra el término que busca. Para él, todo sentido lingüístico de logro es importante. A menudo consigue expresarse si se le da suficiente tiempo.

Facilitar la comunicación: Habla despacio y con claridad con un afásico y subraya lo que se dice con expresiones faciales y gestos.

Asegurar la comprensión: A veces alguien no está seguro de haber entendido correctamente a un afásico. Luego, preguntas sencillas de sí o no le ayudarán a asegurarse de que está en lo cierto. Pregúntele si entendió todo si el afásico parece confundido.

No corrija demasiado: no corrija directamente cuando un afásico comete errores en la estructura de la oración o en el uso de un término. Esto se debe a que frustra y aliena aún más a la persona. Algunos afásicos se niegan entonces a hablar por miedo a cometer errores embarazosos.