Trasplante de órganos: tratamiento, efectos y riesgos

Un trasplante de órgano es una trasplantar de un órgano en un organismo extraño. Este complicado procedimiento se lleva a cabo cuando los propios órganos del paciente fallan debido a una enfermedad o accidente. El mayor riesgo después trasplantar Es posible el rechazo del tejido extraño, lo que puede requerir la extracción del injerto.

¿Qué es el trasplante de órganos?

Un trasplante de órgano es una trasplantar de un órgano en un organismo extraño. Este complicado procedimiento tiene lugar cuando los propios órganos del paciente fallan debido a una enfermedad o accidente. Por transplante de organoPor médicos se entiende el trasplante quirúrgico de un órgano sano en un organismo en el que el órgano respectivo está enfermo de forma incurable o dañado de forma irreparable por una lesión. Los riñones, hígados, pulmones y corazones se trasplantan con especial frecuencia porque la vida del paciente corre grave peligro si falla uno de estos órganos vitales. Para recibir un trasplante de órgano, se deben cumplir ciertos requisitos. Además, se requiere la compatibilidad del donante respectivo para que el órgano no sea rechazado inmediatamente después del procedimiento y tenga que ser extraído nuevamente. Por esta razón, si es posible, los familiares del paciente se utilizan voluntariamente como donantes. De lo contrario, los órganos de donantes a menudo se extraen de personas fallecidas compatibles de quienes o de cuyos familiares se ha obtenido una declaración de consentimiento adecuada.

Función, efecto y objetivos

Transplante de organo Se considera cuando un paciente tiene una enfermedad irreparable o una lesión similar en un órgano vital. Si la vida del paciente corre consiguientemente en peligro y no hay perspectivas de recuperación o curación, la persona en cuestión se coloca en una lista de espera para un órgano de donación. Cuanto más desesperada y urgente sea la situación del paciente, más alto se colocará en la lista de espera. En determinadas circunstancias, es posible la denominada donación en vida. Este es el caso cuando están involucrados órganos o partes de órganos que el donante puede dar a luz sin sufrir daños importantes en su cuerpo. salud. Riñones o partes del hígado, por ejemplo, a menudo se donan de esta forma. Otros órganos, como el corazón, que no se pueden quitar de una persona viva son donadas por el recientemente fallecido. Estos han acordado de antemano, mediante una tarjeta de donante de órganos u otra declaración de consentimiento, que los órganos se pueden utilizar después de su muerte, siempre que sean adecuados para un paciente que lo necesite. Si se cumplen todos los requisitos y el donante y el receptor son compatibles (esto está determinado por sangre y pruebas de tejido), el órgano se extrae del fallecido y se trasplanta al cuerpo del paciente lo antes posible. Una vez realizada la operación, se debe tener un cuidado estricto para asegurarse de que el organismo acepte el órgano extraño y lo acepte como propio. Durante esta fase crítica, constantes monitoreo es necesario. El objetivo de transplante de organo es restaurar el paciente salud para que él o ella pueda Lead una vida en gran parte normal. Entre los órganos que se pueden trasplantar hoy en día se encuentran partes del intestino delgado o páncreas, además de los riñones, hígados y corazones comunes. También se pueden trasplantar tejidos, como médula ósea células o el córnea del ojo.

Riesgos y peligros

El mayor riesgo del trasplante de órganos es el posible rechazo del órgano extraño. Básicamente, el cuerpo reacciona cada vez al trasplante de un órgano que le es extraño. La razón de esto es la diferente estructura superficial de las células de los tejidos, que el organismo percibe como cuerpos extraños. Como consecuencia, intenta rechazar el órgano que no conoce. En el peor de los casos, estas reacciones naturales pueden Lead hasta la muerte del órgano donante, por lo que deja de funcionar y finalmente tiene que ser extraído. Este proceso puede ocurrir de forma aguda inmediatamente después de la operación o de forma crónica en el curso posterior. Para prevenir esto, se administra al paciente drogas que se supone que inhiben el reacción de rechazo. Al mismo tiempo, sin embargo, también debilitan la sistema inmunológico, lo que provoca una mayor susceptibilidad a las infecciones. El paciente debe ser monitoreado de cerca durante este tiempo para poder detectar cualquier reacción lo más rápido posible. La gravedad de las reacciones de rechazo depende del organismo individual. En general, el riesgo de rechazo es estadísticamente mayor para pulmón, hígadoy corazón trasplantes que para otros órganos y tejidos.