Encefalopatía hepática: síntomas y terapia

Breve descripción

  • Causa: disfunción grave del hígado; generalmente desencadenado por una enfermedad hepática crónica como la cirrosis del hígado
  • Síntomas: Trastornos neuropsiquiátricos de diversa gravedad según el grado; rendimiento cognitivo reducido y problemas de concentración, confusión, comportamiento inapropiado, temblores en las manos, dificultad para hablar, somnolencia, desorientación; en el peor de los casos, coma
  • Curso de la enfermedad y pronóstico: Depende del grado de la enfermedad (preestadio y grado 1-4); cuanto mayor es el grado, peor es el pronóstico; posible recurrencia después del tratamiento si la causa no ha sido tratada
  • Tratamiento: principalmente eliminación de factores desencadenantes, por ejemplo, interrupción de ciertos medicamentos, como agentes deshidratantes o estrechamiento de un stent hepático existente.

¿Qué es la encefalopatía hepática?

La encefalopatía hepática (EH) es una complicación común y grave de la enfermedad hepática crónica y la insuficiencia hepática aguda. Los síntomas son causados ​​por trastornos del cerebro y van desde problemas leves de concentración, confusión y dificultad para hablar hasta la pérdida del conocimiento, el llamado coma hepático.

¿Cómo se desarrolla la encefalopatía hepática?

Aumento de las concentraciones de sustancias nocivas en la sangre.

Si el hígado ya no puede descomponer las toxinas en componentes inofensivos, aumenta la concentración de sustancias nocivas en la sangre. Esto tiene efectos graves en todo el cuerpo, especialmente en el sistema nervioso central (SNC), en particular en las células cerebrales. En ello intervienen diversas sustancias, sobre todo amoníaco, un producto de degradación de distintos aminoácidos (componentes básicos de las proteínas).

Normalmente, el hígado procesa el amoníaco y lo convierte en urea no tóxica, que se excreta. Si se altera este mecanismo, entra cada vez más amoníaco en el cerebro y provoca que determinadas células cerebrales, los llamados astrocitos, se hinchen. La presión intracraneal aumenta. En última instancia, la insuficiencia hepática provoca una acumulación de líquido en el cerebro (edema cerebral).

Encefalopatía hepática: desencadenantes

La insuficiencia hepática aguda como resultado de una infección viral o una intoxicación es un posible desencadenante de la encefalopatía hepática aguda. En este caso, la función hepática se deteriora a los pocos días.

Sin embargo, en la mayoría de los casos la causa es una enfermedad hepática crónica a la que de repente se suman otros factores. En tales casos, no se desarrolla de repente, sino de forma lenta e insidiosa. Los factores incluyen

  • Sangrado en el tracto gastrointestinal.
  • Alimentos ricos en proteínas
  • Diarrea, vómitos o laxantes.
  • Ciertos medicamentos (por ejemplo, sedantes)

A veces, los médicos tratan la cirrosis hepática con la llamada derivación portosistémica, una conexión artificial en el sistema vascular que garantiza que la sangre de los intestinos, el estómago y el bazo ya no se recolecte ni pase a través del hígado dañado. A veces esto es útil antes de un trasplante de hígado. Sin embargo, un posible efecto secundario de este procedimiento es la encefalopatía hepática, ya que la sangre ya no se filtra.

¿Cuáles son los síntomas?

Las células inflamadas del cerebro cambian la concentración de diversas sustancias mensajeras. Esto perjudica la comunicación entre las células nerviosas. Como resultado, la encefalopatía hepática provoca diversos síntomas neurológicos, que se dividen en cuatro etapas y una etapa preliminar según su gravedad.

Para el diagnóstico basado en los síntomas neuropsicológicos se utilizan pruebas neuropsicológicas y neurofisiológicas, así como procedimientos de imagen como la resonancia magnética.

Preestadio (encefalopatía hepática mínima)

  • Concentración
  • Memoria de corto plazo
  • Percepción visual-espacial
  • Procesamiento de información
  • Las habilidades motoras finas

En esta etapa no se puede determinar nada neurológicamente. Sin embargo, esta etapa se puede detectar con diversas pruebas psicométricas como tareas numéricas o de dibujo.

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Encefalopatía hepática: etapa 1

En la primera etapa, los síntomas son todavía relativamente leves y, al igual que en la etapa preliminar, a menudo sólo son reconocibles por familiares o amigos cercanos:

  • trastornos del sueño
  • Cambios de humor
  • Euphoria
  • Confusión leve
  • Dificultad para concentrarse
  • aleteo de ojos

Encefalopatía hepática: etapa 2

Con la ayuda de la electroencefalografía (EEG) se pueden registrar cambios en las ondas cerebrales a partir de la segunda etapa, que indican encefalopatía hepática. De lo contrario, los síntomas de la etapa 1 se intensifican y se complementan con otros:

  • cambios de personalidad
  • desorientación
  • fatiga
  • Trastornos de la memoria
  • Expresiones faciales alteradas (muecas)
  • Temblor áspero de las manos (“temblor de aleteo”)

Encefalopatía hepática: etapa 3

La intoxicación está muy avanzada y los síntomas son graves.

  • El paciente duerme la mayor parte del tiempo.
  • Desorientación severa
  • “Temblor de aleteo”
  • habla indistinta

Encefalopatía hepática: etapa 4

  • Coma hepático (“coma hepático”)
  • El paciente ya no puede despertarse, pero aún reacciona a los estímulos.

En la insuficiencia hepática aguda, la persona afectada suele progresar muy rápidamente por las distintas etapas y existe el riesgo de caer en coma en unos días. Sin embargo, la encefalopatía hepática sólo progresa lenta y gradualmente en personas con insuficiencia hepática crónica. En la mayoría de los casos, durante el curso de la enfermedad, no hay edema cerebral pronunciado.

La progresión crónica es particularmente común en personas mayores. Por lo general, en su “estado básico” sólo presentan síntomas neuropsiquiátricos leves. En el medio se producen fases agudas con síntomas más pronunciados.

¿Cuál es la esperanza de vida?

La encefalopatía hepática se puede tratar. Sin embargo, si no se elimina la causa real, la EH muy a menudo reaparece después de un tiempo y conlleva los mismos riesgos que antes. En consecuencia, se recomienda la profilaxis farmacológica con lactulosa.

La esperanza de vida se reduce considerablemente por la encefalopatía hepática. Sin embargo, no se puede predecir una esperanza de vida exacta, ya que el pronóstico depende de la gravedad de la EH, la enfermedad subyacente y las opciones de tratamiento disponibles.

Encefalopatía hepática: tratamiento

Eliminación de factores desencadenantes

  • Detener el sangrado gastrointestinal
  • Interrupción de agentes deshidratantes (diuréticos)
  • Interrumpir benzodiazepinas y/o tomar antagonistas
  • Estrechamiento de una derivación hepática
  • Tratamiento de ciertas infecciones.

Reducción de la carga de amoníaco.

  • La lactulosa y el lacitol aumentan la acidez en el intestino, lo que reduce la absorción de amoníaco en el intestino.
  • Tomar un antibiótico que debilita las bacterias que producen amoníaco.
  • Una dieta temporal baja en proteínas. Reducir la carne y los huevos en particular, ya que durante su digestión se produce amoníaco.

Medidas adicionales

En ocasiones se administran además las siguientes sustancias, que en ocasiones mejoran aún más el estado del paciente:

  • Zinc (para prevenir el daño celular en el hígado y ayudar a regenerarlo)
  • Aspartato de ornitina intravenoso (para acelerar el ciclo de la urea, reduciendo así los niveles de amoníaco y mejorando la función cerebral)
  • Aminoácidos de cadena ramificada (para evitar que el cuerpo descomponga sus propias proteínas para compensar una deficiencia, ya que esto produciría amoníaco)