Manía: desencadenantes, síntomas y tratamiento

Breve descripción

  • Curso y pronóstico: la euforia exagerada durante la fase maníaca suele ir seguida de sentimientos de culpa. Después de un episodio maníaco, la probabilidad de recaída es alta
  • Síntomas: autoestima exagerada, actividad excesiva, inquietud interior, sobreestimación de uno mismo, volatilidad, etc., a veces delirios.
  • Causas y factores de riesgo: alteración del metabolismo de los neurotransmisores en el cerebro, factores genéticos, influencias externas como separación, muerte o reubicación.
  • Tratamiento: medicación, así como terapia conductual y psicoterapia.
  • Prevención: profilaxis de recaídas mediante tratamiento con medicamentos, así como terapia conductual y psicoterapia.

¿Qué es la manía?

La manía suele ocurrir en fases; Los médicos se refieren al período sintomático como un episodio maníaco. En las fases entre dos episodios, los afectados no muestran signos de manía.

Las manías en la infancia y la adolescencia son raras. En la mayoría de los pacientes, el primer episodio maníaco ocurre a la edad de 25 años.

La manía a veces ocurre en combinación con los síntomas de la esquizofrenia. Los médicos hablan entonces de psicosis esquizoafectiva.

La hipomanía

Una forma debilitada de manía en la que los cambios de humor todavía están significativamente por encima de lo normal se llama hipomanía. La hipomanía no siempre requiere tratamiento. Si los afectados y su entorno inmediato no se ven afectados fundamentalmente por los síntomas de la hipomanía, no es necesaria ninguna terapia.

¿Cuál es el curso de una fase maníaca?

Después de un episodio maníaco, quienes lo padecen a menudo se sienten abrumados por sentimientos de culpa y vergüenza e intentan deshacer las cosas que hicieron durante la manía.

¿Cuáles son los síntomas de la manía?

El síntoma más significativo de la manía es un sentimiento de euforia exagerado e inusualmente intenso, pero generalmente infundado. Esto ocurre repentinamente y dura varios días. Esta sensación de euforia se acompaña principalmente de los siguientes síntomas:

  • Fuerte excitación interior
  • Actividad excesiva
  • Gran inquietud
  • Mayor rendimiento y creatividad.
  • Excesiva confianza en uno mismo
  • Pérdida de la realidad
  • Necesidad significativamente menor de dormir.
  • Desinhibición
  • Falta de consideración
  • Disminución de la percepción de peligro.
  • Disminución de la sensibilidad a las necesidades y sentimientos de los demás.
  • A veces descuido de la ingesta de alimentos y la higiene personal.

nerviosismo

Además, la manía se acompaña de síntomas como una fuerte necesidad de hablar (logorrea) y un habla borrosa y arrastrada. A veces, los maníacos hablan tan rápido que a los oyentes les resulta imposible entenderlos.

También es típico de la manía que se inicien innumerables cosas a la vez, pero no se complete nada. Las personas afectadas comienzan con gran entusiasmo de un segundo a otro una nueva tarea y la olvidan al cabo de unos minutos.

Desinhibición

La desinhibición sexual y el aumento del deseo sexual (libido) también están frecuentemente presentes en la manía. La desinhibición sexual se produce no sólo en relación con la propia pareja, sino también en relación con completos desconocidos. Las personas afectadas a menudo sobreestiman su propio atractivo durante un episodio.

Ilusiones

En las manías con síntomas psicóticos también se presentan delirios, que se defienden como realidad durante varias semanas, incluso en fases en las que la manía ha remitido. En casos muy raros, se producen alucinaciones o sueños despiertos.

Pensamientos suicidas

¿Qué causa la manía?

Las causas exactas de la manía no se comprenden completamente. Actualmente, se cree que la causa de la manía es principalmente un trastorno de los neurotransmisores del cerebro. Estos llamados neurotransmisores son responsables de la transmisión de los impulsos nerviosos. En la mayoría de los casos de manía se produce un desequilibrio de estos transmisores. Los neurotransmisores dopamina y norepinefrina están presentes en concentraciones más altas que en una persona sana.

En muchos casos, un episodio maníaco va precedido de cambios o acontecimientos significativos en la vida de las personas afectadas o de sus familiares cercanos. Se trata, por ejemplo, de eventos como:

  • Cambio de trabajo
  • Desempleo
  • El fin de una relación
  • Duelo
  • Reubicación

Sin embargo, también es posible que la manía se desarrolle sin un evento desencadenante.

¿Cómo se diagnostica la manía?

Aunque la manía es una enfermedad manifiesta y grave, no se diagnostica con exámenes físicos. El diagnóstico de manía se realiza mediante conversaciones con un médico de atención primaria o un psiquiatra, así como mediante entrevistas en profundidad con la persona afectada y sus familiares. Es útil para hacer el diagnóstico si las personas sospechosas de tener manía llevan un diario de sentimientos o un calendario del estado de ánimo.

¿Cómo se trata la manía?

Tratamiento de drogas

Para aliviar los síntomas agudos de la manía y prevenir nuevos episodios maníacos se administran fármacos como preparados de litio, antiepilépticos o neurolépticos atípicos. Influyen en la actividad de los transmisores en el cerebro y alivian los síntomas. Los sedantes también se utilizan en la fase aguda de la manía. Amortiguan la inquietud y el aumento de la agitación de los afectados.

Psicoterapia

La psicoterapia o terapia conductual acompaña al tratamiento farmacológico en el caso de manía. Esto enseña a los pacientes a reconocer las primeras señales de advertencia de un episodio maníaco, a evitar estímulos durante una manía y a afrontar adecuadamente una fase aguda de la enfermedad.

¿Cómo se puede prevenir la manía?

No es posible prevenir el desarrollo de la manía. Sin embargo, las recaídas y los episodios maníacos repetidos se pueden prevenir o reducir en intensidad mediante una terapia farmacológica bien adaptada y una psicoterapia y terapia conductual continuas.